VERONICA RAMIREZ
“Cuando veo la tele en español siento que estoy perdiendo el tiempo e
incluso si me gusta el programa lo cambio para ver algo en inglés
aunque no me apetezca”. Carolina es una joven de 32 años con
estudios universitarios y una necesidad vital de mejorar su inglés para
poder optar a un puesto de trabajo acorde con su carrera. Los españoles vivimos estigmatizados con nuestro deficiente control de la lengua inglesa,
pero no es tan grave como parece, sino que un conjunto de factores nos
han “impedido” aprenderlo. Ahora bien, en los últimos años contamos con
multitud de recursos para integrarnos bien en la lengua de Shakespeare, por lo que ya no sirve echar balones fuera.
El complejo de los españoles con el inglés es más fuerte que su conocido “nivel medio”. Eli Brandsaeter,
una profesora noruega que lleva 20 años enseñando esta lengua a
españoles asegura que “un alemán o un francés no habla mejor inglés que
un español” y añade que “tienen un gran complejo de que su nivel no es bueno y no es así.
Hay alumnos que tienen muy buen nivel pero creen que es menor y tienen
miedo al expresarse”. Esta profesora da clases a personas de entre 20 y
50 años principalmente en empresas, contexto que añade un extra de
ansiedad en el turno de la expresión oral.
Los lingüistas y enseñantes en inglés recogen una serie de razones principales que nos han llevado a alcanzar este complejo:
1. El inglés es difícil… si sólo hablas español
Desde el punto de vista de un castellanoparlante el inglés es una lengua difícil, según indica Fernando Galván,
catedrático de Filología Inglesa de la Universidad de Alcalá. El inglés
es un sistema de 12 vocales y el español tiene 5, por lo que de base ya
nos topamos con un problema: siete sonidos nuevos que no conocemos.
Por otro lado, nuestros vecinos portugueses cuentan con un sistema
vocálico más complejo, indica Galván, por lo que tienen ventaja de
partida.
En el Estudio Europeo de Competencia Lingüística
(EECL), Suecia se toma como país de referencia para comparar con el
rendimiento de los estudiantes españoles. Nuestra defensa es que para los escandinavos y alemanes es más fácil aprender inglés
porque se trata de lenguas con raíces etimológicas comunes: “Si la
lengua internacional fuera el italiano, por ejemplo, los españoles
estaríamos en clara ventaja”, añade el catedrático.
Marta Mateo,
directora de la Casa de las Lenguas de la Universidad de Oviedo, cree
que es un idioma que engaña: “Al principio parece fácil y la gente se
cree que con cuatro reglas ya está, pero resulta difícil llegar a un nivel avanzado porque no hay reglas para muchas cosas”.
2. Más de 500 millones de personas hablan el castellano
“El mito
de los españoles habría que aplicarlo a todas las lenguas
mayoritarias”, opina Fernando Galván. La lengua española es el segundo
idioma más hablado del mundo como lengua nativa, e históricamente no ha
surgido la necesidad de comunicarse en otro idioma. Lo mismo le pasa a
los británicos o estadounidenses y a los vecinos franceses, que también presumen de su escaso dominio del inglés.
3. La versión original es esencial
Se suele culpar a la televisión de muchos de los males de nuestra sociedad y para no perder la costumbre se le añade una más: no entendemos inglés porque siempre hemos escuchado la televisión doblada al español.
Uno de los estudios que recoge el EECL dice que la escucha y visionado
de productos audiovisuales en versión original en televisión mejora un
21% los resultados de los estudiantes en comprensión oral.
La historia nos ha arrastrado a una costumbre por el doblaje que
tiene una causa económica y otra histórica, según analiza Fernando
Galván: en primer lugar, en los países pequeños no se doblan las
películas porque es más barato subtitularlas, no compensa económicamente
el doblaje. Por otro, el doblaje se entendió en el Franquismo como una forma de censura y de ensalzamiento de la nación española. El resultado es que “hay una generación o dos largas acostumbrados al doblaje”, apunta Galván.
Habituar
el oído desde pequeños a escuchar inglés es tan efectivo como que un
reciente estudio de la Universidad de la Columbia Británica y la
Descartes de París ha demostrado que los bebés bilingües son capaces de diferenciar sus dos idiomas desde los siete meses. El informe EECL confirma también que los niños cuyos padres hablan inglés tienen mejores resultados.
4. El sistema educativo
La
profesora noruega defiende la comúnmente denostada enseñanza del inglés
en España: “En la educación primaria y secundaria no hay ningún fallo,
los métodos son buenos, porque no se puede mantener una conversación con 20 adolescentes”.
Sin embargo, el EECL da un apunte sobre el sistema educativo y muestra
que los alumnos españoles tienen un nivel de inglés más bajo que los
suecos aun dedicando más tiempo hacer más deberes que ellos y empezando a
estudiarlo a una edad más temprana.
Galván matiza que
el inglés se introdujo en España no hace mucho, “aproximadamente unos
cuarenta años, y el nivel de los profesores de inglés y la metodología
seguramente no eran los más adecuados”.
5. La motivación
Marta Mateo añade otro aspecto social a nuestra carencia: hasta ahora los españoles no hemos gozado de grandes referentes
que hablen inglés: nuestros políticos no dominan idiomas, ni los
deportistas, nuestros padres tampoco… Para ella la motivación es
fundamental y hasta hace poco tiempo había mucha conciencia de la
importancia de aprender idiomas, pero “de boquilla”. Mateo anima a
interiorizar bien que aprender lenguas es como un deporte, “requiere
esfuerzo y ejercicio”.
Otro estudio que refleja el EECL argumenta que incrementar el número de tareas de inglés en los alumnos no ayuda a mejorar la motivación y por tanto no tiene “un efecto positivo en el conocimiento del idioma”.
Las nuevas generaciones nos pondrán a mejor nivel
Carolina
no quiere que se repita su situación y lleva a su hija de tres años a
una academia de inglés adaptada a su edad y procura ponerle la
televisión en inglés y hablarla en ese idioma. Ya en la guardería a la
que iba desde su primer año tuvo un primer contacto con el idioma, les enseñaban en inglés como un lenguaje más junto con el español. Este método es el llamado CLIL (Content and Language Integrated Learning)
que trata de aplicar un aprendizaje más natural del idioma,
integrándolo a la vez con su lengua materna a través de los contenidos.
“Es una iniciativa cuyos resultados se verán dentro de unos años”, apunta Mateo.
Las generaciones futuras hablarán mejor inglés y el catedrático de la
Universidad de Alcalá pone como ejemplo los colegios bilingües: “Yo
creo que está cambiando la situación, hay profesores nativos en algunos
centros y hay medios tecnológicos que antes no teníamos, como la TDT. Los niños despiertan ahora mucho antes al inglés que hace unos años. Tenemos que ser optimistas y tener paciencia”.
Trabajo y no tengo tiempo, ¿qué hago?
La obsesión por mejorar nuestro inglés ha copado incluso las vacaciones. Según datos de un estudio de la agencia ESL Idiomas en Extranjero, el número de familias que deciden pasar sus vacaciones aprendiendo un idioma fuera de España ha
aumentado en un 45 %. Viajar es una buena forma de aprender y se ha
abaratado mucho en los últimos años, pero para los que no puedan
permitírselo, los expertos consultados recomiendan sobre todo ver series
y películas en versión original. Si se tiene un nivel bajo es mejor empezar con subtítulos en español, pero como se aprende de verdad es con los subtítulos en inglés, recomienda Eli Brandsaeter.
Internet
permite acceder a casi todo y hay acceso a la prensa extranjera, a
escuchar música, a ver videoclips… Los canales TDT dejan poner el sonido
en la versión original y añadir subtítulos, a veces incluso en inglés.
Es decir, que hoy día ya casi no cabe la excusa de que “no enseñaban
bien en el instituto”, o “en mi época no se oía el inglés”. Desde luego
no para Carolina, que acude a su clase de la escuela de idiomas
escuchando en su coche Radio Vaughan.
EL CONFIDENCIAL, Jueves 14 de febrero de 2013
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