S.F. / MADRID
Enseñar a los niños a reciclar es un buen método para que adquieran el hábito y se conciencien de los beneficiosos aportes que un pequeño gesto puede suponer para el medio ambiente. Según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente el reciclado puede ayudar a reducir los gases de efecto invernadero y a ahorrar recursos valiosos gracias al uso de materiales reciclados en vez de materias primas. Además, una buena organización, puede significar un notable ahorro no sólo energético, también económico.
Un primer paso es enseñar cómo desechar la basura que
se genera en casa. Una buena idea es poner en la nevera un dibujo, que
pueden realizar los niños, donde aparezcan los distintos contenedores y
los productos que deben depositarse en ellos.
El contenedor tradicional es para la materia orgánica; el contenedor amarillo, para envases de plástico, latas y briks; el contenedor azul, para envases de cartón, papel, revistas y periódicos, y, el contenedor verde, para envases de vidrio.
Resultará un plan atractivo utilizar algunos de estos residuos para compartir un momento en familia y
realizar manualidades con el cartón, emplear el envase de los yogures
para convertirlos en teléfonos y muñecos o reutilizar el papel de los
periódicos para elaborar juguetes (aviones o marionetas). Es un modo de concienciar pero también de pasar tiempo juntos.
Hay un lugar adecuado para cada residuo
A los contendores habituales se añaden otros en los que se puede depositar ropa (hay que tener en cuenta la proliferación de contenedores que no son oficiales y únicamente persiguen el lucro) pilas, o medicamentos (las farmacias recogen medicinas y radiografías).
También esxisten en todas las ciudades diferentes puntos limpios donde se pueden depositar: muebles, aceite de uso doméstico, bombillas, metales, aparatos electrónicos, electrodomésticos o desechables informáticos.
Pero, además, se pueden llevar a cabo un buen número de acciones en el hogar que, aunque parezcan insignificantes, ayudarán a que los niños adopten rutinas ecológicas y así ayudar al ahorro de energía:
apagar la luz cuando no haya nadie en la habitación, dar al botón de
apagado de la televisión por la noche, no dejar los grifos abiertos,
reutilizar las bolsas de plástico (es mejor emplear un carro o bolsas de
tela) o, según la estación, hacer un uso inteligente de los aparatos de
climatización.
ABC, Martes 13 de agosto de 2013
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