ESTEFANÍA GRIJOTA
Los pediatras especialistas en nutrición aseguran que la mayoría de
los niños pasan por una etapa en la que tienen manías o rechazan cierto
tipo de alimentos. Sin embargo, un estudio, publicado en el Journal of Child Psychology and Psychiatry,
ha concluido que la razón de gran parte de este comportamiento se
encuentra en los genes. Los datos de la investigación fueron recogidos
de Gemini, un
proyecto creado en 2007 y en el que participaron 2.400 familias con
gemelos o mellizos para estudiar hasta qué punto los genes y los
factores ambientales influyen en el comportamiento alimenticio de los
niños, así como la neofobia alimentaria o miedo a probar otros alimentos
que padecen.
La
investigación se centró en analizar a padres con gemelos, que comparten
el 100% de su ADN, y con mellizos, que comparten el 50%. Al recibir en
ambos casos el mismo tipo de educación y crianza, se trata de medir qué
parte del comportamiento de los niños responde a factores hereditarios.
Los autores del estudio estimaron que en el 46% de los casos de manías a
determinados alimentos había influencias genéticas, porcentaje que se
eleva al 58% en los casos de neofobia alimentaria, en el 58%.
Las influencias ambientales compartidas, como los factores culturales
o socioeconómicos, desempeñan también un papel determinante, sobre todo
en los casos de manías, con otro 46%, mientras que este porcentaje baja
al 22% en el caso de los niños con miedo a probar nuevos alimentos. La investigación
ha sido liderada por expertos de la Universidad de Londres (Reino
Unido) y el Departamento de Psicología de la Universidad Noruega de
Ciencia y Tecnología (NTNU).
“Los niños neofóbicos y maniáticos con la comida surgen en la
infancia, y los rasgos suelen durar entre los dos y los seis años de
edad pero, para algunos, persisten en la infancia posterior”, aseguran
los autores. “La conducta de evitar los alimentos puede ser frustrante y
preocupante para los padres. Los niños que comen solo una gama
restringida de alimentos pueden perder los nutrientes dietéticos
esenciales para el desarrollo saludable. Los niños maniáticos, en
particular, tienden a rechazar los alimentos ricos en nutrientes como
las verduras”, prosiguen. “La primera infancia es también un período
importante durante el cual se desarrollan las preferencias alimentarias
así que aprender a degustar una variedad de alimentos saludables,
requiere que el niño pruebe una amplia gama de alimentos diferentes”,
concluyen.
La actuación de los padres
Una alimentación adecuada es un elemento esencial de la atención que
hay que dar a los niños desde edades muy tempranas. La Sociedad Española
de la Endocrinología y Nutrición (SEEN) establece unas pautas para
mantener un buen estado nutricional en la infancia y prevenir diversos
problemas derivados de una alimentación anormal. Y es que, a pesar del
peso de las influencias genéticas en los hábitos alimenticios, los
padres desempeñan un papel muy importante que puede cambiar la magnitud
del problema.
Para Andrea Smith, biocientífica y una de las conductoras del
proyecto Gemini, aunque los genes influyen en los comportamientos con la
comida durante toda la vida, no implica que no se puedan cambiar. “En
nuestro proyecto, por ejemplo, hemos desarrollado un juego de
degustación denominado Tiny Tastes
para ayudar a las familias a que incorporen en las dietas de sus hijos
alimentos que rechazan o ante los que se muestran reacios”, explica.
Cuando no prueban alimentos nuevos
- Ofrece un alimento nuevo junto a otros que le gusten.
- Dale una pequeña cantidad del nuevo alimento. Puede que se lo tengas que ofrecer de 5 a 10 veces antes de que se lo coma.
- Deja que tu hijo pruebe todo tipo de alimentos, incluso los que a ti no te gusten.
- Establece reglas en la mesa. Recuerda que tú eres el padre.
- Sé un buen ejemplo, pues los niños aprenden al verte comer.
Cuando solo quiere comer un tipo de comida
- Es normal a estas edades. Deja que coma lo que quiera si es un alimento saludable.
- Alienta a tu hijo a que pruebe aunque solo sea un bocado.
- Deja que vea cómo pruebas nuevos alimentos.
- Cuando tu hijo pruebe un alimento nuevo, elógialo, incluso si lo escupe.
Cuando no desea los alimentos que le ofreces y siempre quiere otra cosa
Algunas veces los padres confían en las comidas poco saludables como los perritos calientes o las hamburguesas para lograr que coman
- Intenta poner al menos un alimento que le guste en cada comida.
- Lleva al niño contigo a hacer la compra.
- Deja que te ayude con tareas simples en la cocina. Los niños están más dispuestos a comer alimentos que ellos mismos ayudaron a preparar.
Otros consejos
- Asegúrate de que no se llene con leche, zumos y otras bebidas azucaradas entre comidas.
- No le obligues a comer. Le enseña a comer de más.
- No premies al niño con comida basura o postres para hacer que coma. Ofrece alimentos saludables cuando tenga hambre.
- Los niños pequeños comen de forma inteligente. Comen cuando tienen hambre y dejan de comer cuando están llenos.
- No te preocupes si alguna vez se salta alguna comida. Tendrá más hambre y lo recuperará a la siguiente.
Fuente: Contra Costa Health Plan
EL PAÍS, Martes 10 de enero de 2016
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