ABC FAMILIA / MADRID
Sí, es bueno y conveniente elogiar los esfuerzos de
nuestros hijos. Con ello contribuimos a que desarrollen una actitud
positiva ante nuevos retos y ante la vida. Algo que mantendrán al menos
durante cinco años. Esto es lo que ha demostrado una investigación
realizada por las universidades estadounidenses de Chicago y Stanford.
Este trabajo, que ha sido publicado en las páginas de la revista «Child Development», revela que lograr esa actitud positiva es necesario alabar los esfuerzos de los chicos y no sólo su personalidad.
Lo difícil es una oportunidad
La directora del estudio, Elizabeth A. Gunderson, profesora
de Psicología en la Universidad de Temple (Estados Unidos), sugiere que
la alabanza de los padres en los primeros años de vida del menor «puede
ayudar a los niños a desarrollar la creencia de que la gente puede cambiar y que las tareas difíciles son oportunidades para aprender».
No obstante, esta investigación demuestra que no todas las
alabanzas tienen el mismo efecto sobre los niños. Así, indican que el
elogio al esfuerzo «lleva a los niños a ser más persistentes y
a desempeñarse mejor en tareas dificultosas», mientras que la alabanza a
la personalidad lleva a los niños al efecto contrario.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores grabaron a
padres e hijos de uno, dos y tres años durante ambas acciones, lo que
les ha hecho alcanzar esta determinación. Al observar a los menores
cinco años más tarde, constataron que la personalidad y la inteligencia «pueden ser desarrolladas».
Por último, los expertos de estos dos centros
universitarios norteamericanos han observado que existen diferencias
entre ambos sexos. «Los chicos dieron a las alabanzas un significado
mayor que las niñas», por lo que, pasados cinco años, estos "fueron más
propensos a tener actitudes positivas ante los retos académicos..
ABC, Viernes 23 de agosto de 2013
Comentarios
Publicar un comentario