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Mitos de la alimentación infantil

S.F. / MADRID

Los españoles «todavía tenemos una mentalidad de posguerra en relación con la alimentación infantil», indica la doctora María José Martínez, de la Sección de Gastroenterología y Nutrición del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid. «Parece que no acabáramos de superar aquellos tiempos difíciles en los que no había tantos alimentos disponibles como ahora y se hacía hincapié en la ingesta de unos determinados productos frente a otros», añade.
De ahí surgen una serie de falsas creencias o mitos que circulan entre la población general en relación con la nutrición infantil, especialmente arraigados en madres y padres, como la idea de que los niños tienen que tomar alimentos ricos en proteínas casi en exclusiva.

Purés infantiles

A este respecto, la cantidad de proteína añadida a los purés infantiles «no debería superar los 20 gramos hasta los seis meses de edad, y los 50 gramos de ahí hasta el año de vida», según explica la doctora Martínez. «Esto ya supone prácticamente el total de proteína que se requiere a esas edades», añade. A este respecto, el estudio Alsalma mostraba que los niños entre 1 y 3 años estaban tomando un 200% de las proteínas recomendadas en dicha franja de edad.
Los padres, al igual que «deben asegurarse de que sus hijos toman las frutas y verduras necesarias como para asegurar un tránsito intestinal adecuado, también han de vigilar que ingieran las cantidades justas de calcio y proteínas», comenta la experta.
Otro mito muy extendido es el de que no se pueden comer más de dos huevos a la semana, cuando «se trata de un alimento con vitaminas del grupo B que asegura un buen aporte proteico con poca cantidad —una media de 60 gramos por unidad—», afirma la doctora Martínez. Además, «la yema contiene una grasa que no tiene por qué limitarse en el contexto de una dieta global».

Un desayuno saludable

La última falsa creencia a destacar tiene que ver con el desayuno. «No por ser la comida más importante del día tiene que ser la más abundante», según la experta. «Un desayuno equilibrado puede constar perfectamente de un lácteo, un cereal —en forma de tostada con aceite de oliva preferentemente— y un zumo de naranja o una pieza de fruta»”. En esta comida, «no es aconsejable introducir más proteínas que las de la leche». Además, según nuestra forma de vida mediterránea, «no es necesario tomar un gran desayuno tipo americano a primera hora de la mañana, ya que cenamos más tarde y apenas hemos tenido tiempo de quemar esas calorías de la noche. Lo más indicado es hacer un desayuno ligero y tomar un tentempié a media mañana».
ABC, Viernes 6 de septiembre de 2013
Imagen: Diego 13 de abril de 2012

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