
"Aprender a leer ha sido lo más importante que me ha pasado en la
vida" Quien afirma esto no es otro que el escritor Mario Vargas Llosa.
Para muchos niños este grande de la Literatura aún será un desconocido,
pero quizá habría que trabajar para que dentro de unos años le disfruten
a través de sus historias. "Los padres que valoran los libros y la lectura suelen transmitir esta pasión a sus hijos", asegura Ester Madroñero, dueña de la librería infantil y juvenil Kirikú y la bruja
de Madrid. En los más de 10 años que lleva al frente de este espacio,
ha visto crecer a Harry Potter, ha aprendido a convivir con la
competencia de las tabletas y ha hecho de su proyecto un escaparate para
hacer volar la imaginación...
El 2 de abril se celebra el Día
Internacional del Libro Infantil y Juvenil, coincidiendo con el
aniversario del nacimiento de Hans Christian Andersen (1805-1875),
escritor danés de cuentos tan célebres como 'La sirenita' o 'El patito
feo'. Un día para tocar, escuchar, disfrutar o soñar entre líneas. "Desde que nacen es positivo que los niños estén en contacto con los libros",
explica Madroñero. "En una primera etapa, como una mera aproximación al
objeto, buscando la familiarización". Es la época de los formatos
blandos o los libros-juguete, fáciles de manejar y con narraciones
orales muy sencillas.
Desde que abrió su negocio esta soñadora de espíritu ha sido testigo de muchos cambios en el sector. "He vivido el boom de la literatura infantil con la llegada de Harry Potter",
ese momento en el que los chavales descubrieron que "ellos también
podían leer un libro gordo y pasárselo muy bien". El fenómeno entusiasmó
a niños, pero también enganchó a muchos mayores.
Por infinidad
de motivos, los libros deben estar en el día a día de los más pequeños.
Porque potencian la creatividad, la imaginación, la inteligencia, la
capacidad verbal y de concentración, se recomienda adquirir como hábito
dedicar un rato de la jornada a la lectura. «Leer en voz alta es una manera de crear un vínculo familiar y también de compartir momentos únicos»,
recuerdan en la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.
Escuchar historias les despierta la curiosidad, mejora su vocabulario y
capacidad crítica y es una manera de divertirse más. «A la hora de
animar a los chavales es importante tener en cuenta su opinión. Muchas
veces, los padres compramos los libros pensando en nuestros gustos, pero
quizá no coinciden con los suyos. Nosotros tenemos que abrirles muchas
puertas y ventanas, pero que sean ellos los que decidan qué quieren
leer».
LECTURA, EN CIFRAS
Según datos del CIS de 2015, el 35% de los españoles no lee «casi nunca» o «nunca». Drama. Pero quizá la respuesta más preocupante llega cuando se les pregunta por el motivo: el 42 % responde que «no les gusta o no les interesa».
De ese 65% que sí tiene la costumbre de perderse en otros mundos a
través de la palabra, la media de libros leídos al año se sitúa en 8,6.
Al comparar nuestra estadística con Finlandia, por mencionar uno de los
países modelo en esta materia, la cosa pinta más negra: los libros
leídos por habitante al año en aquel país son... 47.
A Oblit Baseiria, dueña de la librería infantil y juvenil Casa Anita
de Barcelona, los datos le parecen demoledores. "Algo debemos estar
haciendo mal para que todavía estemos así". Ubicada en el barrio popular
de Gràcia, Casa Anita es un punto de encuentro para «hablar de libros».
Con padres, con abuelos, con los niños... pero también con profesores y
bibliotecarios. "Hay que trabajar mucho con las escuelas. Hay
niños que sólo tienen contacto con los libros en ellas. Por eso, es
fundamental la inversión en las bibliotecas escolares". Durante
todo el año, esta antigua editora dedica los martes por la tarde a
formar a maestros y bibliotecarios. "Ellos tienen que saber qué tienen
entre manos y para conocer hay que hablar sobre ello. Vienen de
distintos colegios".
De su experiencia -lleva 11 años al frente de
su librería-, tiene dos máximas a la hora de motivar a los más pequeños
a coger un libro: «No se les puede obligar a leer, nunca debe ponerse como castigo,
y no resulta positivo que leer conlleve la obligación de comentar o que
un libro siempre te tenga que enseñar algo". La lectura se tiene que
ver como "una manera de abrir la mente y no quedarse en un mundo
pequeño". El resto debe verse como un espacio de libertad.
En nuestro país, lo de regalar libros no es todavía una costumbre muy extendida.
«Las bibliotecas de los niños en casa también hay que cuidarlas», añade
Baseiria, quien invita a los padres a leer muchos cuentos cuando aún no
pueden hacerlo los pequeños solos. «En esta experiencia lo importante
es el vínculo afectivo. El mejor cuento siempre será el que nos cuenta
nuestro padre o nuestra madre, no el que te cuenta la maestra o el que
escuchas en un espectáculo». No puede haber un niño, defiende esta
apasionada de la literatura, al que no le hayan contado el cuento de
'Caperucita Roja' o 'Los tres cerditos'. «Las historias que leemos en nuestra infancia marcan nuestra vida».
BUEN MOMENTO
La ficción infantil ha despegado en los últimos años y vive un momento dulce. Y las librerías especializadas hacen mucha labor de divulgación.
«Hay libros buenos pero también muy malos. Yo tengo que separar unos de
otros, en buena medida, para que las bibliotecas escolares, que tienen
poco presupuesto, tengan siempre lo mejor», explica la editora catalana.
Frente
a las tabletas o los móviles, dura competencia a los libros a la hora
de buscar entretenimiento, un llamamiento a la calma. "Cada soporte
puede tener su espacio, lo importante es encontrarlo y poco a poco lo
vamos logrando", dice Ester Madroñero. Llevar a los chavales a la
bibiloteca, animarles a participar en actividades relacionadas con los
libros, invitarles a continuar con sagas o personajes que desarrollan
sus historias en distintos libros, celebrar los momentos importantes
regalando libros y, sobre todo, predicar con el ejemplo son algunas
pautas que pueden ayudar a que los más jóvenes se enganchen pronto a la
lectura.
"Si los niños ven a sus padres leer, es muy probable que ellos les copien.
Bien por imitarles bien porque despierte su curiosidad", aseguran desde
la Federación de gremios de editores de España, quienes insisten
también en potenciar las bibliotecas escolares. En España se editaron en
2014 -son los últimos datos que hay- 13.500 títulos de literatura
infantil y juvenil; la facturación ascendió a 275 millones, un 3% más
que en el ejercicio anterior. "En España hay grandes autores".
Entre tantas palabras, hemos querido también recomendar algunos títulos
que, si bien no son los mejores, sí pueden servir de orientación.
Títulos ya conocidos como 'Elmer', 'Geronimo Stilto'n o 'Teo' conviven
en las estanterías con 'Super patata', 'Ottoline' y 'El caballero
impetuoso'. Esta mini selección ha corrido a cargo de Ester Madroñero: "Todos los libros son imprescindibles mientras nos emocionen".
EL MUNDO, Lunes 4 de abril de 2016
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