GEORGINA NAVARRETE
No importa qué tan pequeños sean, es necesario que los niños entren en
contacto con el dinero, que aprendan a ganarlo, administrarlo,
presupuestarlo y, por qué no, a gastarlo con responsabilidad.
Todo
niño entre el preescolar y el tercer grado de primaria es capaz de
comprender algunos aspectos financieros básicos, como los efectos de
tener más o menos dinero, pero no la relación entre el costo de las
cosas y el dinero que la familia tiene para gastar, dicen Danes y Dunrud, autores de Children and Money: Teaching Children Money Habits for Life.
Es
justo en ese periodo, cuando los niños comienzan a pedir cosas, que
debe comenzar el diálogo sobre lo que es el dinero, cómo se gana, para
qué sirve, su carácter finito y las prioridades en la familia.
Para un poco más tarde se recomienda la práctica de conceptos relacionados con el dinero y la prosperidad, como el ahorro, el control de gastos, las inversiones, el presupuesto y la planeación.
Lo
primero que debes tomar en cuenta es que los niños aprenden del ejemplo
de sus padres, por lo que si utilizas la mitad de una quincena, el día
que la cobras, para pagar las deudas de la anterior, será difícil pretender que tu hijo ahorre 10% de su 'domingo' o mensualidad antes de decidir en qué la gastará.
Cada decisión financiera del día puede ser un buen o mal ejemplo que el chico aprenderá.
La
revista Dinero Inteligente de noviembre 2012 te da seis tips para
enseñar a un niño a usar el dinero correctamente. Conócelos a
continuación.
1. Dale dinero de muchas maneras
La práctica ayuda a la hora de enseñar a tus hijos a manejar correctamente el dinero.
Dejar que los niños usen el dinero en pequeñas cantidades, controladas y
supervisadas, les ayudará a comprender su valor y a realizar elecciones
inteligentes.
Un buen comienzo son los 'domingos' o pagas
semanales, que pueden comenzar desde los tres años. Impúlsalo a que lo
guarde en su 'hucha', aunque quizá debas esperar un año o dos para
que realmente lo haga. De vez en cuando déjalo gastar una parte de su
domingo en un dulce que te pida.
Cuando vayas a la tienda o al supermercado,
déjalo pagar con apoyo, si es muy pequeño es casi seguro que confunda
las denominaciones o use las monedas como juguete. No importa. Recógelas
cuando las abandone y déjalas a su alcance.
Cuando sea mayor
(de cinco a siete años), permítele hacerlo solo y llévalo a distintas
tiendas para que aprenda a comparar precios y calidades.
2. No desperdicies
Para introducirlos al concepto de ahorro,
es importante enseñarles a no dañar, despilfarrar o desperdiciar los
bienes, comunes o propios, pues reponer cualquier cosa implica un gasto.
Por lo que si se avería algo en casa, como tu cafetera,
coméntaselo y pídele que te acompañe al taller para ver si se puede
reparar.
Explícale que será más barato que comprar una nueva; si
no es así, no la repares. Háblalo con él/ella y pídele que te ayude a
decidir qué hacer.
3. Enséñale a ser paciente
Cuando pida algo, escúchalo y respóndele para que sepa que, en cuanto
termines, atenderás su solicitud. Aprenderá a ser paciente en espera de
la recompensa.
Si te pide un vestido nuevo o un juguete de
moda, dile que lo anote en su lista de cumpleaños, Navidad o fin de
cursos, lo más cercano.
Si ya es mayor, impúlsalo a comprar el objeto con su propio dinero. Si no le alcanza, deberá esperar a reunirlo o trabajar para obtener más.
Pequeños
trabajos que no sean su responsabilidad habitual servirán para este
fin. Hacer su cama no aplica, lavar el auto de papá, sí.
4. Haz del ahorro una costumbre
A partir de los cinco años explícale que si guarda una parte de sus
domingos podrá comprar en unos meses aquel juguete que tanto anhela.
Impúlsalo a guardar una cantidad fija antes de ir a la tienda por dulces.
A
los ocho años ya podrá planear qué hacer con su flujo de efectivo y con
su ahorro. Dile que no es preciso que gaste todo lo que tiene y
enséñale a hacer un presupuesto.
Cuéntale
que no debe olvidar el rubro 'emergencias', y dile que es su fondo para
cuando rompa el vidrio del vecino, la maceta de su tía o para reponer
su material escolar si lo pierde. Si a final del año no utilizó ese
fondo, permítele gastar una parte.
5. Involúcralo en la economía familiar
El ejemplo y la práctica se complementarán bien con algunas explicaciones de cómo funciona la economía familiar.
Esto significa explicar que los padres trabajan para conseguir el dinero y que una parte de ese ingreso está destinado a la compra de alimentos, al pago de la casa, a la educación, a la salud y a la compra de ropa y otros bienes necesarios.
Reúne a toda la familia en la mesa cuando planeen las vacaciones
o las fiestas de cumpleaños. Explica que son gastos mayores y pide que
colaboren, puede ser con acción, el ahorro en alcancía, o por omisión,
dejar de comer golosinas y frituras o llevar agua de fruta hecha en casa
a la escuela en vez de un jugo procesado.
Ofrece llevar un termo
con café a la oficina en vez de comprarlo en la cafetería. Contemplen
la viabilidad de comer en casa más días al mes y cambiar el
entretenimiento pagado por visitas a parques y actividades gratuitas o
más baratas.
6. Llévalo al banco
Cuando la hucha esté llena, lleva a tu hijo al banco y ayúdale a abrir una cuenta.
Aprovecha para hablar de las tarjetas y los cajeros. Los niños tienen la gran ventaja de que pueden dejar sus ahorros en una inversión a largo plazo.
Ayúdalos a elegir una de bajo riesgo, el tiempo será su aliado para que ese dinero crezca y le sirva para mejores fines.
CNN EXPANSIÓN, Domingo 3 de febrero de 2013
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