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Mitos y verdades sobre el cuidado de la boca en los niños

GEMA LENDOIRO
Se habla muchas veces de la importancia de los adultos de ir al dentista y pocas de la misma para los niños. Un error que se comete por falta de información. Según el doctor Jorge Giner, cirujano oral y maxilofacial y odontólogo en el centro Maternatal, hay que seguir unas pautas para que los más pequeños de la casa disfruten de una salud dental correcta, evitando futuros problemas.

Lactancia

«La lactancia, en general, es fundamental para el desarrollo bucodental, además de proporcionar al bebé seguridad y placer. Aquí, como en otras áreas, la lactancia materna se muestra superior a las leches de fórmula en cuanto al desarrollo bucodental», explica el experto. «La succión del pezón es el mejor ejercicio para el crecimiento y desarrollo de la boca, de hecho, se ha comprobado que niños con lactancia materna presentan menos maloclusiones que los alimentados con biberón desde el principio. O dicho de otro modo, necesitarán menos tratamiento de ortodoncia en un futuro».
Alguna de las causas por las que se abandona la lactancia es por tener «un frenillo lingual corto, en cuyo caso —explica el médico— una sencilla intervención con unas gotas de anestesia tópica por parte de un cirujano maxilofacial puede resolver el problema de forma rápida».
Otra de las consecuencias del uso del biberón en la salud bucal es la tan temida caries rampante o de biberón. «Para evitar esto hay que procurar no usar el biberón como chupete y no acostumbrarlo a dormir con él. Si tuviera ese hábito, asegurarnos de que solo contiene agua o limpiar bien los dientes después de la toma. Nunca mojar el chupete en miel o azúcar».
En cuanto al chupete, aunque en general no se recomienda, sí que puede ayudar a cumplir alguna función formativa o emotiva. «Su uso es preferible, por supuesto, a la costumbre de chuparse el dedo, con unos efectos mucho peores sobre el desarrollo de la boca y la cara. De cualquier forma, el uso del chupete debe abandonarse antes de los 2 años de edad pues, si no, puede ocasionar importantes maloclusiones (alteraciones en la mordida) en el futuro adulto. El odontopediatra orientará en el abandono de este y otros hábitos de succión».

Etapa de los dientes de leche

«Los dientes de leche (llamados así porque hasta la llegads del biberón lo normal era mamar durante años) empiezan a aparecer en la boca alrededor del sexto mes, normalmente los incisivos centrales inferiores, y no debemos agobiarnos si tarda algún mes más». Tal y como explica el experto, «con la salida de los dientes, el bebé estará irritable, babeará y se llevará objetos a la boca. Le podemos aliviar frotando las encías con el dedo o una gasa. También, dándole un mordedor, preferentemente frío».
Según el odontólogo, «es muy importante su cuidado ya que una boca sin caries en la infancia se relaciona con una boca sana en el adulto». «Además, prosigue, los dientes temporales cumplen una función importante en la masticación, en el desarrollo de orofacial y mantienen el espacio para que los dientes definitivos se posicionen correctamente en la boca cuando salgan».
Es muy importante recordar que cuando la caries es ya visible por los papás, suele significar que hemos llegado tarde para un empaste superficial y tendremos que realizar tratamientos más profundos, que implican anestesia dental. Para evitar esto, señala Jorge Giner, «debería comenzarse a limpiar los dientes, al menos dos veces al día, desde que sale el primero. Al principio con dedal o gasa, a partir del año con cepillo infantil, de cerdas suaves. Controlemos siempre su limpieza pues hasta los 5 años no tienen habilidad suficiente para realizarla de forma eficaz». «Los odontopediatra aconsejaremos siempre sobre qué tipo de pasta usar y en qué cantidad, dependiendo de la edad y el riesgo de caries».

Dientes definitivos

El esmalte dentario, que es el tejido más duro del cuerpo, es la barrera natural contra la caries y el flúor, un perfecto aliado que lo fortalece. «Su aplicación tópica por un odontopediatra, explica el experto, cuando esté indicado, es una herramienta ideal para proteger al diente del niño de la caries. Pero, cuidado, su exceso en la ingesta puede, paradójicamente, debilitar a los dientes. Ciertas aguas minerales con un elevado contenido en flúor o empeñarnos en suplementar la dieta con este elemento pueden ser perjudiciales para el desarrollo dental en los niños».
Otras circunstancias que pueden alterar la salud bucal de los niños «es cuando el niño respira mal por la nariz, cuando hay que tratarlos con antibióticos de forma prolongada o cuando tienen mal aliento crónico. En estos casos la dentición y el desarrollo bucodental pueden ser alterados por lo que debemos consultar a este respecto".
¿Qué hacer si el niño ha perdido un diente por un golpe? «Si el diente es de leche, nunca se reimplanta, consultará al dentista pero sin cuidado especial del diente. Pero un diente definitivo desprendido debe colocarse inmediatamente en leche. Si no disponemos de ella, en unas gotas de bebida isotónica o, en el peor de los casos, debajo de la lengua, dentro de la boca del niño. Debe acudir al dentista lo más rápido posible porque los minutos cuentan para el éxito del reimplante».
Y, fundamental es «que los padres lleven a sus hijos cada seis meses al odontopediatra, no solo para tratar los posibles problemas sino, para evitar problemas dentales cuando sean mayores».
 
ABC, 03/10/2015

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