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Los casos de coronavirus aumentan un 8,8% con la nueva normalidad

EMILIO DE BENITO

La nueva normalidad era esto: mascarillas y brotes. Más de 50 focos se mantienen activos en España en estos momentos –eso sí, todos controlados–, los últimos detectados en Tarazona de la Mancha (Albacete), donde cuatro personas de una familia han sido aisladas, y en Castellón de la Plana, donde 16 miembros de una familia que se reunió para celebrar San Juan (la noche del 23 al 24 de junio) están en cuarentena. El resultado es que, según los últimos datos que ha dado Sanidad, en los últimos siete días se han diagnosticado 1.978 casos, un 8,8% más que los 1.450 que indicaba el informe del 20 de junio, el último día antes de que todo el país alcanzara la última de las fases de la desescalada, la actual, en la que ya no hay limitaciones para los viajes, aunque se mantienen restricciones de aforo en los lugares cerrados y en los abiertos como las playas y en el número de asistentes a las reuniones. Ese número ha subido casi todos los días desde entonces. Prácticamente en todas las comunidades hay algún brote. Solo Asturias no ha tenido ningún caso en los últimos 14 días.

La lista exacta de los brotes de coronavirus activos no se obtiene por cauces oficiales. El Ministerio de Sanidad no facilita una lista de estos repuntes, entre otras causas para no chocar con las comunidades autónomas. Oficialmente hay un repunte si se dan tres casos relacionados (o uno si se da en una residencia). Pero la palabra tiene mala fama, y Cantabria se niega a calificar de brote el de un edificio de Santander que ha llevado a aislar a 13 personas, y el consejero de Salud de Andalucía, Jesús Aguirre, prefirió llamar cluster (agrupación en inglés) a los que tiene en Algeciras (dos, uno en un hostal y otro en una ONG).

Aparte de Asturias, que lleva dos semanas sin declarar casos de la enfermedad, La Rioja, Baleares, Canarias y Navarra no comunican que tengan brotes activos. La otra comunidad que no lo hace es Madrid. Pero eso no quiere decir que no tenga casos. Es la que más positivos ha reportado durante la pandemia (71.950, casi un tercio del total), y la segunda que más ha notificado durante la última semana (165, solo por detrás de los 381 de Cataluña) y del día (29 en las últimas 24 horas).

“Efectivamente, este aumento de los casos se debe a los brotes”, afirma una portavoz del Ministerio de Sanidad, quien destaca que “se está haciendo mucho cribado en residencias, personal sanitario o en contactos de casos diagnosticados, incluso en asintomáticos”. “En números absolutos la cifra no es preocupante, pero digamos que tenemos que estar pendientes de esto. Habrá que estudiar la tendencia” añade. Esta intensidad en la búsqueda de casos se ve en los datos de las PCR efectuadas. Al respecto, el ministerio ha comunicado que a 25 de junio las comunidades habían hecho 3,5 millones de PCR, de ellas, 179.000 entre el 19 y el 25 de este mes, con las que había diagnosticados 1.911 positivos. Es decir, había necesitado 94 análisis por cada caso. En los siete días anteriores, necesitó 89, lo que es un indicador de que se está buscando más intensamente. Eso no quiere decir que cada prueba se haya hecho a una persona, ya que estas se repiten en cada paciente hasta que da negativo, por ejemplo.

Las imágenes de playas abarrotadas y algunas fiestas populares o discotecas con la pista llena llevan enseguida a culpar a los ciudadanos de estos repuntes. Y muchos de estos focos están relacionados con reuniones familiares, como el de Navalmoral de la Mata, en Cáceres, con más de 20 contagiados. Mas hay que tener en cuenta que los más graves de estos focos, como el de Málaga –más de 100 casos confirmados en relación con un centro de acogida de Cruz Roja— y los de las comarcas del bajo Cinca en Aragón –más de 30 afectados– y los vecinos en Lleida están más vinculados a cuestiones como el hacinamiento o las condiciones de trabajo. También sigue habiendo episodios relacionados con hospitales y residencias sociosanitarias (los tres de Valladolid, por ejemplo).

Pese a la alerta que causa cada brote, no hay que olvidar que esos 1.978 casos en siete días es la quinta parte de los que se llegaron a diagnosticar en una sola jornada a primeros de mayo. Por eso los especialistas consultados le dan una importancia relativa. “No necesariamente esto tendría que suponer un problema. Este aumento de casos es constatar que la epidemia persiste, pero también de que la Salud Pública los detecta. Seguimos en pandemia y en ningún momento esta ha desaparecido, con lo cual es muy probable que veamos agrupaciones de casos”, afirma Federico Arribas, de la junta directiva de la Sociedad Española de Epidemiología. “Por otra parte, los Servicios de Vigilancia Epidemiológica y los servicios asistenciales están en alerta y por ello se detecta antes. Se hacen más PCR cuando se detecta un caso entre sus contactos y por ello se identifican más casos”, añade.

Además, a estos niveles bajos de transmisión es difícil que los descensos sean continuados. “Teniendo en cuenta la dificultad, no solo de reducir la incidencia de nuevos casos de covid-19, sino también de mantener la incidencia estable, tal como muestran los datos de países hasta ahora elogiados, cabe prestar una máxima atención a la monitorización y cumplimiento de las medidas preventivas”, afirma Ildefonso Hernández, de la directiva de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas). “Eso exige que las autoridades sanitarias refuercen las indicaciones a todos los actores: gobiernos locales, empresas y negocios privados, así como a la población en general para que mantengan la tensión preventiva. Estamos en una fase en la que vale la pena mantener la estabilidad de las tasas o la reducción durante muchas semanas para poder valorar con sosiego los brotes que se produzcan a fin de indagar sobre sus causas y corregir según la información obtenida las actuaciones preventivas”, indica.

José Rivera Torres, profesor de Virología y catedrático de Ingeniería Genética en la Universidad Europea, opina que estos datos, “más que preocupantes” lo que deben es hacer “reflexionar sobre los hábitos individuales que estamos desarrollando una vez levantado el confinamiento”. El número de casos y su agrupación “son bastante normales dada la infectividad del virus”. “Tenemos que asumir que es un patógeno respiratorio y que por mucho que los niveles de rayos ultravioleta y otras condiciones ambientales sean detrimentales” para él, afirma Rivera respecto a una posible ayuda del calor a la hora de controlar su expansión, “esos porcentajes de casos van a seguir en esos órdenes o incluso en algunos superiores”.

EL PAÍS, Miércoles 1 de julio de 2020


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