“Menos productos de lujo y más Hacendado, menos móviles y más tiempo en familia, menos juegos de consola y más bicicleta, menos recompensas materiales y más muestras de cariño, menos televisión y más paseos en la montaña observando la naturaleza, menos ruido y más silencio. Aprendiendo que lo bueno y lo valioso lleva su tiempo y esfuerzo”
Catherine L`Ecuyer
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Solo una cucharilla de azúcar, por favor
MANUELA SANOJA
Terminas de comer y tienes ganas de pedir uno de los apetitosos
postres con los que acaba la carta del restaurante. Pero, lo mejor será
que te lo pienses dos veces antes de llamar al camarero. El porqué está en el azúcar.
Son muchas variedades de esta dulce sustancia que pertenece al
grupo alimenticio de los hidratos de carbono y muchos, también, los
alimentos que la contienen. Además de los evidentes -como caramelos,
bollería o bebidas azucaradas-, te sorprendería saber la cantidad de comidas con altas cantidades de azúcar que
se pueden comprar en cualquier supermercado: los yogures de sabores,
los cereales o salsas de bote como el ketchup, la barbacoa y las salsas
para ensaladas.
Uno de los principales problemas -como señalan expertos de Harvard- es que el consumo en exceso de estos alimentos es una de las principales causas del aumento de la obesidad en muchos países.
De hecho, muchas figuras públicas del mundo de la nutrición y la
comida han llevado a cabo una cruzada en contra del azúcar. Como el caso
del chef británico Jamie Oliver y su batalla con la que se logró que el parlamento británico aprobase un impuesto con el que gravar las bebidas azucaradas para combatir la obesidad.
Pero la obesidad no es el único problema que viene de la mano del consumo de azúcar.
Adicción
Los criterios por los que se define la adicción son los atracones, la retirada y el ansia (Peter Dazeley - Getty)
El azúcar genera adicción. Así de contundentes con las conclusiones de un estudio
de la Universidad de Princeton. Los investigadores partieron de la base
de que la adicción a la comida parecía “plausible” ya que las zonas del
cerebro que responden ante la ingesta de ciertos alimentos son las
mismas que lo hacen ante el consumo de drogas.
Según se explica en el estudio, la Asociación Americana de Psiquiatría define la adicción basándose en tres criterios:
- Atracones: los investigadores lo definen como la ingesta de
grandes cantidades en un mismo momento. Además, aseguran que
“normalmente ocurren tras un periodo de privación o abstinencia".
- Retirada: es lo que ocurre cuando la persona no puede acceder a la sustancia de la que abusa y es el causante del siguiente criterio.
- Ansia: ocurre, normalmente, tras un periodo de abstinencia.
Los investigadores de Princeton explican que se caracteriza por el
intenso deseo de consumir y los intentos de conseguir la sustancia para
saciar la adicción.
El estudio añade, también, un cuarto criterio: La sensibilización, que son las consecuencias derivadas del consumo que se pueden analizar a través del comportamiento de la persona.
El azúcar afecta a los mismos neurotransmisores que las drogas (by Sigi Kolbe - Getty)
Durante la investigación se pudo comprobar que la hipótesis inicial era cierta. Tanto las drogas como el azúcar despiertan las mismas zonas del cerebro.
- Dopamina: un neurotransmisor encargado de distinas
funciones relacionadas con el comportamiento, la actividad motora, la
motivación y la sensación de recompensa.
-Péptido opioide: formado por neurotransmisores como las
endorfinas y las encefalinas, que se producen en el sistema nervioso
central y se encargan de modular el dolor, el hambre y la temperatura
corporal.
-La acetilcolina: La función de este neurotransmisor es la de
la transmisión de impulsos de las neuronas como el despertar, mantener
la vigilia y la atención.
Los investigadores también observaron que el consumo de azúcar en exceso generaba cambios en el comportamiento similares
a los de aquellas personas adictas a distintos tipos de drogas y que
responden a los criterios con los que la Asociación Americana de
Psiquiatría define la adicción.
La adicción a esta sustancia, que ya no parece tan dulce, puede provocar enfermedades como bulimia y obesidad.
Problemas del corazón
Las personas que consumen más de un 10% de azúcares
en su dieta tienen mayor riesgo de morir de enfermedades del corazón
((C) Maite Pons - Getty)
Por si fuera poco, otro estudio
de Harvard y el Centro para la Prevención y Control de enfermedades de
Atlanta (Georgia), asegura que llevar una dieta con altos contenidos de
azúcares puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares mortales.
Según los resultados de esta investigación, aquellas personas cuyas dietas están formadas por más de un 10% de azúcares-sin importar la edad, el sexo, el nivel de actividad física o
el índice de masa corporal- aumentan las probabilidades de morir a causa
de una enfermedad del corazón.
Cuanto consumir
Los hombres no deben superar las 150 calorías diarias y las mujeres las 100 (Martin Barraud - Getty)
Pero tampoco debemos alarmarnos. No se trata de eliminar todo el azúcar de nuestra dieta, sino de mantenerla a raya. Según las recomendaciones de la Asociación Americana del Corazón, el consumo diario de azúcares añadidos debe mantenerse en las 150 calorías diarias en los hombres -unas 9 cucharillas- y en las 100 calorías en el caso de las mujeres -6 cucharillas-.
Entre las cosas que puedes hacer para reducir el consumo de azúcar están:
mantente alejado de los alimentos azucarados, endulza tú mismo las
comidas y revisa las etiquetas de los alimentos para buscar azúcares
escondidos.
FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr...
ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada. El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer....
NATALIA LÓPEZ PEVIDA El encuadre no recogía más que algunos juguetes y dos caras, las de un padre y su hijo disfrutando de un buen baño, pero las críticas no se hicieron esperar cuando el bloguero y activista LGTBI Perez Hilton subió la fotografía a Instagram (imagen del artículo). El selfie solo podía ser el fruto de un " pervertido " o un " degenerado ", según algunas de las reacciones de quienes expresaron su horror ante la posibilidad de que el niño pudiese ver el cuerpo desnudo de su padre. Días después, Hilton zanjaba el tema declarando que se había duchado con el bañador puesto. ¿Por qué tuvo que justificarse? La desnudez paterna da lecciones que no todos entienden Mostrarse desnudo ante los hijos es un asunto delicado que cada familia gestiona a su manera, pero el choque entre las distintas perspectivas revela un oscuro tabú. Hay un punto de vista que enfoca la exhibición del cuerpo humano como algo indigno , probablemente una herencia d...
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