EMILIO DE BENITO
La exposición excesiva al sol está relacionada con más del 90% de los cánceres de piel. El perjuicio de los distintos tipos de rayos en el ADN es acumulativo, y por eso hay que prevenirlo desde pequeños. La Academia Española de Dermatología calcula que el 80% de la radiación dañina se recibe antes de los 18 años. Pero la falta de preocupación entre los más jóvenes es evidente, según los datos de la encuesta Heliocare que elabora Cantabria Labs. Y cuya primera conclusión es que son los jóvenes en su conjunto y los hombres en general los dos grupos de población que peor lo hacen, afirma María Vitale, directora de Dermatología Médica del laboratorio.
El trabajo se ha realizado con más de 3.000 encuestas, aunque tienen un sesgo importante: la mayoría de los que contestaron (el 52%) tiene menos de 25 años. Ello se debe a que las preguntas se difundieron por Internet y redes sociales y, sobre todo, a que se captaron en reuniones de la Fundación Lo que de Verdad Importa (la mitad de ellos). En este caso, ello presupone que se trata de jóvenes concienciados con los temas de salud, lo que querría decir que los resultados serían mejores que los de la población general. O, dicho de otra forma, que la realidad es aún peor que lo que refleja este estudio
Entre los indicadores que se han revisado figuran los siguientes:
Quemaduras. El 39% de los encuestados afirmó que las había sufrido alguna vez en su vida. Entre los menores de 25 años, el porcentaje sube al 44%. La diferencia está en que en el total hay una importante proporción de mujeres mayores, y tradicionalmente ellas tienen más cuidado con la piel, tanto por cuestiones estéticas como porque están más acostumbradas a usar cremas, explica Vitale.
Uso de protección. El 79% de los más jóvenes no lo usa o utiliza uno de baja protección (SPF de 30 o menos). De nuevo son las mujeres las que más lo usan y de protección de 50 o más, que es la recomendada. Vitale explica que la necesidad de usar índices mayores se debe a que, incluso entre quienes utilizan estas cremas, no la distribuyen por todo el cuerpo ni de manera uniforme ni en la cantidad (2 miligramos por centímetro cuadrado) adecuada.
Cuándo se emplea. Para la mayoría de los encuestados (el 72%), el uso de protección se limita a los momentos en que realiza actividades al aire libre o en vacaciones. Solo el 28% de la muestra (en su mayoría, mujeres) la emplea a diario. Aunque no es un resultado de la encuesta, el laboratorio indica que el 70% de los médicos aconseja proteger a diario las partes expuestas.
Reaplicación. Entre quienes usan la protección, un 30% no se reaplica la crema, por lo que pierden su efecto (cuando se secan con la toalla, con el roce de la ropa, al bañarse). El porcentaje sube al 66% entre los menores de 25 años.
Percepción. La encuesta también muestra que hay una elevada proporción (el 66%) de personas que piensan que estar moreno es sinónimo de salud y belleza. Este grupo está formado, sobre todo, por los menores de 25 años (aunque también son los más representados en la muestra).
El uso de cremas, sombrillas, gorros, la sombra y la manga larga son los métodos más eficaces para evitar el daño que los rayos del sol causan en la piel, pero hay otros métodos que también pueden ayudar. De acuerdo con Henry W. Lim, presidente de la Academia Americana de Dermatología, según una entrevista realizada en agosto del año pasado para la web de la asociación, existen algunas sustancias que se venden en píldoras que han demostrado efecto protector. La más consistente es un extracto de una planta americana, la Polypodium leucotomos, cuyo extracto se vcomercializa con el nombre de Fernblock. Lim admite que puede ser una ayuda, pero advierte de que, a falta de más estudios, su efecto sería equiparable al de una crema con un SPF (el índice protector) de 3 o 5, por lo que puede complementar, pero no sustituir la crema. Este producto está considerado un suplemento nutricional en España.
EL PAÍS, Jueves 17 de mayo de 2018
Imagen: El País
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