A través de los cuentos, se fomenta el vínculo entre padres e hijos, se desarrollan los sentidos del niño y su imaginación, se enriquece su lenguaje, se incrementa su inteligencia… en definitiva, le ayudan a forjar su identidad
La mente del ser humano es lingüística, necesita la palabra para sentir
los primeros rayos de vida. Los primeros sonidos salen de su madre, le
arrulla con nanas, mimos y abrazos sonoros. No importa lo que le digamos
al principio, importa el cómo se lo digamos.
Los padres al contar cuentos crean ese vínculo de afecto y seguridad
que necesita para crecer seguro y fuerte en la sociedad que le va a
tocar vivir.
Al escuchar cuentos la mente del niño va descubriendo sus sentidos: el
oído para escuchar las palabras; el gusto para poder saborear la manzana
prohibida; con la vista podemos ver más allá de nosotros; el tacto nos
acerca lo contado y podemos sentir todo lo que nuestra imaginación
despierte y el olfato que nos asegura que mamá huele igual que el hada
madrina.
Contando cuentos a los niños preparamos la estructura mental y
espiritual que trae al mundo. El lenguaje se enriquece, la imaginación
se desarrolla, podríamos decir que le ayudamos a forjar su identidad.
Beneficios de la lectura
Por mi trabajo y experiencia como madre aconsejo que cuanto antes
conozca un niño las palabras, mejor aprenderá lo siguiente. Aunque
sabemos que leer no es innato en el niño, el aprendizaje debería realizarse sin prisas pero sin pausas.
El cerebro está vivo y crece con su uso. Leer incrementa la
inteligencia y hace que la mente trabaje más rápido y retrase la futura
demencia senil.
No hay que olvidar que un ser humano aprende jugando, y leer no le costará igual a un niño que a otro.
El niño con la lectura irá descubriendo su espíritu creativo. “Aprender
a leer ampliaría las habilidades de representación mental, se amplia el
conocimiento del mundo y la capacidad de reflexionar sobre éste” (M.
Clemente Linuesa).
¿Cómo animar a los niños a leer?
- Lo primero que se debería hacer es hablarles desde antes de nacer.
- Cuando le tengamos con nosotros le enseñaremos que en la casa existe
un lugar donde mamá o papá tienen un rato para leer. Podemos poner una
silla pequeña y uno de sus libros, eso hará que el niño adopte nuestra
costumbre.
- Si papá lee el periódico en el desayuno, el niño puede tener su libro
o una revista. Cuando es muy pequeño, este momento mágico será una
puerta importante para hacer a un niño lector.
- El aprendizaje de un niño va de dentro hacia fuera. Después de dar en
casa los primeros pasos lo llevaremos a actividades culturales como el
teatro, sesiones de cuentos, etc.
- No debemos olvidar la lectura antes de ir a dormir. No debe ser un
tiempo largo pero sí tranquilo, sin estrés ni enfados. Si alguna noche
no le leemos ningún libro, le podemos relajar con nuestras palabras,
llevándole a los lugares de los cuentos ya leídos o inventados. Así
estaremos entrenando a nuestro hijo a ser un oyente activo.
- También es bueno que el niño lea en voz alta, esta práctica crea imágenes más sólidas.
El mejor cuento para tu hijo…
El mejor cuento es, siempre, es el que le guste a él. Al principio los
álbumes con sus ilustraciones serán lo que le llamarán la atención. Nos
asustará al ver que no hay en su repertorio un D. Quijote, pero ese tipo
de lectura llegará a su debido tiempo.
Cuando el niño es bebé deberemos tratar de que en cada uno de sus
rincones haya libros; en la bañera, cuando le estamos enseñando a usar
el inodoro, cuando está desayunando, incluso cuando estamos en la fila
del banco, etc.
Si nos ayuda a realizar un pastel, que vea el libro de recetas que
estás leyendo, le divertirá poder ser él el que te indique el punto
siguiente.
El ser humano aprende con el ejemplo, pero si no se divierte le
resultará más difícil poder entender que leer puede ser algo bueno.
Siempre queremos lo mejor para nuestros hijos, pero si nos olvidamos
qué clase de niños éramos, cómo sentíamos, qué nos gustaba… Si pensamos
como adultos quizá en más de una ocasión la elección del libro no sea la
adecuada.
Una buena idea sería pedir consejo a las libreras. Hoy en día nuestras
librerías, las familiares, manejan toda una amplia información del fondo
editorial en España. Las librerías familiares son espacios vivos, donde
el libro es el juguete del niño. Las actividades que en ellas se
realizan les acercan a la lectura y os liberan de la preocupación de si
os habréis equivocado. Hay un montón de charlas que os preparan para
acertar en vuestra elección.
¡Qué seáis felices… y disfrutéis con vuestros lectores!
Redacción: Pepa Martín, contadora de cuentos y experta en animación a la lectura.
Imagen: Todo Papas
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