Laura Tardón / Madrid
Los alimentos comerciales pensados para la etapa en la que los bebés
empiezan a comer sólido no sólo no satisfacen las necesidades
nutricionales de los pequeños sino que llevan un exceso de azúcar y sal
poco recomendable. Así lo confirma la revista 'Archives of Disease in Childhood' después de analizar el etiquetado de más de 400 productos disponibles en Reino Unido.
Y lo peor, subrayan los autores de este estudio, es que "la venta de
muchos (el 44%) se promueve para los niños a partir de los cuatro meses
de edad, momento en el que aún deberían estar alimentados sólo con leche materna",
según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Durante su primer medio año de vida, recalca José Manuel Moreno,
pediatra del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría,
"los niños alimentados con la leche materna tienen todas sus
necesidades cubiertas, por lo que cada vez más los pediatras en España
aconsejamos retrasar los nuevos alimentos hasta los seis meses de edad.
En los niños alimentados con leche de fórmula quizás convenga
adelantarlo un poco, pero no mucho", señala.
Con el objetivo de analizar qué tipo de alimentos hay disponibles en
las estanterías de los supermercados de Reino Unido para cubrir este
periodo de transición entre la leche y los nuevos alimentos, un grupo de
investigadores de la Universidad de Glasgow (Reino Unido) ha analizado
el contenido nutricional de un total de 479 productos de cuatro grandes fabricantes del país (Cow - Gate, Heinz, Boots y Hipp Organic) y dos especializados (Ella's Kitchen y Organix) en alimentación infantil.
Cereales para el desayuno, preparados en polvo (por ejemplo, de
frutas) para mezclar con agua y empezar a ofrecérselos al bebé con
cuchara (la mayoría -el79%- de estos alimentos están confeccionados para
usar la cuchara), galletas, salchichas en trocitos, barritas... Existe
una amplia gama de variedades pensadas para los más pequeños. En este
punto, cabe matizar que "en Reino Unido hacen más uso de estas
alternativas que nosotros (en España)", apunta el pediatra español. "Aquí se consumen más alimentos hechos en casa". De los productos comerciales, apunta el experto, los más reclamados son los 'potitos' para comida y la merienda.
Análisis
Los investigadores registraron la información nutricional de cada uno
de los alimentos: calorías, sal, azúcar, proteínas, hierro, calcio,
carbohidratos, etc. "Obtuvimos estos datos de las páginas web de los
fabricantes o, como ocurre en el caso de 'Boots', de los productos
adquiridos directamente en la tienda", señalan en el artículo.
Después de procesar y comparar los resultados, "vimos que,
efectivamente, durante los seis primeros meses de vida, estas variedades
comerciales no aportaban nada que no ofreciera ya la leche". Y, una vez
superado ese tiempo, al cotejarlos con la comida casera, los autores
del estudio comprobaron no sólo no cubren las necesidades nutricionales
de los pequeños sino que, aunque están dentro de los márgenes permitidos por la directiva europea, tienen más azúcares y sal de lo deseable.
Según otro experto consultado por ELMUNDO.es, Luis Moreno, catedrático de Nutrición en la Universidad de Zaragoza, "hay que tratar estos resultados con prudencia. Lo que analizan no es lo que los niños consumen sino lo que estos productos aportan".
Casi dos tercios de estos productos (65%) son dulces y, en
consecuencia, tienen un alto contenido en azúcar. Ya de por sí, "los
niños tienen una preferencia innata por los sabores dulces, lo que
podría explicar por qué estas opciones tienen tanto éxito", aseguran los
investigadores.
Como ocurre con los 'potitos' de fruta, "seguramente tengan más azúcar o cereales con el objetivo de hacerlos más apetecibles.
Por eso, el mejor consejo es elegir los mejores productos, aprovechando
los de temporada y cocinarlos en casa, sin aditivos ni conservantes",
recomienda Moreno.
Puntualmente, agrega, "no pasa nada por hacer uso de ellos,
pero no de forma rutinaria, ya que el exceso de azúcar son calorías
extra y esto contribuye a la obesidad de niño en el futuro".
En cuanto a la sal, advierte el especialista español al comentar este
estudio, "todos en general, debemos reducir su consumo y la mejor
manera es hacerlos desde que somos pequeños. Es una cuestión cultural".
Este hábito, puntualiza, "mejorará la salud cardiovascular del individuo a lo largo de su vida".
No es que el azúcar o la sal supongan un riesgo al niño, sino que crea
un hábito que con el tiempo puede acarrear problemas importantes de
salud.
Como concluye el catedrático, "este estudio es una llamada de atención
para que, por un lado, la alimentación de los niños no se base en este
tipo de productos y, por otro, para que las empresas los mejoren".
EL MUNDO, Martes 10 de septiembre de 2013
Imagen: Diego 13/04/2012
El único componente de una fuerza que cuenta es el que se aplica a lo largo de la dirección del viaje. https://bibliotheque-du-capucin.com/que-es-el-trabajo-fisico-explicado/
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