SARA MONTERO
"Los
'smartphones' proporcionan acceso a Internet, por lo que el usuario
debe tener cierta madurez antes de disponer de un dispositivo propio y
ser consciente de los inconvenientes (incluso, peligros) que puede
suponer respecto a su privacidad. Teniendo esto presente, es fácil que
la edad recomendada, salvo excepciones en las que un adulto responsable
puede analizar y valorar, no se sitúe nunca por debajo de la
adolescencia (10 o 12 años como pronto)", explica Elisa Yuste,
experta en formación en lectura, tendencias en edición digital y
aplicaciones de la tecnología en entornos culturales y educativos.
El debate sobre si los niños deben o no utilizar móviles y tabletas
ha sido desplazado por la discusión sobre cómo usarlos. En un mundo
donde las nuevas tecnologías son parte de la vida cotidiana, las
empresas se han esforzado por satisfacer las necesidades de un nuevo
mercado: el de los padres que buscan aplicaciones seguras para sus
hijos. El recién llegado YouTube Kids y 'apps' como Monster Messenger (una especie de Whatsapp para menores) dan buena fe de ello.
No
se trata solo de decidir si un niño usa o no una tablet, sino que
también es muy importante saber para qué la usa, tal y como explica la
experta: "Seleccionar contenidos ('apps', webs...) es clave. Por eso
tienen mucho interés herramientas como Monster Messenger que han sido creadas específicamente para público infantil". Monster Messenger
es una aplicación creada por la empresa eduPad, Inc, que ofrece a los
niños y a los padres un entorno seguro para chatear con sus hijos. La
diferencia con el Whatsapp para adultos es que ninguna
persona puede ponerse en contacto con sus hijos sin que lo sepan sus
progenitores. Reciben una notificación cuando se incorpora un nuevo
contacto al chat de sus hijos y pueden decidir bloquearlo en cualquier
momento.
Monster Messenger está provisto de una
serie de medidas de seguridad que sirven como cortafuegos para los
problemas que pueden encontrarse los niños en la red. Tienen una
política antiacoso,
que permite que el padre pueda bloquear automáticamente un contacto si
nota algo extraño. Eso sí, la aplicación advierte de que las
conversaciones que mantiene el niño son privadas y los progenitores
podrán acceder a ellas dirigiéndose mediante correo electrónico a la
empresa. Si desea borrar el perfil de su hijo, se eliminarán
automáticamente todas las conversaciones. Otra de sus ventajas es que es
gratis y no tiene publicidad.
YouTube para niños
Ya
sea para ver canciones del Cantajuegos o capítulos de la serie Pocoyó,
YouTube es una de las herramientas que más distrae a los pequeños de la
casa. Por eso, para tranquilidad de los padres, la empresa decidió crear
YouTube Kids. Tiene hasta cuatro categorías de vídeo:
programas, música (para cantar y bailar), aprendizaje (con piezas para
memorizar las letras, los números o lecciones más avanzadas de ciencia o
lenguaje) y explorar, que "ayuda a los niños a descubrir el mundo que
los rodea, desarrollar nuevos pasatiempos y explorar temas que les
interesan", según explica la guía parental que los creadores han
facilitado.
También tiene un temporizador, que permite a los
padres establecer un límite de tiempo en el que usen esta aplicación, un
concepto clave en todas las recomendaciones de los expertos sobre el
uso de dispositivos móviles. Otras ventajas es que el adulto puede
seleccionar previamente los vídeos según la edad del usuario
(preescolares, escolares o todas las edades), desactivar la barra de
búsquedas o denunciar vídeos con contenido inapropiado.
Con solo
un 'clic', se tiene acceso a vídeos como "sistema solar para niños",
"canción de los planetas" o "aprendizaje Tutitu" con contenidos en
inglés.
Recomendaciones antes de comprar un 'smartphone'
Que
existan estas herramientas específicas para los niños no significa que
los padres deban dar un Ipad a sus hijos y desentenderse. Elisa Yuste da
las claves para saber cómo gestionarlo:
- Antes de tener un 'smartphone' los niños tienen que tener cierta madurez. La experta recomienda que no hay que comprar un teléfono propio a niños menores de 10 o 12 años.
- Establecer tiempos y lugares de uso para evitar que los chicos estén conectados a todas las horas del día (especialmente las nocturnas y las académicas) o en situaciones de socialización familiar como las comidas, y así prevenir ansiedades indebidas, trastornos del sueño, descensos del rendimiento escolar e, incluso, adicciones.
- Establecer límites de gasto para hacerlos conscientes y responsables de su consumo.
EL MUNDO, Lunes 8 de agosto de 2016
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