Está comprobado que la práctica de artes marciales aumenta la autoestima y la asertividad y disminuye la agresividad y la disposición violenta.
Además, no es una actividad exclusivamente para niños y adolescentes
extrovertidos, sino que se adapta a todo tipo de caracteres y
personalidades.
Para practicar artes marciales se recomienda escoger un estilo que
use elementos tradicionales, técnicas no violentas y un contacto físico
muy controlado (como el karate o el kenpo).
Muchos estudios han demostrado los beneficios de la práctica de artes marciales en niños hiperactivos o con problemas de psicomotricidad, especialmente el judo.
Es de especial interés destacar el beneficio de este tipo de
actividades deportivas en niños y adolescentes que proceden de familias
disfuncionales o que tiene problemas de conducta.
A través de la práctica del judo y el aikido las mejoras son
evidentes en adolescentes en problemas de conducta, siendo los
beneficios superiores a los conseguidos mediante tratamiento psicológico
convencional.
Las artes marciales aumentan la asertividad y disminuyen la agresividad;
algunos jóvenes son agresivos por falta de autoestima, por ello una
persona con buena autoestima no tiene necesidad de ser agresiva. Las
artes marciales contribuyen decisivamente al aumento de la autoestima en
niños y jóvenes.
Los niños que practican un arte marcial tienen una mayor capacidad
para defenderse, lo que se traduce en una forma de ser y comportarse más
tranquila y decidida.
En cualquier caso, la práctica de las artes marciales puede no
gustar a todos los niños, por lo cual sería un grave error forzar a
cualquier niño a practicarlas sin su convencimiento e ilusión, ya que lo
más importante para practicar artes marciales, como para la mayoría de
actividades deportivas es disfrutar del desarrollo de la misma.
Fuente consultada: www.deportelandia.com
PERIODISTA DIGITAL, 21/04/2010
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