M.MERINO
En la madrugada del sábado 24 al domingo 25 de octubre se va a producir en España el habitual cambio horario, el que se realiza cuando llega el otoño. Así, las 3 horas de la madrugada pasan a ser las 2 horas, con lo cual ganamos una hora más de sueño, por lo menos ese día.
A los adultos, tanto esa modificación como la que
tiene lugar en verano, nos afecta de muy diversas maneras y también a
los niños. Por eso, en pro de ayudarles a que lo lleven de la mejor
manera, se hace necesario que conozcamos cómo les influye. Y es que sólo
así podremos llevar a cabo ciertas medidas que permitan que esa
transición sea lo menos “traumática” posible.
En BabyAffinity queremos prestarles apoyo en
este sentido a todos los padres. De ahí que, a continuación, vayamos a
dar a conocer cuáles son las principales reacciones que mostrarán los
reyes de la casa con este cambio horario que nos ocupa:
1-Cansancio
Los ritmos circadianos
que tiene nuestro cuerpo están adaptados a lo que es el día y también a
la noche. Y eso también ocurre con los de los niños, trayendo consigo
que ahora que anochecerá antes se vean totalmente alterados. Una
circunstancia esta que, entre otras cosas, puede provocar que los reyes
de la casa se encuentren varios días cansados, porque su sueño aún tiene
que adaptarse a esos nuevos horarios. De ahí que puedan presentar más
fatiga durante toda la jornada y que les cueste tanto irse más a la cama
como levantarse.
2-Menor rendimiento escolar
Precisamente el cansancio permanente que tendrán
durante varios días, unido a una mayor dificultad para concentrarse, es
el que provocará que los pequeños puedan tener durante un tiempo
limitado un menor rendimiento escolar. Ante el mismo, y siempre que sea
algo puntual relacionado con el cambio horario, no hay que preocuparse.
3-Irritabilidad
Cuando descansamos mal todos nos volvemos mucho más
irritables de la cuenta, cualquier cosa nos sienta mal y nos quejamos
por distintas circunstancias. Y eso es precisamente lo que les sucede a
los niños durante la primera semana tras el cambio horario en nuestro
país. Pero es algo normal, es más, con toda probabilidad la familia al
completo estará más irascible de la cuenta durante unos días.
4-Falta de apetito
Otra de las consecuencias de atrasar los relojes
cuando llega el otoño es que los menores suelen tener, a raíz de ese
cansancio y la fatiga permanente, una falta de apetito. Así, estarán más
reacios a comer ciertos alimentos y disminuirán la cantidad habitual
que toman, incluso de sus platos preferidos. Pero esto es algo muy
puntual, ya que pronto recuperarán su hambre.
5-Descenso de las defensas
Otra de las señales que indican que a los niños les
está costando adaptarse al nuevo horario es que, por todas las
consecuencias ya mencionadas, puede suceder que las defensas de su
cuerpo estén más bajas. Una circunstancia que trae consigo la
posibilidad de que, a las primeras de cambio, puedan coger, por ejemplo,
un catarro.
Apatía, debilidad constante, mayor sensibilidad e
incluso falta de energía son otros de los síntomas que los pequeños
sufren a raíz del citado cambio horario. Los mismos, según los
pediatras, durarán un máximo de cinco o seis días, tras los cuales los
menores recuperarán su estado de ánimo y físico habitual.
No obstante, es importante que sus padres lleven a
cabo ciertas medidas que, sin lugar a dudas, les ayudarán a hacerle
frente mucho mejor a la situación:
-
Lo primero y fundamental es que los adultos tengan paciencia
con la irritabilidad, la falta de apetito o incluso la somnolencia
generalizada de sus pequeños. A todos nos afecta el atrasar una hora el
reloj, pero los niños son niños y como tal no pueden controlar sus
sentimientos o su comportamiento infantil. Por eso, no hay que perder la
calma, entender la situación y darles cariño, eso les ayudará a
sobrellevarla.
-
De cara a que sus defensas no bajen demasiado, a que
coman lo suficiente y a que no pierdan todas sus energías, se debe optar
por establecerles una dieta temporal donde estén presentes alimentos
que les pongan las “pilas”, como sería el caso de los que tienen
vitaminas. Es decir, deben tomar muchas frutas y verduras.
-
De la misma manera, es necesario que los pequeños sigan con sus hábitos y rutinas, tanto para irse a dormir como para bañarse o meterse en la cama.
-
Ni que decir tiene que una buena manera de que puedan llevar mejor el cambio es aprovechar el mismo fin de semana en el que tiene lugar ese para salir al parque o disfrutar todos juntos de una actividad cualquiera. Eso hará que los menores tengan mejor humor y se adapten de manera más sencilla a la nueva hora.OK DIARIO, Lunes 19 de octubre de 2015
Comentarios
Publicar un comentario