Son muy calóricos y salados. En dos de los ocho analizados, la
proporción de grasas saturadas, las menos saludables, era elevada.
Además, reducen el apetito de los niños y les acostumbran a sabores
intensos y poco naturales.
Los snacks o aperitivos salados son un producto elaborado por la
industria alimentaria que se caracteriza por su pequeño tamaño, por ser
ligero, fácil de manipular y más aún de comer, sabroso y capaz de
combatir momentáneamente la sensación de hambre de su consumidor. Podría
pensarse que otra de sus características es su reducido precio, pero
este es un aspecto que habría que revisar: de los ocho snacks (gusanitos
de maíz y pajitas de patata) comparados por CONSUMER EROSKI en este
análisis, tres salen a más de 20 euros el kilo, uno a 15 euros el kilo y
dos rondan los 9 euros el kilo. Los dos restantes salen a 7 y 4 euros
el kilo. Por tanto, de baratos tienen más bien poco.
Los snacks, que llegan al consumidor en una gran diversidad de
presentaciones, pueden ser horneados, fritos y estar cubiertos de cacao,
además de contar con muy distintos aromas y sabores, como mantequilla,
barbacoa, jamón, ketchup o queso. Sus intensos sabor y aroma y su
peculiar textura los hacen muy tentadores para muchos consumidores,
hasta el punto de que a no pocas personas les cuesta resistirse ante una
bolsa abierta de crujientes snacks.
En este comparativo se
analizaron los dos snacks más consumidos por los niños: gusanitos y
pajitas al natural, ambos sin sabores. Se componen fundamentalmente de
harina o sémola de cereales o tubérculos (maíz, trigo, fécula de patata)
y grasa (aceite de semillas, grasa vegetal o grasa vegetal
hidrogenada), acompañados de agua, sal y aditivos (colorantes,
saborizantes y conservadores).
Qué tienen los gusanitos y las pajitas
Se
llevaron al laboratorio cinco muestras de gusanitos (producto de
aperitivo horneado) y tres de pajitas de patata (producto de aperitivo
frito), y la primera conclusión que depararon las mediciones fue que
estos snacks son alimentos muy energéticos (desde 450 hasta 540 calorías
cada cien gramos), debido a su escaso contenido en agua (representa
sólo entre el 1,3% y el 4,3% del producto) y a sus ingredientes
fundamentales: el maíz o la patata, ambos ricos en hidratos de carbono, y
la grasa que se emplea para freírlos u hornearlos. La norma establece
que la humedad en los productos de aperitivo no debe superar el 5%,
extremo que se cumplió en todas las muestras. Los hidratos de carbono
suponen entre el 64% y el 75% del producto en los gusanitos, y entre el
59% y el 67% en las pajitas. Las proteínas, de origen vegetal
(provenientes del maíz o la patata) aparecen en cantidad modesta: en los
gusanitos representan entre el 5% y el 6,5%, y en las pajitas entre el
1,4% y el 3,2%.
Los gusanitos se elaboran a base de maíz, al que
se añade aceite o grasa vegetal y sal, mientras que las pajitas se
componen de una masa de patata que se fríe, absorbiendo el producto
parte de la grasa de fritura. Es por esto que las pajitas tienen más
grasa (entre el 27% y el 32% del producto es grasa, y una media del 29%)
que los gusanitos (entre el 14% y el 24% de grasa, y una media del
19%). Los snacks menos grasos de todos los analizados fueron, y con
clara diferencia respecto de los demás, los gusanitos Rufinos (14% de
grasa) y Jojitos (15%), mientras que se revelaron como los más grasos
las pajitas Facundo (el 32% de grasa).
No todas las grasas vegetales son iguales
Pero
no sólo importa la cantidad de grasa que contienen los snacks (y los
alimentos en general), sino también el tipo de grasa (las saturadas,
como es sabido, son las menos saludables). Y se da la circunstancia de
que, en ocasiones, esta información, el tipo de grasa empleado, no se
ofrece de modo adecuado al consumidor. En este comparativo, la etiqueta
de las pajitas de Risi y Facundo y de los gusanitos Rufinos indica
simplemente "grasa vegetal", cuando se trata de grasa de palma en los
dos primeros casos, y de soja en el tercero. El laboratorio estudió el
tipo de grasa que usan los fabricantes de estos ocho snacks y determinó
que en todos los casos eran los indicados en los respectivos
etiquetados. Todos, efectivamente, utilizan aceites vegetales, por lo
que no contienen colesterol. Más en concreto, los gusanitos Risi,
Jojitos, Jumpers, Aspitos y las pajitas La Iscariense utilizan aceite de
girasol, y los Rufinos aceite de soja; pero las pajitas Risi y Facundo
usan grasa de palma. Este uso de la grasa de palma es una peculiaridad
importante: la proporción de ácidos grasos insaturados (con efectos
positivos en el control del colesterol) representa el 88% del total de
la grasa en los snacks que emplean aceite de girasol y el 82% en el que
opta por el de soja. Sin embargo, en los dos que utilizan grasa de palma
(pajitas Risi y Facundo) esta proporción de insaturados se queda en el
53%. Dicho de otro modo, la proporción de grasa saturada (la menos
saludable) es muy superior en los snacks elaborados con grasa de palma.
Esto es conocido, pues se sabe que emplear aceites de semillas, como el
girasol o la soja, hace que predomine la grasa insaturada sobre la
saturada, mientras que si se utiliza palma o grasa vegetal hidrogenada,
aumenta notablemente la presencia las grasas saturadas, menos saludables
que las insaturadas. Un consumo abundante de grasa saturada tiende a
elevar los niveles de colesterol en sangre (factor de riesgo
cardiovascular).
También se analizó el contenido en grasas trans
(se trata de aceites líquidos que han sufrido un proceso de
hidrogenación parcial que alargan la vida útil y potencian las
cualidades organolépticas del producto), a las que se atribuye no sólo
la capacidad de aumentar el colesterol malo en la sangre (colesterol
LDL, que se deposita en las arterias coronarias, aumentando el riesgo de
cardiopatía coronaria) sino también la de reducir el nivel del
colesterol bueno (HDL). Por tanto, estas grasas trans son aún menos
saludables que las saturadas. De todos modos, las cantidades de grasa
trans encontradas en las ocho muestras fueron pequeñas, en ningún caso
superiores al 1%, del total de la grasa. En España no hay nada legislado
sobre la cantidad admitida de grasas trans, pero puede servir como
referencia que la normativa danesa establece un máximo de grasa trans en
los alimentos: el 2% del total de la grasa.
Las pajitas son algo
más calóricas: cien gramos de gusanitos aportan de media 477 calorías
(entre las poco más de 450 de Jojitos y Rufinos y las 500 de Risi),
mientras las pajitas representan de media 521 calorías cada cien gramos,
en una horquilla que va desde 510 de La Iscariense y Risi hasta las 540
de Facundo).
Demasiada sal
La
legislación establece para estos productos un máximo de un 5% de sal
sobre sustancia seca (peso una vez eliminado el agua). Los ocho snacks
respetan este máximo, pero las diferencias en el contenido de sal son
muy significativas, ya que van desde el 0,7% de sal de los gusanitos
Rufinos y el 3,2% de las pajitas Risi. Se considera que los niños de
entre 1 y 3 años no deben consumir más de 2 gramos de sal al día; los de
entre 4 y 6 años, no más de 3 gramos, y los de entre 7 y 10 años, no
más de 5 gramos al día. Teniendo en cuenta estas recomendaciones, la
cantidad de sal de muchos de estos snacks es ciertamente excesiva: una
bolsa de pajitas Risi, que pesa 20 gramos, contiene 0,63 gramos de sal,
un tercio del consumo diario máximo aconsejado para los niños más
pequeños, y una bolsa de gusanitos Jojitos (36 gramos) aporta 0,42
gramos de sal. Además, estos aperitivos no son la única fuente de sal en
la alimentación infantil.
Por otra parte, en cinco de las ocho muestras se detectó glutamato,
un conocido aditivo potenciador del sabor, permitido pero innecesario en
productos de calidad, que en las etiquetas se identifica como E-621 y
puede añadirse siempre que no supere los 10.000 ppm (partes por millón).
Los contenidos fueron muy dispares, pero ninguno superaba ese límite.
La mayor presencia se comprobó (7.940 ppm) en los gusanitos Jumpers. Las
pajitas Facundo (395 ppm de glutamato) no lo indican en su etiqueta,
con lo que incumplen la norma. Y, curiosamente, no se encontró este
aditivo en los gusanitos Rufinos, que dicen añadirlo.
Se buscaron
en laboratorio otros dos aditivos, ambos conservadores con poder
antioxidante: el BHA (butilhidroxianisol) evita el enranciamiento de las
grasas y el BHT (butilhidroxitolueno) se emplea combinado con el BHA ya
que potencia sus efectos. En los productos de aperitivo está permitida
la presencia de BHA hasta 200 ppm del total de la grasa, pero a los
aceites empleados se pueden añadir ambos. Cuatro muestras (las tres de
pajitas y una de gusanitos, la de Rufinos) carecían de ambos aditivos.
Sólo en una (gusanitos Jumpers) se detectaron ambas sustancias (63 ppm
de BHA y 8 ppm de BHT), mientras que se vio sólo BHA en los gusanitos
Jojitos (26 ppm) y Aspitos (3 ppm), y sólo BHT en los gusanitos Risi
(0,5 ppm). La cantidad detectada de ambos antioxidantes es muy pequeña y
en las dos muestras que contienen BHT no puede asegurarse que incumplan
la normativa, debido a que su presencia puede deberse tanto a su
incorporación al propio alimento como a que lo contuviera el aceite
utilizado.
Dos, fuera de norma por etiquetado incorrecto
El
estudio de las etiquetas de estos ocho snacks reveló irregularidades en
dos productos (ambos, pajitas de patata: Facundo y La Iscariense), que
quedan fuera de norma. La denominación "Pajita fina" de La Iscariense no
está contemplada en la norma, y se debería llamar "Producto de
aperitivo frito". Además, incumple también la norma al mostrar en su
envase un sello de gestión de calidad de la empresa y no del alimento,
algo no permitido. Facundo, por su parte, dice en su lista de
ingredientes contener grasa vegetal "comestible", lo que no está
permitido, ya que no se pueden elaborar alimentos con grasa no
comestible. Otro incumplimiento de norma en pajitas Facundo es que
contiene ácido glutámico (395 ppm, detectado en el laboratorio), aditivo
saborizante, cuando no lo indica en su lista de ingredientes. Las
etiquetas de los otros seis snacks cumplían la normativa, ya que
aportaban toda la información exigida y no cometían irregularidades.
Ahora bien, los gusanitos Rufinos y las pajitas Risi y Facundo
mejorarían su etiquetado si especificaran (como lo hacen el resto de los
snacks) el tipo de grasa empleado (únicamente indican "grasa vegetal"),
ya que los diversos aceites vegetales son, desde el enfoque que
relaciona nutrición con salud, bien dispares: en este caso, el aceite de
girasol o de soja tiene un perfil de grasa más saludable que el de
palma (utilizado por Facundo y Risi, ambos pajitas) cuya proporción de
grasa saturada es mucho mayor.
su condición de producto muy
calórico, graso y salado, los fabricantes deberían incluir información
nutricional, aunque la norma no obligue a ello, pero sólo cuatro (las
dos muestras de Risi, y las dos de Aperitivos Extrusionados: gusanitos
Jojitos y Super Aspitos), de los ocho comparados lo hacen; además, no
sólo ofrecen los datos por 100 gramos de producto, sino también por
ración de consumo, en este caso, la bolsa.
Calidad higiénica deficiente en tres de los ocho snacks
El área de microbiología del laboratorio analizó el estado higiénico sanitario de las ocho muestras. La normativa de productos de aperitivo exige ausencia de Enterobacterias, Staphylococcus aureus, Salmonella y Enterococos. Los resultados fueron negativos en todos los parámetros salvo en las enterobacterias, cuya presencia se hizo notar en los gusanitos Jumpers y las pajitas La Iscariense y Risi, es decir, en tres de los ocho snacks estudiados. Los recuentos registrados fueron muy bajos (inferiores en los tres casos a 10 ufc/g, unidades formadoras de colonia por cada gramo), pero los tres productos incumplen la norma, que exige ausencia de estas bacterias en el alimento. Todo apunta a que, en los tres casos, esta indeseable presencia de Enterobacterias, que no supone riesgo sanitario para el consumidor, se debe a una falta leve de higiene en el procesado del producto.
En síntesis
- Se han analizado ocho muestras de snacks, cinco de gusanitos (Rufinos, Risi, Jojitos, Jumpers y Aspitos) y tres de pajitas (La Iscariense, Risi y Facundo). Los formatos iban desde 5 hasta 100 gramos.
- Llama la atención que los precios sean, en un producto con una materia prima barata, tan onerosos y tan diferentes: los gusanitos salen desde poco más de 4 euros el kilo (Maxfinos Jumpers) hasta 30 euros el kilo (gusanitos gigantes Super Aspitos). Y las pajitas, desde 15 euros el kilo (Facundo) hasta 26,25 euros el kilo (Risi).
- Son productos de aperitivo que se ingieren de modo ocasional, y debe ser así: no conviene comerlos con frecuencia: son muy calóricos y su contenido en sal es abundante (desde poco más del 0,7% hasta casi el 3,2%). Y en dos de estos ocho snacks la proporción de grasas saturadas, las menos saludables, era elevada.
- Si los niños consumen snacks antes de las comidas pueden ver reducido su apetito y perjudicar así la calidad nutritiva de su dieta. Al ser tan sabrosos y salados, convierten en insípidos platos muy saludables (como verduras, ensaladas o pescados) de su comida o cena.
- Aportan entre 450 y 540 calorías cada cien gramos debido a su escaso contenido en agua, a que los ingredientes fundamentales (maíz o patata) son ricos en hidratos de carbono, y a la grasa vegetal o aceite que se emplea para freírlos u hornearlos (la presencia de grasa va desde el 14% hasta el 32%, según las muestras).
- Las pajitas tienen, de media, un 50% más de grasa que los gusanitos y aportan, de media, un 9% más calorías.
- Los gusanitos Jumpers y las pajitas La Iscariense y Risi incumplen la norma de calidad higiénico-sanitaria por presentar enterobacterias (el contenido fue muy bajo) cuando se exige ausencia. El etiquetado de las pajitas La Iscariense y Facundo era incorrecto.
- La grasa empleada en las ocho muestras es vegetal. Aceite de girasol en los gusanitos Risi, Jojitos, Jumpers, Aspitos y La Iscariense; aceite de soja en gusanitos Rufinos y grasa de palma en las pajitas Risi y Facundo. El perfil de ácidos grasos es más saludable en los snacks que emplean aceite (más de un 82% de grasas insaturadas) que en los que usan grasa de palma (poco más del 50% de insaturados).
- En la cata, los gusanitos más preferidos fueron Jumpers, Aspitos y Jojitos. Y, en las pajitas, las de Risi fueron las más elogiadas.
- La mejor relación calidad-precio corresponde a los gusanitos Jojitos gigante de Aspil, baratos (6,94 euros/kilo), de los menos grasos y calóricos y muy apreciados en la cata. No hay pajitas merecedoras de este galardón, porque ninguna carece de alguno de estos problemas: demasiada grasa saturada, etiquetado incorrecto, defecto de calidad microbiológica y sal en exceso.
Uno a uno, ocho snacks: gusanitos y pajitas
Jojitos Gigantes
- Maíz horneado natural
- Sale a 6,94 euros el kilo. Bolsa de 36 gramos.
- La mejor relación calidad-precio. De los menos grasos y calóricos. Con aceite de girasol. No emplea glutamato (potenciador del sabor), pero sí BHA, un antioxidante de la grasa.
- En cata, con 7,5 puntos se sitúa entre los más preferidos: gustan por su color y sabor; son criticados por poco sabor, poco crujientes y pequeños.
Super Aspitos
- Maíz horneado natural
- Salen a 30 euros el kilo, los más caros. Bolsa de 5 gramos. Con aceite de girasol. No usa glutamato (potenciador del sabor), pero sí BHA, un antioxidante de la grasa.
- En cata, con 7,6 puntos figura entre los más preferidos: gusta por su sabor y color; son criticados por grandes y poco crujientes.
Risi
- Producto de aperitivo horneado
- Sale a 8,57 euros el kilo. Bolsa de 35 gramos.
- Con aceite de girasol. Añade glutamato, potenciador del sabor. Se detectó presencia del antioxidante BHT si bien en cantidad ínfima.
- En cata, con 6,2 puntos, fue de los menos preferidos: gustan su tamaño y sabor; son criticados por poco sabor, por su forma, por el color y por poco crujientes.
Rufinos
- Aperitivo de maíz horneado
- Sale a 9,20 euros el kilo. Bolsa de 100 gramos.
- Con el menor contenido graso, es de los menos calóricos (si bien son 456 calorías cada cien gramos). También es el menos salado (0,7%). Y no emplea glutamato (potenciador del sabor) ni antioxidantes. Con aceite de soja.
- En cata, con 6,5 puntos fue de los menos preferidos: gustan por su color y forma; pero son criticados por duros.
Maxfinos de Jumpers
- Snack de maíz horneado
- Salen a 4,17 euros el kilo, los más baratos. Bolsa de 60 gramos.
- Con aceite de girasol. Muy salados (2,5%). El de más glutamato (potenciador de sabor) y antioxidantes BHA y BHT. Estado higiénico-sanitario incorrecto, por presencia de enterobacterias; el recuento fue muy bajo y no representa riesgo para los consumidores, pero la norma exige ausencia.
- En cata, con 7,5 puntos se sitúa entre los más preferidos: gustan por su sabor; pero también reciben críticas por blandos y pequeños.
Facundo
- Producto aperitivo frito sabor patata
- Salen a 15 euros el kilo, las pajitas más baratas. Bolsa de 20 gramos.
- Etiquetado incorrecto: indica que utiliza grasa vegetal comestible (no está permitido decirlo, porque todas son comestibles) y no declara el glutamato que utiliza. El snack con más grasa (32%) y el más calórico (539 calorías cada cien gramos) de los ocho analizados. Utiliza aceite de palma, lo que le lleva a que un 47% de su grasa sea saturada (la menos saludable), cuando en los snacks con aceite de soja o girasol representa en torno al 12%. Añade glutamato (potenciador del sabor).
- En cata obtiene 6,7 puntos: gusta su sabor; pero son criticadas por su color, por resultar pequeñas y aceitosas.
La Iscariense
- Pajita Fina
- Salen a 22,22 euros el kilo. Bolsa de 45 gramos.
- Etiquetado incorrecto: denominación de venta no correcta, incluye un sello de calidad de la empresa no permitido y no recomienda cómo conservar el producto. Mucha grasa (27%) y muchas calorías (512 cal/100 g). Con aceite de girasol. Añade glutamato (potenciador del sabor). Estado higiénico-sanitario incorrecto, por presencia de enterobacterias; el recuento fue muy bajo y no representa riesgo para los consumidores, pero la norma exige ausencia.
- En cata obtiene 6,9 puntos: gustan por su sabor; aunque algunos consumidores las perciben con poco sabor y poco crujientes.
Risi
- Producto aperitivo frito sabor patata
- Salen a 26,25 euros el kilo. Bolsa de 20 gramos.
- Mucha grasa (27%), muchas calorías (511 calorías cada cien gramos). Utiliza aceite de palma, lo que le lleva a que un 46% de su grasa sea saturada (la menos saludable), cuando en los snacks con aceite de soja o girasol representa en torno al 12%. Las más saladas (3,2% de sal) y las segundas con más glutamato (potenciador del sabor). Estado higiénico-sanitario incorrecto, por presencia de enterobacterias; el recuento fue muy bajo y no representa riesgo para los consumidores, pero la norma exige ausencia.
- En cata, con 7,6 puntos, fueron las más preferidas: gustan por ser crujientes; pero son criticadas por su color y por presentar burbujas.
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