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Disculpe, estoy conciliando

NATALIA MÁRQUEZ
Profesional de recursos humanos y escritora aficionada
06:00am - Suena mi sigilosa alarma. Bajo mi depurado estilo Ninja, para que nadie más se despierte, salgo de la cama para ponerme las zapatillas y hacerme los primeros kilómetros del día con la intención de llegar a la oficina con algo de ejercicio hecho.
Tras una ducha y mi sagrado y litúrgico desayuno, Mis Bichos empiezan a aparecer por el salón.

07:45am - Toca arrancar, preparar leches, snacks, mochilas, poner protección solar, lavar dientes y dar tirones de pelo para atar coletas que antes de salir de casa ya estarán medio deshechas.

08:40am - Salimos de casa destino al "cole de verano". Contamos con apenas veinte minutos para llegar, hacer un poco de compañía a los Bichos mientras llegan los monitores y salir pitando a la oficina, que por suerte está cerca.

09:04/05/07/10am... - Lo siento, pero a veces el segundo beso que me pide Bichito, seguido de "un abrazo, mami" o el "mami, acuérdate de que esta tarde vamos a plantar lentejas" que me dice mi Bicho, acumulan algún minuto de retraso en mi haber del día. Eso y, sobre todo, que el cole no empieza hasta las 09:00am, claro está.

02:00pm - Tengo que salir pitando de la oficina porque el cole termina justo a las dos de la tarde. Por suerte cuento con los cinco minutos de cortesía para que no me pongan mala cara cuando llegue a recogerlas. Sin apenas haberme dado cuenta, a estas alturas del día ya llevo acumulados siete kilómetros en mis piernas: una carrerita tempranera, paseos por fábrica, corre con los Bichos por aquí, los Bichos por allá...

02:26pm - Hora de comer. Algo rápido, que hay que volver corriendo al trabajo.

03:08pm
- Por fin me siento en mi escritorio: correos, pensar en tener alguna idea brillante para alguno de los temas que tengo encima de la mesa, informes, repaso de agenda, programación de tweets...

06:37pm - Hoy sí, hoy tengo que salir en hora, porque pese a que he tenido que posponer mi revisión ginecológica para la semana que viene, leche hay que comprar... y huevos, detergente y todo lo que mi Bicho ha ido apuntando en la lista que le iba dictando esta mañana de camino al cole en el coche, intentando sacar partido de cada minuto que pasamos juntas.

08:00pm - ¡¡¡Estrenamos libro de actividades!!! ¡Yujur! Los dos Bichos reciben con alegría su cuaderno de Vacaciones Santillana. Mientras una empieza con cautela a leer desde el principio para conocer bien a los personajes del libro, la otra empieza a rellenar hojas como si no hubiera un mañana..."¡Otra, mami!, vamos a hacer otra ficha!". Mientras mami dirige actividades, saca unos minutos para escribir estas líneas.

08:20pm - Toca patinar. Estamos de estreno, y hay que apoyar a mi Bicho, que está enganchada a sus patines, así que Bichito y yo correteamos a su alrededor mientras ella se envalentona para ser una buena patinadora. Así también conseguiré seguir sumando pasos y seguir cumpliendo con el objetivo de superar mi meta diaria de 10.000 pasos mínimo.

08:45pm - Hora de plantar lentejas. Sí, es una chorrada, pero están entusiasmadas con la idea, y cómo se la voy a quitar de la cabeza..., sobre todo después de ¡¡¡habérsela dado yo!!!.... A ver si con suerte en estos días vemos crecer la raíz de cada una de nuestras tres lentejas.

09:30pm - Acabo de caer en que aún no tengo organizada la comida de mañana..., ni la cena de hoy, que me toca prepararla porque mi macho alfa, que siempre me ayuda en esto, está de viaje y a punto de llegar. Preparo comida de mañana, preparamos leches y lavamos dientes.

09:40pm - Llega él y ya está todo organizado, cenamos, nos abrimos un vinito, que hoy también nos lo hemos ganado y después de cenar, cojo a mis Bichos para hacer nuestros five minutes. Benditos five minutes que me dan la vida cada día... cinco y, a veces, hasta veinte minutos en los que cada una de nosotras comenta lo mejor que le ha pasado en el día, porque ellas tienen que aprender y descubrir -y yo, recordar - que todos, absolutamente todos los días tienen algo bueno.

10:50pm- Ya estoy lista, cara lavada y ordenador encendido. Hoy toca estudiar. Esta semana toca examen, y aunque no sea nada crucial y complicado, toca ponerse al día antes de hacer el test.

11:30pm - No suena ninguna alarma, pero yo sé que si no me acuesto ya, mañana no podré cumplir objetivos.

Sí, una jornada completita, seguramente muy parecida a la tuya.
Una jornada en la que, seguramente, con las prisas que he llevado, me he cruzado con alguien a quien sin querer no he saludado. He tenido que posponer una revisión y, aunque he avisado, probablemente he trastocado la agenda del médico en algo -eso sí, por otro lado, para compensar, la semana que viene ya tengo dos revisiones en la agenda, la del gine y la del coche-. Una jornada en la que, a primera hora, le he tenido que decir a una señora que por favor quitase su coche de en medio de la calle mientras sus hijos bajaban tranquilamente porque yo tenía prisa por llegar a la oficina. Una jornada en la que he tenido que estar pendiente de terminar reuniones a punto para poder salir corriendo a por mis Bichos antes de que me pusieran mala cara por llegar tarde. También le he dado largas al chico que acababa de echar gasolina para que se apurase en dejarme el sitio libre, que a mi suponer, estaba tardando mucho. Una jornada en la que, por llegar a casa y no perder ni un minuto más esta tarde, he dejado el carro de la compra vacío, sin recuperar mis 50 céntimos, después de comprobar en dos sitios diferentes que todas las cadenas para enganchar carros habían desaparecido... En fin, una jornada en la que aún he querido sacar unos minutos para escribir estas palabras mientras hago deberes con mis Bichos.
Palabras de desahogo para mí y de disculpas para ti, porque estoy conciliando, y es probable que mientras concilio, algún detalle que te moleste a ti, se me esté escapando a mi.
Circulan por las redes muchos artículos sobre la conciliación. Que si el Gobierno no ayuda, que si la empresa y los colegios no lo ponen fácil...Todos ellos tienen algo de razón, pero mientras unos y otros se deciden a hacerme la vida más fácil, yo intentaré renunciar lo menos posible a conciliar mi familia con mi trabajo, el hogar, el deporte y mi vida social.
¿Y tú, concilias o te excusas?
HUFFINGTON POST, Jueves 14 de julio de 2016

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