ALICIA MARTÍN
Son cada vez más los niños españoles que padecen
algún tipo de problema alimentario. Pero no todo son alergias, sino que también
se puede padecer intolerancia a algunos alimentos.
En una alergia alimentaria «el
sistema inmune reacciona contra ciertas sustancias que están presentes en los
alimentos y que reciben el nombre de alérgenos» explica Lujan Soler, licenciada en
Nutrición, especialista en alergias e intolerancias alimentarias del comité de
prensa de Addinma. Por otro lado tenemos las intolerancias,
«aunque puede tener síntomas similares a los de una alergia, el sistema
inmunológico no interviene en las reacciones que se producen de la misma
manera».
Los alimentos que más problemas suelen causar en
menores son el huevo y la leche, junto a otros como los frutos
secos, legumbres y frutas o pescados y mariscos. El Ministerio de Sanidad junto
a AECOSAN,
Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, han puesto en
marcha un proyecto acerca de la importancia del etiquetado de los productos, «El
etiquetado cuenta mucho». Donde se pueden encontrar consejos sobre los
alérgenos de los alimentos.
Reglamento 1169/2011
Según esta normativa, todos los establecimientos
donde se ofrezcan alimentos deberán tener a disposición de los clientes un listado
con los productos alérgenos que se encuentran en la tienda, bar o
restaurante. Además, «alimentos tanto envasados como no envasados deben incluir
información sobre los alérgenos en la lista de ingredientes, de forma destacada
y accesible, ya sea con distinto color, tamaño o tipografía» añade Lujan Soler.
En este reglamento se encuentra el listado que
consta de:
• Huevos y leche, principalmente por la lactosa.
• Pescado, crustáceos y moluscos.
• Frutos de cáscara, cacahuetes y cremas de
cacahuete.
• Soja, apio y altramuces.
• Mostaza.
• Granos de sésamo.
• Dióxido de azufre y sulfitos.
Se incluyen aquí además todos los productos que
podrían derivar de los mencionados en la lista y que puedan estar hechos a base
de ellos. «Los consumidores alérgicos pueden encontrarse con dos extremos: etiquetados
preventivos, donde se declara un alérgeno que posiblemente no esté o
por el contrario, no se incluye y sí esta presente en ese producto» aclara
Luján Soler.
Cuidados preventivos
A la hora de cocinar tanto los aceites como los
utensilios de cocina que se utilicen deben estar limpios para evitar una
posible «contaminación cruzada», en la que ya no solo afectan los
ingredientes de los propios alimentos sino los residuos que puedan quedar tras
manipular otros productos. «Podemos preparar una ensalada de lechuga con
tomate, atún, queso, pero si la preparamos en una tabla donde previamente se ha
manipulado huevo, éste debe ser incluido en la lista de alérgenos de la
ensalada» explica Lujan Soler.
La higiene personal también es
recomendable, cocinar con las manos recién lavadas puede evitar el mismo
problema que el que se presenta con la limpieza de los utensilios, ya que en
las manos siempre quedarán partículas de los alimentos manipulados
anteriormente. Además, el orden y el etiquetado de los
alimentos dentro de la nevera puede ayudar a no juntar los alérgenos con los
que no lo sean.
ABC, Domingo 21 de agosto de 2016
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