GLORIA RODRIGUEZ - PINA
Una profesora de secundaria de un instituto de Marchena (Sevilla) leyó la semana pasada en el claustro del centro lo que ella misma definió como "arenga: discurso militar para enardecer a las tropas antes de entrar a la batalla". Ante sus compañeros, Eva María Romero Valderas se declaró "harta". "A mí, que yo sepa, me pagan para enseñar, no por aguantar", declaró.
Su intervención, reproducida íntegra este lunes por el diario local La Voz de Marchena, se ha popularizado en las últimas horas y ha captado la atención de los medios. Pedro Ortiz, director del Instituto de Educación Secundaria Isidro de Arcenegui, donde trabaja, cree que la información "se está focalizando en un tema de alumnos y padres, pero lo suyo era una protesta para la sociedad", según ha explicado a Verne.
"Lo que hace es un llamamiento a la sociedad, que tenemos que mejorar todos", dice Ortiz, que cuenta que su compañera no esperaba la repercusión que ha tenido su texto y prefiere no atender a más medios. Desde su punto de vista, la de Romero es una opinión generalizada entre el profesorado.
La profesora, insiste el director, no habla de un caso particular, aunque en una entrevista en La Información ella sí da ejemplos concretos que le han llevado a la indignación. Según su relato, los alumnos la han empujado dos veces y le han dado patadas.
"Yo no estoy aquí para aguantar, y utilizo las palabras textuales que un padre me dijo por teléfono cuando lo llamé para que corrigiera la actitud de su hija, que no me dejaba hacer mi trabajo", afirmó la profesora para empezar.
Romero dijo estar "harta de la sociedad, que encumbra a seres que presumen de su ignorancia, que valora a un futbolista o a un ‘nini’ más que a una persona con estudios, respetuosa y educada". Harta también de la mala educación con la que según ella llegan los alumnos al instituto y de su falta de consideración.
Harta también del "proteccionismo de los padres, que quieren que sus hijos aprueben sin esfuerzo y sin sufrir traumas". Y de la Administración, que cambia leyes y normativas, añade horas lectivas y le "explota laboralmente". "En los últimos años, lo único que hago es trabajar, trabajar como una posesa. Ya, hasta mis hijos me lo dicen", añadió en la reunión del profesorado.
La docente se queja de que la carga de trabajo y del que hace en casa, "el que nadie ve". "El colmo es que algunos de nosotros nos hemos planteado pedir reducción de jornada, cobrando menos, para hacer bien nuestro trabajo. Pero, ¿adónde vamos a llegar? ¿En qué trabajo se hace eso?", se lamentó. Mientras la sociedad, dijo, les ve como privilegiados.
En su arenga, Romero animó a sus compañeros profesores a ejercer su autoridad y a exigir derechos laborales. "Tenemos que hacernos oír, actuar como colectivo, no irnos quejando por los rincones, a escondidas, que parece que nos da vergüenza".
La profesora declara que a partir de ahora no se piensa callar por educación. "Contestaré con el mismo tono y la misma contundencia con que me trate", avisó. "No soy un burro de carga dispuesto a aguantar hasta que reviente", concluyó ante sus compañeros, después de aclarar que le gusta el trato con sus alumnos, que los quiere y les anima.
Puedes leer íntegro aquí el discurso de Eva María Romero.
EL PAÍS, 25/01/2017
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