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«Si basas tu autoestima en valores externos estás condenado, como Springteen o Michael Jackson»

LAURA PERAITA
En un mundo tan competitivo como el que vivimos, no todas las personas brillan igual, pero la aspiración de la gran mayoría es destacar por lo que son o por lo que hace. La autoestima juega un papel muy importante en esta carrera de fondo. Para el psicólogo Rafael Santandreu, la autoestima es el valor que nos damos las personas a nosotros mismos.
Explica que hay gente que se ama a sí mismo, que se encuentra a gusto e, incluso, ¡encantada de haberse conocido! Son aquellos que saben de su valía con respecto a los demás, que allí donde van se aprecia su aportación. Por eso, son personas extrovertidas, lanzadas, sosegadas, amables, pacíficas y poco (o nada) celosas.
¿Se nace con ella o hay que trabajarla?
La autoestima se aprende a partir de las interacciones y el sistema de valores que uno se va forjando. Y puede irse modificando a medida que uno crece y evoluciona. Yo, por ejemplo, tengo una autoestima muy buena desde hace unos 10 años. Antes no. Y creció a partir de trabajármela.
-¿Cómo se consigue?
La mejor manera de elevar la autoestima es adoptar el siguiente sistema de valores: «Todas las personas son igualmente maravillosas por su capacidad de amar. Pueden tenerla más o menos escondida, pero todos somos capaces. La capacidad de amar la vida y a los demás es lo único que da la felicidad, por lo tanto, la única cualidad que vale la pena. Todo el resto de cualidades y bienes, como la inteligencia, el dinero, la belleza, la eficacia… son anécdotas sin importancia. La prueba de ello es, por ejemplo, Bruce Springteen. Acaba de publicar su autobiografía en la que reconoce que tiene una depresión desde hace 10 años. Su fama, dinero, belleza, habilidad, arte… no le aporta la felicidad.
Cuando una persona sabe esto en profundidad y se lo aplica a su vida, su autoestima es siempre grande, ya no baila porque está basada en algo sólido y real.
Por ejemplo, los creyentes auténticos y profundos también tienen una sólida autoestima, sana y amable porque la basan en esto mismo.
-¿Cómo se detecta una baja autoestima?
Hay muchos signos de baja autoestima: la timidez excesiva es uno de los signos principales. También las actitudes tipo «felpudo» o «vasallo»; hay gente que se sitúa frente a su esposo o amigos en esa tesitura. La agresividad puede ser otro signo, ya que a veces esa persona busca obtener reconocimiento mediante la fuerza o imposición, pero en privado se siente «una basura». Los celos excesivos. Tener una pobre asertividad: no atreverse a decir la opinión de uno o defender los intereses propios.
-¿Qué aspectos son los que más afectan para bajar la autoestima: el amor, el trabajo…?
Estar cerca de personas impositivas, narcisistas, agresivas y «bajoneadoras» (personas que tienen un complejo de inferioridad que intentan compensar con un complejo de superioridad), puede hacernos bajar la autoestima, ya que estas personas tienden a hacernos valoraciones negativas constantemente. Y también un abandono amoroso puede activar una bajada de la autoestima, producido por la creencia de que uno no vale.
Usted habla del «error de la autoestima», ¿qué es exactamente?
Existe una corriente de Psicología que se equivoca completamente cuando habla de autoestima porque propone a la persona que se diga a sí mismo: «¡tú puedes! ¡tú lo vales!». Y es un error porque lo que están haciendo es basar la autoestima en algo que no es sólido: la eficacia, la inteligencia, la habilidad… Eso nunca producirá una buena autoestima porque esos valores varían, no son estables y no son la fuente de la felicidad. Quien base su autoestima en valores externos está condenado a tener crisis, quizás como Bruce Springteen o Michael Jackson.
¿Los complejos de inferioridad y superioridad están detrás de una baja autoestima?
Sí. Muchas personas esconden un complejo de inferioridad debajo de un complejo de superioridad. Un psiquiatra llamado Alfred Adler investigó el tema a fondo y descubrió que los matones de escuela siempre son chavales abandonados en casa, a los que los padres desprecian. Se dice que Hitler y Mussolini tenían grandes complejos de inferioridad desde niños.
-¿Alta autoestima es igual a felicidad?
No. Es un factor importante, pero hay otros factores como la capacidad de apreciar las cosas hermosas de la vida. O tener una mentalidad anti-queja, en general. Stephen Hawking, el científico en silla de ruedas, tuvo una depresión de seis meses cuando le diagnosticaron de ELA. Pero salió de ella con el siguiente lema: «Quejarse es inútil y una pérdida de tiempo: no lo pienso hacer».

Claves para aumentar la autoestima

—Haz buenos amigos y actividades con ellos, hombro con hombro. La felicidad y la plenitud está en ir, por ejemplo, de excursión con unos amigos y compartir la comida, ayudarse y apreciar juntos la belleza de la vida. Compartir con alegría y amor es el mejor suministro de auto-estima porque nos informa de que todos somos maravillosos por dentro.
—No te creas los mensajes de la publicidad. Los anuncios intentan vender cosas a base de asociar estatus o valor personal con bienes materiales. No te creas nada. Es mentira. Eso nunca ha dado la felicidad y no vale casi nada. Pero recuerda que el dueño de tu mente eres tú. ¡Así que a mantener un sistema de valores claro!
—No te creas los mensajes de los locuelos. También es fácil dejarse influir por personas que tienen un mal sistema de valores y nos bajonean. Por ejemplo, hay quienes si no tienes pareja, te miran con lástima. ¡No te lo creas! La felicidad no está en tener o no tener pareja, sino en amar la vida y a los demás.
—Practica la apreciación de las pequeñas cosas. Date cuenta del milagro que es que el sol brille en el cielo todos los días, aprecia los colores de los árboles, pasea un rato cada día por tu ciudad… Llénate de amor por las cosas pequeñas. Te darás cuenta de que esa habilidad sí que otorga plenitud y ¡es gratis!
ABC, Martes 28 de febrero de 2017

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