MÓNICA SETIÉN
Casi
todos los bebés utilizan el chupete. A veces es usado para
entretenerles o, incluso, para engañarles cuando lloran porque empiezan a
tener hambre. Pero este utensilio tiene sus defensores y detractores.
Su utilización es motivo de controversia entre los profesionales que
recomiendan o desaconsejan su uso basándose algunas veces en
experiencias personales y no siempre en pruebas científicas.
A favor
Desde la Asociación Española de Pediatría afirman que no es un elemento malo, pero que, como con todo, conviene no abusar.
-En los recién nacidos amamantados es mejor evitar el chupete durante los primeros días de vida y no desaconsejarlo cuando la lactancia materna está bien establecida, habitualmente a partir del mes de vida, edad en la que comienza el riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante
-Los profesionales deben conocer que en ocasiones el uso del chupete es un marcador de que existen dificultades en la lactancia,
por lo que deben identificar estas situaciones y adquirir las
habilidades necesarias para ayudar adecuadamente a las madres, tanto con
la técnica de la lactancia como infundiéndoles confianza en sí mismas
-En las unidades neonatales en relación con los procedimientos dolorosos, si no existe la posibilidad de que el niño mame, se le debe ofrecer como método de analgesia no farmacológica la succión de un chupete.
-En los niños lactados artificialmente la recomendación del uso del chupete es especialmente importante, ya que presentan otras características que pueden aumentar el riesgo del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante.
-Para evitar otros efectos adversos del uso del chupete se recomienda, en todos los niños, limitar su uso hasta el año de vida,
lo cual incluye las edades de máximo riesgo del Síndrome de Muerte
Súbita del Lactante. y aquellas en las que el lactante tiene más
necesidad de succionar.
-Corresponde a los profesionales de salud proporcionar a los padres una información equilibrada, no sesgada,
sobre la evidencia disponible de los beneficios y perjuicios del uso
del chupete que les ayuden a adoptar sus decisiones. Los responsables
son en último término los padres.
En contra
La doctora doctora Silvia Jiménez, de la Clínica Ciro de
Madrid afirma que las consecuencias del uso continuado de chupete, a
partir de los 3-4 años a nivel esquelético y dentales más frecuentes,
suelen estar relacionadas con la aparición de mordida abierta, es decir, que al cerrar la boca, queda una separación entre los dientes superiores y los inferiores.
-Cuando el niño succiona, la tetina del chupete está apoyada sobre el paladar. Ese hábito provoca una falta de desarrollo del hueso maxilar en anchura, que con los años puede desencadenar una asimetría facial.
-A nivel dentario, los dientes inferiores se vuelcan hacia dentro y los superiores se inclinan hacia fuera, llegando a provocar el aspecto típico de «dientes de conejo».
-La Asociación Americana de Odontología Pediátrica, explica que el uso continuo del chupete (más de seis horas diarias) es más nocivo que usar el chupete en momentos puntuales. Siendo toda esa patología reversible en apenas unos meses después de interrumpir el uso del chupete.
-Para
que el chupete sea seguro debe cumplir con las normas fijadas por AENOR
(Asociación Española de Normalización y Certificación): debe estar
hecho de material plástico, tener bordes redondeados, poseer una anilla o
tirador que permita extraerlo de la boca y la tetina no puede ser
superior a 3,3 cm.
ABC, Lunes 18 de julio de 2016
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