Ir al contenido principal

9 normas básicas para publicar fotos de niños en redes sociales

Todos tenemos niños pequeños en nuestras vidas. Hijos, sobrino, primos chicos… Y casi todos tenemos un smartphone y acceso a redes sociales. Muchas veces colgamos fotos en Facebook, Twitter o Instagram de niños pequeños sin pensar.
Si es así puedes estar cometiendo un grave error. En internet no sólo están tus amigos y familiares. También hay gente mala. Muy mala. Y que vean las fotos de tus hijos o sobrinos puede ser muy peligroso si no tomas ciertas precauciones básicas muy importantes para proteger su privacidad y seguridad. Si tienes unos hijos guapísimos o unos sobrinos espectaculares puedes seguir publicando sus fotos en Facebook. Pero antes asegúrate de que cumples los siguientes 9 consejos para colgar fotos de niños en redes sociales sin peligro.
  1. En la foto no debe aparecer nunca ninguna pista sobre los lugares que frecuenta, como su escuela o un parque.
  2. Nunca fotografiarlos junto a tu coche, y mucho menos que salga la matrícula del vehículo.
  3. No añadas datos a la foto que puedan identificar al menor. Por ejemplo, no pongas su nombre o apellidos al nombre del archivo de la foto.
  4. Nunca, nunca, nunca publiques información sobre los horarios del niño y las actividades que realiza habitualmente.
  5. Cuando publiques una foto de niños no incluyas información que haga pensar que están solos. Prohibido decir “los echo mucho de menos cuando trabajo”
  6. No publicar fotos que incluyan uniformes del colegio o camisetas identificativas de sus equipos. Evita credenciales que permitan a un extraño localizarles.
  7. Si haces la foto con un móvil o tableta con GPS asegúrate de que la función de localización está desactivada o que esos datos se han borrado. Si lo está se podría rastrear dónde se hizo la foto y encontrar al niño.
  8. Comparte esta información con tus amigos y familiares y que entiendan la gravedad de publicar fotos de niños en internet. Pídeles que no publiquen fotos de tus hijos sin tu consentimiento.
  9. Recuerda que tras publicar una foto de tu hijo en Twitter o Facebook, incluso aunque la compartas sólo con tus amigos, debes dar por hecho que desde ese instante es completamente pública. Y hagas lo que hagas es posible que jamás seas capaz de eliminar esa foto de internet.
Y además de su propia seguridad, las fotos que publicamos son de menores, aún inconscientes del impacto que pueden tener en sus vidas. Imagina que cuando te haces adulto tienes toda tu vida fotografiada y publicada en internet sin que hayas podido tomar una decisión responsable y madura sobre si te parecía bien o no. ¿A que no te gustaría? Tú debes ser el responsable. No publiques fotos que te parecería mal que fueran públicas de ser tuyas.
En definitiva, toma las medidas necesarias para que todas las fotos sean 100% anónimas y no haya manera de rastrearlas, ni de identificar al menor. Piensa lo que una persona malvada (es triste pero las hay…) podría hacer si averigua el nombre de tu hijo, su colegio y cuáles son sus aficiones. Un niño pequeño es fácilmente manipulable y con muy pocos datos se le puede engañar para que acompañe a un extraño.
CURIOSO.COM, 21/08/2014

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer.

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de com