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¿Por qué 'desaparecen' los anticuerpos tan rápido en algunos paciente COVID?

ÁFRICA ALBALÁ

La duración de la inmunidad frente al coronavirus continúa siendo una de las grandes incógnitas de la enfermedad y los investigadores se afanan en tratar de arrojar sobre ella algo de luz. Los resultados de la tercera oleada del estudio de seroprevalencia del Ministerio de Sanidad, presentados este lunes, han contribuido a avivar el debate: un 14,4% de los casos que dieron positivo en la primera ronda ya no tenía anticuerpos detectables seis semanas después.

Se trata de un fenómeno conocido como seronegativización y consiste en la pérdida de anticuerpos en pacientes que los habían desarrollado tras padecer una enfermedad. En el caso de la COVID-19, son más las dudas que las certezas sobre el motivo de este rápido decaimiento de las inmunoglobulinas G (IgG) en algunos infectados. De hecho, varios estudios publicados recientemente han ofrecido datos "contradictorios" al respecto, apunta el inmunólogo y profesor de la Universidad de Valladolid Alfredo Corell.

"Hay un estudio de Wuhan que asegura que los anticuerpos contra el coronavirus duran al menos cinco meses en cantidades altas, que es lo que han experimentado ellos", explica. No obstante, añade, existe un trabajo más reciente llevado a cabo en el distrito de Wanzhou que reduce sustancialmente este tiempo y lo sitúa en apenas 10 semanas. 

Ante estos datos, Corell señala el reducido número de los participantes en este ensayo de Wanzhou -apenas 37- y llama a la "prudencia". "Hay que esperar a que pase un poco más de tiempo desde que se hayan infectado", incide. 

Experiencia con otros virus

Tras algunas infecciones, las inmunoglobulinas G generadas por el organismo duran un cierto tiempo y acaban por caer por debajo del umbral de detección, mientras que frente a otros patógenos estos anticuerpos pueden mantenerse durante toda la vida

Para analizar cuáles son los posibles escenarios sobre el decaimiento de los anticuerpos ante el coronavirus, el catedráctico de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Microbiología Víctor Jiménez Cid recuerda lo que ocurre con otros virus similares. "Para el SARS-1, del año 2002-2003, se han seguido los anticuerpos y parece que se mantienen IgG incluso durante años", recalca.

"Hay un estudio realizado 12 años después del SARS entre individuos que habían pasado la enfermedad en el que se seguían detectando en sangre anticuerpos y también inmunidad celular", dice. Sin embargo, agrega, para el MERS este tiempo es mucho menor, de apenas un par de meses, especialmente en aquellos que no han padecido síntomas graves, pues es un virus "muy poco adaptado al ser humano".

Para Corell, respecto a la duración, no va a ser "ni tan corto como dos meses, como dicen unos, ni tan largo como dos años". 

Inmunidad celular

Más allá del tiempo que tarden las IgG en decaer por debajo de niveles detectables, los expertos coinciden en señalar que los anticuerpos no son sinónimo de inmunidad y el cuerpo humano tiene otros mecanismos para defenderse de los virus. 

El hecho de que no se detecten anticuerpos en sangre no significa que los pacientes no estén protegidos ante nuevas infecciones, puesto que, aunque desaparezcan las IgG, sí quedan los linfocitos b de memoria, que pueden producirlas en caso de una nueva infección. Además, los pacientes han podido desarrollar otro tipo de inmunidad, la celular, que no es detectada por los test serológicos realizados entre la población y actúa como mecanismo de defensa.

Para poder responder con certeza a la pregunta sobre la duración de la inmunidad -de un tipo u otro- ante el coronavirus, los expertos coinciden, hace falta "tiempo".

20 MINUTOS, Martes 7 de julio de 2020


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