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Los padres no deben ayudar a los hijos a hacer los deberes escolares

LAURA PERAITA

La supresión o no de los deberes escolares es uno de los asuntos que más controversia suscita entre las asociaciones de padres de alumnos. El presidente de Concapa, Luis Carbonel, reconoce que el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, les pidió un documento escrito para conocer su opinión en este asunto antes de la reunión que mantuvieron el pasado lunes. «No nos comunicó si va a tomar una decisión al respecto, únicamente se limitó a tomar nota de las propuestas de los allí presentes, pero confiamos en que algo cambiará».
En conversaciones con ABC tanto Concapa como Ceapa —que también asistió a la reunión con el ministro—, aseguran que «los padres no deben ayudar a los hijos a hacer los deberes». Si esto ocurre, «algo falla: o bien el niño no ha atendido en clase o es que el profesor no lo ha explicado bien, por lo que los alumnos necesitan la ayuda de sus progenitores para salir de dudas. En este caso —puntualiza Carbonel— el profesor y su colegio deben responsabilizarse».

Niños bajo presión

Para Jesús Salido, presidente de Ceapa, «los padres optan finalmente por ayudar a sus hijos porque sienten la presión de que si sus hijos no acaban los deberes, al día siguiente tendrán un castigo en clase, el niño tendrá que soportar los comentarios de sus compañeros e, incluso, el profesor le puede bajar la nota y suspender». En su opinión los padres no deben hacer deberes porque «ni siquiera los niños deben tener la obligación de  hacerlos en casa» cuando han estado toda la jornada en el colegio. Apunta que «esta carga de tareas es una clara intromisión del ámbito curricular en la vida familiar porque se nos traslada a las familias toda la responsabilidad».

Desigualdades en el hogar

Añade que los deberes crean desigualdades puesto que «no todas los padres tienen, por ejemplo, conocimientos de inglés o matemáticas para ayudar a sus hijos y las familias económicamente desahogadas pueden pagar un profesor particular o academia , pero el resto no».
Sin embargo, Luis Carbonel defiende la postura de mandar deberes «porque son imprescindibles para asentar las materias explicadas en clase, si bien es preciso que sean proporcionados a las edades y necesidades del alumno. Por otra parte, los deberes ayudan a crear hábitos de trabajo, estimulan el aprendizaje y fortalecen las capacidades de razonamiento y memoria, pero también deben permitir que el alumno disponga de tiempo libre para descansar y poder realizar actividades familiares, culturales, deportivas y de ocio».
Aún así, el presidente de Ceapa iniste en que los deberes en casa no se ajustan a las nuevas realidades de las familias,«puesto que en la actualidad suelen trabajar ambos progenitores y cuando vuelven a casa apenas tienen tiempo de ayudarles con las tareas escolares porque tienen que atender también la casa, hacerles la cena... Además —se pregunta —¿dónde queda el tiempo para hablar, jugar o dedicarse a otras cosas en un tiempo libre que cada vez es más limitado».

ABC, 25  de octubre de 2015

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