
Edgar Morin es uno de los pensadores franceses más
importantes del último siglo. Gracias a él hemos conocido algo mejor nuestra
época y las que le antecedeieron ('Breve historia de la barbarie en Occidente')
y hemos descubierto qué retos nos esperan ('¿Hacia dónde va el mundo?'). En el
fragmento que reproducimos a continuación de 'Enseñar a vivir. Manifiesto para
cambiar la educación', el pensador reflexiona sobre de qué manera podemos hacer
entender la importancia de la libertad a nuestros
descendientes:
"La educación para la vida debe fomentar y estimular una de las
misiones básicas de toda educación: la autonomía y la libertad mental.
Como ya hemos indicado, no hay autonomía mental que no dependa de aquello que
la nutre –es decir, la cultura– y que no tenga conciencia de los peligros que
sobre ella se ciernen –es decir, los peligros de la ilusión y del error,
de las incomprensiones mutuas y múltiples, de las decisiones arbitrarias a
causa de la incapacidad de concebir los riesgos y las incertidumbres–. En
resumen, la educación
para la autonomía se inserta plenamente en la educación para la vida.
La educación para la libertad mental no sólo consiste en la lectura de
escritores, pensadores y filósofos, sino también en la enseñanza de lo que es
la libertad: la libertad de pensares la libertad de elegir entre las diversas
opiniones, teorías y filosofías. La libertad personal reside en el
grado de posibilidad de elecciones entre las opciones que nos ofrece
la vida. Así, el grado de libertad a la hora de elegir una lata de sardinas en
un supermercado,
es menor que la que se disfruta al elegir un traje, que a su vez es menor que
la libertad de elegir una residencia, menor a su vez que la libertad de elegir
a un cónyuge.
Cuanto más alto es el nivel de elección, mayor es la libertad. Por eso los
ricos tienen mayores niveles de libertad y mucho más variados, y por eso los
indigentes se ven reducidos a una carencia de libertades prácticamente total, y
por eso los pobres tienen libertades muy restringidas y los
extranjeros no tiene la libertad de voto del ciudadano. Con todo, la verdadera
libertad mental no depende de la riqueza. La mente del esclavo Epitecto
era más libre que la de su amo. El amo, como demostró Hegel,
depende del esclavo. Aquellos que han aspirado a la libertad y se han rebelado
contra la opresión han sido más libres que sus opresores. En política, la
libertad es un riesgo. Kravtchenko escogió la libertad cuando en 1946 desertó
de la embajada de la URSS, pero eso le valió ser asesinado.
Rushdie fue sentenciado a muerte por una fetua. Enunciar una idea no
conforme con la convicción colectiva (la de las inteligencias
engañadas o ignorantes) es un peligro. La libertad puede ser peligrosa desde el
momento en que contradice las verdades establecidas. Es preciso comprender a
los prudentes, cuyo espíritu es libre pero secreto. Es preciso celebrar a los
héroes de la libertad. Eso también forma parte de la enseñanza sobre la
libertad, pero el fondo de dicha enseñanza es aprender a ser consciente de lo
que uno elige, es decir, consciente de los peligros, de las incertidumbres, de
los cambios de sentido de la acción y, por lo tanto, de la ecología de
la acción; ser consciente de la apuesta que entraña toda elección y de
que se ha de aplicar una estrategia permanete para evitar que el resultado de
la elección degenere."
EL CONFIDENCIAL, Lunes 18 de abril de 2016
Comentarios
Publicar un comentario