«Jugar en familia refuerza la autoestima y la seguridad de los niños». Así lo señaló Joanna Tucker, directora de Oxpip («Escuela para padres» pionera en Reino Unido), en su última visita a España con motivo de la Semana del Bienestar organizada por el British Council School. Para Tucker, psicológa y terapeuta, «los primeros años de nuestra vida son cruciales para aprender a resolver muchas situaciones y el juego es un elemento muy importante a la hora de construir relaciones. Debemos dedicar más tiempo a jugar con nuestros hijos y esto no significa necesariamente que haya un estímulo-respuesta o unas reglas».
Sobre todo en edades tempranas, prosigue, «jugar puede ser observar e interactuar si realmente nos lo piden. De esta manera podremos ver lo que necesitan y cómo pueden resolver las situaciones que los juegos plantean. Que un niño pequeño te de una pieza de Lego no significa que quiera hacer una torre. A lo mejor simplemente te lo está enseñando, quiere que lo sostengas frente a la respuesta del adulto que suele ser coger la pieza y formar una torre para enseñarle una forma ya hecha. Anticipamos sus reacciones sin dejar que sean ellos los que resuelvan las dificultades que el juego les plantea y deben aprender a frustrarse».
Los niños, continua esta experta, «necesitan que los padres sean su referente de seguridad. Pero también quiere ir siendo personas autónomas, necesitan tener impacto en el mundo, saber que pueden hacer cosas y resolverlas y hay que darles la oportunidad de hacerlo. Jugar con ellos nos ayuda a ver muchos tipos de conflictos y a resolverlos».
Para Tucker, «jugar ayuda a las familias a estar emocionalmente y físicamente juntos. Pasar 20 minutos con los niños les puede ayudar mucho porque refuerza su seguridad y su autoestima. Pero además el juego les ayuda a interactuar con otros en diferentes situaciones. Les enseña que no siempre van a ganar o que no van a ser buenos todo el tiempo ni que tienen que ser los mejores», explica.
Eva Millet, autora del libro Hiperpaternidad, que también participó en la II Semana del Bienestar del Británico, recordó que «vivimos en una sociedad tan acelerada que ni siquiera dejamos a los niños ser niños». «Se han convertido en seres intocables, que son continuamente justificados, exhibidos y con agendas programadas en las que apenas tienen tiempo de jugar». «Hoy en día no tienen tiempo de nada, ni siquiera para aburrirse ni para asombrarse. Ya lo han visto y hecho todo y debemos dejarles tiempo de aburrirse porque de ese aburrimiento pueden surgir las ideas más creativas».
Precisamente la gestión de la frustración y de las emociones infantiles, fueron dos de los temas que mayor interés suscitaron en la II Semana del Bienestar organizada por el British Council School. Claudia Jaime- Xibixell, psicóloga, orientadora y autora de la «Guía de inteligencia emocional» señaló la importancia de «escuchar a nuestros hijos y dedicarles tiempo». «La mejor manera de ayudarles a resolver sus problemas es comunicarnos con ellos, enseñarles a manejar sus emociones, mostrarles nuestra confianza pero también ponerles límites. No todo vale y deben aprender que todo acto tiene sus consecuencias. Debemos favorecer su capacidad autocrítica».
Para Millet, favorecer la autonomía de los niños es indispensable. «No podemos resolver continuamente sus problemas porque la sobreprotección es equivalente al miedo y los miedos te paralizan, te incapacitan por pequeños que sean».
La Semana del Bienestar es una iniciativa del British Council School en respuesta al programa Every Child Matters (cada niño es importante), que vela por el bienestar emocional y físico de los niños en Reino Unido. Al finalizar el mismo Gillian Flaxman, directora del British Council School, concluyó que «es fundamental la educación en valores como la superación o la confianza en uno mismo, ya que son elementos claves para que el día de mañana esos mismos niños tengan la seguridad suficiente como para demostrar su potencial al mundo y conseguir lo que se propongan».
ABC, 16/02/2017
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