PABLO CANTÓ
Juan Carlos, cordobés de 10 años, tartamudea desde los cuatro. "Me parece algo único que muchos niños no tienen", se lee en la carta manuscrita que su madre ha compartido en Twitter. María Lumbreras cuenta a Verne que su hijo quiso escribir su experiencia cuando ella le habló de una nueva iniciativa de la Fundación Española de la Tartamudez para que personas afectadas por este trastorno contaran sus vivencias en las redes sociales de la asociación.
"Él es muy lanzado y, cuando se lo comenté, la escribió en 10 minutos" cuenta Lumbreras por teléfono. "No me dio tiempo ni a corregirle las faltas", añade. Según la citada Fundación, en España hay unas 467.000 personas que, como Juan Carlos, tartamudean. "Me suele pasar cuando estoy nervioso o cuando me pongo histérico", escribe el niño sobre su caso. "A mí no me parece que sea algo malo, cuando alguien me pregunta le digo tan feliz que soy tartamudo".
Aunque en la misiva cuenta que en ocasiones los alumnos más mayores, los de la ESO, le "chulean", el resto de personas de su alrededor le apoyan. "Me siento muy a gusto en mi colegio. A mis padres no les importa y a mi profesora tampoco", escribe. Tampoco hace caso a los que sí le han hecho algún comentario negativo. "Me sale por un oído y me entra por otro". Su madre lo corrobora: "Nunca ha tenido un problema ni con sus compañeros en clase ni con sus amigos".
Lumbreras reconoce que, cuando leyó la carta de su hijo, se emocionó. "Me quedé impresionada, se me saltaban las lágrimas", cuenta. Por eso decidió compartirla en Twitter, donde es muy activa, para que la vieran sus contactos. "Me ha sorprendido la repercusión y la respuesta tan positiva. Ha escrito muchísima gente mostrándonos su apoyo, aportando sus testimonios y felicitándome". De hecho, ha contestado a las respuestas de otros padres con niños con tartamudez informándoles del apoyo que les presta la Fundación. Entre otras iniciativas, hay padres que intercambian información y consejos en grupos de WhatsApp.
Aunque Lumbreras se adelantó y publicó la carta antes de que llegara a manos de la Fundación Española de la Tartamudez, esta ya se ha hecho eco a través de sus redes sociales. "Es un ejemplo de cómo hay que llevar los traspiés que da la vida", reivindica Lumbreras. Desde el pasado 28 de febrero, solo a través de cuenta de Twitter la carta acumula más de 4.000 retuits.
EL PAÍS, Jueves 2 de marzo de 2017
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