Autor: Miguel Ángel Signes Llopis.
“Los animales de compañía son una parte integral de la vida familiar,
deben ser considerados como un factor básico de la higiene
mental” (Bossard, 1950).
Muchos padres y madres me preguntan, bien personalmente o por mail,
mi opinión sobre quÉ me parece la idea de que tengan un perro u otro
animal de compañía en la familia para su hijo o hija. Siempre les
aconsejo que lo tengan por la importancia y la influencia que estos
tienen para un mejor desarrollo físico y psicológico de los niños,
tengan o no alguna discapacidad o necesidad especial, haciéndoles mucho
hincapié en lo siguiente.
Beneficios de los Animales.
Hoy en día nadie duda de los beneficios que tienen los animales de
compañía en la unidad familiar y sobre todo en los niños. En cuanto a
estos sabemos que satisfacen la necesidad que tienen de abrazar, de
contacto físico, de tener un compañero y de que sean aceptados
incondicionalmente. También sabemos que la tenencia de animales de
compañía potencia y mucho la autoestima de los niños, un sentimiento de
empatía y así como sus habilidades sociales.
Además proporcionan una fuente ilimitada de afecto, amor, aceptación
sin límites y compañerismo; y lo mejor de todo, es que el animal siempre
está ahí deseando tanto recibir como dar amor y afecto, sin juzgar y
sin esperar nada a cambio ¡Cuánto tenemos que aprender de los animales!
Por otro lado, el sacar a pasearlos y/o a hacer sus necesidades
siendo el caso de los perros por ejemplo, fomenta el ejercicio físico
(tan necesario para la salud), además de poder disfrutar de su mascota
al aire libre y fomentar las relaciones interpersonales y de amistad con
los dueños de otros perros.
Entre los beneficios que aportan los animales de compañía tendríamos, entre otros, los siguientes:
Pasar de ser Sujetos Pasivos a Sujetos Activos.
Si el niño es el encargado de enseñar al animal pasa a ser un sujeto
activo en vez de ser un sujeto pasivo, siendo esto muy valioso porque el
mismo se involucra en el aprendizaje del animal y sin él quererlo y sin
darse cuenta, en el suyo propio, aumentando su disciplina y su
autoestima. También el hacerse cargo del animal aumenta la autoestima y
mucho, ya que tienen bajo su responsabilidad a un ser vivo con unas
necesidades que deben cubrir, como darle de comer, beber, arreglarle su
camita, pasearlo, cepillarlo, limpiarlo……..
Por otro lado, hay niños o niñas con alguna discapacidad que no
tienen perros u otros animales en casa, y esta carencia se puede cubrir
realizando Intervenciones Asistidas con Animales
(Terapia/Educación/Actividad).
En un proyecto que tuve el placer de participar junto con mis perros,
Airon, un Pastor Alemán (ya fallecido) y Guinness, una hembra de
Labrador Retriever, con niños/as con Parálisis Cerebral (PC), la
interacción con ellos, les aportaba a estos niños/as, el pasar de
Sujetos Pasivos a Sujetos Activos que se involucraban en el bienestar de
unos seres vivos que dependían de ellos en las sesiones-todo esto según
las posibilidades que tenían dichos niños/as-.
Favorecen la Disciplina.
Además al asumir el niño el rol de educador, se le da una responsabilidad y su autoestima aumenta.
Cuando le refuerza o premia a su animal una conducta por realizar
algo bueno-cumplir una orden, miccionar o defecar en lugar adecuado- y
le corrige por realizar algo malo –miccionar o defecar en lugar no
adecuado, morder los muebles- el niño “abre su mente” y se da cuenta,
llegando a entender el por qué sus familiares o cuidadores le premian o
corrigen a él, por una conducta adecuada o una inadecuada,
respetivamente; todo lo anterior lo que hace es que en el niño/a aumente
su empatía con los adultos.
El interactuar con ellos hablándoles, jugando, acariciándolos,
cepillándolos (sobre todo en el suelo) o paseándolos hacen que al niño/a
le baje el estrés y la ansiedad.
Aumentan las Habilidades Sociales.
El simple hecho de tener animales de compañía va asociado a un
aumento de la interacción social ya que actúan como catalizadores
sociales. Sobre todo va muy bien con niños que tienen dificultades para
establecer relaciones sociales.
Sabemos que para los humanos el contacto físico es una necesidad
básica. Serrano (2004) dice: “Los niños que no tienen un nivel de
contacto físico adecuado, no desarrollan buenas relaciones con otras
personas y a menudo fracasan en su crecimiento psicológico”.
Las relaciones sociales las suple también el animal de compañía y una
de las formas es mediante el tacto. Acariciar un animal es beneficioso
para la salud y el bienestar de las personas ya que la calidad de las
relaciones sociales depende en gran parte del tacto.
Favorecen el Aprendizaje.
Muchas investigaciones y autores nos lo han manifestado pero a este
respecto quiero citar lo que Dolz, Berger, Vaquer y Zomeño (2008), nos
dicen sobre el aprendizaje de los niños en el Colegio: “En clase, la
presencia de animales cuyo cuidado depende de los alumnos favorece la
cohesión social del grupo, inhibe conductas inadecuadas (alta
impulsividad, agresividad) y mejora la atención hacia los profesores, lo
cual es un estímulo para nuevas situaciones que favorecen el
aprendizaje en cualquier contexto. Gracias al cuidado y el juego con los
animales se aprende lo que en el vocabulario moderno se conoce hoy en
día por “competencia social”. La fascinación de los niños por los
animales favorece el aprendizaje, tiene influencia positiva en el
desarrollo social y suele ser una herramienta educativa excepcional”.
También quiero citar lo que Ruckert (2007) nos dice: “En el curso de
mis investigaciones y entrevistas, he comprobado que entre los animales y
los niños se forma un vínculo especial que contribuye a un aprendizaje
saludable. Desde el momento en que el niño o la niña se encuentra con el
animal, éste le servirá de maestro, amigo y terapeuta”.
Un ejemplo de que los animales favorecen el aprendizaje lo tenemos en
Guinness, que está realizando desde finales del mes de octubre, una
Actividad Asistida con Animales con un niño con Trastorno de Espectro
Autista. Dicha Actividad se está haciendo con un familiar y va dirigida a
enseñarle al niño a través de la perra a caminar correctamente por la
calle reduciendo las conductas de fuga que suele tener, todo ello
encaminado a su seguridad durante los paseos para poder integrarlo en la
sociedad.
Por todo lo anterior, quiero animar a familiares, educadores y
terapeutas para que introduzcan animales de compañía en los procesos
educativos y terapéuticos.
Aprendiendo con el Animal los Ciclos de la Vida.
Con un animal de largo periodo vital como el caso del perro, los
niños aprenden lo que es la niñez, la juventud, la adultez, la vejez y
los cambios que estas etapas conllevan.
Perros.
Pozuelos (2.010): “Cualquier estímulo cariñoso es de valor para Homo Sapiens. El del perro es de alto valor”.
Los humanos tenemos con ellos unas semejanzas que serían que ambas especies somos mamíferos, gregarios y jerárquicos.
Las diferencias serían muchas, una de ellas, sería la inteligencia,
la nuestra es cuantitativamente muy superior a la de los perros; y otra
diferencia notable, que quiero resaltar y por propia experiencia,
sería que son todos “unos verdaderos maestros” a la hora de darnos
lecciones sobre fidelidad, amistad, lealtad, tesón, constancia, amor y
servicio. Como ejemplos de lo anterior, citaré a los perros de
Asistencia, Terapia y los de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado. Como ya he dicho anteriormente ¡Cuánto tenemos que aprender de
ellos!
Conclusión.
Veo imprescindible que esta generación de niños (y así como las
venideras) crezcan junto a animales de compañía para un mejor desarrollo
físico y psicológico. Por el momento no tengo el placer de ser padre
pero si lo fuera algún día de un niño/a con o sin discapacidad, no
tendría la menor duda y el mismo se criaría con un perro y otros
animales.
ASOCIACION DE INTERVENCIONES ASISTIDAS CON PERROS, 13/11/2010
Foto: Diego con CopoCopito - Noviembre 2012
Foto: Diego con CopoCopito - Noviembre 2012
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