MÓNICA SETIÉN
La llegada de un bebé cambia totalmente la
estructura familiar. En el caso de que haya hermanos hay que tratar de
«normalizar» la situación lo más posible. A pesar de esperar con verdadera
ilusión este nacimiento, puede que su llegada provoque inicialmente algunos
conflictos familiares. La llegada del primer hijo convierte a la pareja en
familia; y con la llegada de un hermano, el hijo mayor deberá aprender
a compartir el tiempo del que disponen sus padres y que antes le
dedicaban sólo a él.
A los pequeños, que pronto se convertirán en
hermanos mayores, hay que ir preparándoles poco a poco. Según la AEDP «los padres deben intentar
que la imagen que se forme del futuro hermano sea lo más parecida
posible a la realidad: los padres esperan un bebé, no otro niño para
que juegue con el balón o la muñeca nada más salir del hospital» y añade que
«para ello, se le pueden enseñar fotos de cuando lo esperaban a él y de
cuando era un recién nacido. El hermano mayor podrá ayudar a los padres en la
elección de la habitación, la ropa y el nombre del bebé».
En ningún momento hay que dejar de
prestar atención al mayor para que el niño no se sienta desplazado. Aunque la
madre tenga que estar más pendiente del bebé, el hijo mayor
necesita contar con un tiempo en exclusiva para él, igual que cuando el bebé toma el
pecho y tiene a la mamá para él solito. Hay que intentar mantener en lo posible
las rutinas que seguíais antes del nacimiento del bebé: salida al parque,
cuento antes de dormir, etc.
Es muy normal que el mayor manifieste ataques de
celos, ya sea con rabietas, con regresiones (hacerse pis, no querer comer
solido...) O incluso, en el peor de los casos con ataques injustificados a su
pequeño hermanito. La psicóloga Ana Pérez quita importancia a las primeras
manifestaciones «Son absolutamente normales. Responden al tipo de príncipe
destronado del que habla la literatura. El problema es si llega la agresión al
bebé. En ese caso hay que tomar medidas extraordinarias, pero siempre
desde el cariño. No hay que olvidar que el hermano mayor está
sufriendo».
Lo mejor es hacer partícipe al hermano mayor de
cosas que tengan que ver con el bebé y hacerle sentir importante y
necesario, por ejemplo, en la hora del baño o en el momento de cambiar
al hermanito.
ABC, 21/07/2016
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