Ir al contenido principal

¿Debo obligar a mi hijo a compartir sus juguetes?

EUROPAPRESS /MADRID
No obligar a los niños en edad de preescolar a compartir sus juguetes podría hacerlos más generosos en el futuro, tal y como ha evidenciado una investigación realizada por un equipo de expertos de la Universidad de Cornell (Estados Unidos).
Este trabajo, que ha sido publicado en «Psychological Science», revista especializada de la Asociación de Ciencia Psicológica de Estados Unidos, expone que dar la opción a estos menores de compartir o no sus juguetes hace que aumente su generosidad posteriormente.
En concreto, y según concluye el estudio liderado por los miembros de este centro académico norteamericano, los doctores Nadia Chernyak y Tamar Kushnir, si los niños se perciben a sí mismos como personas a las que les gusta compartir, «serán más propensos a actuar de una manera socialmente aceptada en el futuro».
Para llegar a esta conclusión, el equipo de investigadores dirigidos por ambos expertos ha trabajado con niños de entre tres y cinco años a los que se les dio juguetes y se les ofreció la posibilidad de compartirlos con sus compañeros. Por su parte, a otro grupo se le instó a hacerlo.
Así, tras varias repeticiones, los especialistas han constatado que los menores del primer grupo compartieron cada vez más sus juguetes, mientras que los que fueron obligados a ofrecerlos a otros compañeros no lo hicieron después tras no ser instados a ellos.
ABC, Sábado 24 de agosto de 2013

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr...

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de...

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer....