“Menos productos de lujo y más Hacendado, menos móviles y más tiempo en familia, menos juegos de consola y más bicicleta, menos recompensas materiales y más muestras de cariño, menos televisión y más paseos en la montaña observando la naturaleza, menos ruido y más silencio. Aprendiendo que lo bueno y lo valioso lleva su tiempo y esfuerzo”
Catherine L`Ecuyer
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¿Cómo sé si mi hijo sufre acoso escolar?
ELENA MENGUAL
El acoso escolar
no distingue entre sus víctimas. Cualquiera puede ser el elegido, por
ser diferente del resto, o precisamente por no serlo. Porque sus
características físicas no gusten, o justo por lo contrario. Por no ser
popular o por serlo demasiado. Lo que sí tienen en común quienes lo
sufren es que suelen mantenerlo en secreto. A veces porque no son
conscientes de que lo que sucede no es "normal". O por vergüenza. O
porque piensan que tienen algo que hace que merezcan ser
tratados así. O porque creen que nadie los creerá, y si lo hacen, se les
despachará con un "eso son cosas de niños". Sin embargo, la detección
temprana es clave para evitar daños psicológicos graves y permanentes.
Recogemos algunas claves para identificarlo a tiempo.
¿Qué es el acoso escolar?
Hay que distinguir entre una agresión puntual en un entorno escolar y el acoso. El acoso es cualquier tipo agresión psicológica o física permanente, constante y duradera. Se caracteriza por el desequilibrio de poder (la víctima, sola, frente a agresores y observadores).
¿Qué síntomas deberían ponernos en alerta?
1. CAMBIOS DE COMPORTAMIENTO.
Es lo que se conoce como "ruptura biográfica". El problema es que
muchos síntomas de acoso pueden confundirse con comportamientos típicos
de la adolescencia. Y a menudo, los cambios no se dan de un día para
otro, sino que es un proceso lento. Normalmente, el menor no quiere ir
al colegio, se muestra nervioso cuando debe hacerlo, falta a clase o
regresa en cuanto puede a casa. El fin de semana está bien y el domingo por la noche empieza a encontrarse mal. Deja de hablar o salir con sus amigos de siempre. Abandona sus aficiones. Deja de hablar en casa o responde con evasivas. Baja el rendimiento escolar. Está triste, muestra cambios de humor, contesta mal, sufre arranques de cólera.
2. SIGNOS FÍSICOS. Al menor se le rompe o "pierde" habitualmente el material escolar o la ropa y no sabe cómo explicarlo. Pide dinero
a sus padres para poder dárselo a los acosadores (el chantaje es muy
típico). "Estos signos no siempre quieren decir que haya acoso, pero sí
son típicos del acoso físico", explica el psicólogo y profesor de la
Universidad de Alcalá Iñaki Piñuel,
experto en violencia psicológica y acoso. "Lo que sucede es que la
mayor parte de las veces el acoso que sufren los escolares españoles es
psicológico. Por eso síntoma más común es el psicosomático".
3. SÍNTOMAS PSICOSOMÁTICOS. El niño sufre malestar al levantarse, mareos, dolores de cabeza, molestias o alteraciones gastrointestinales, sensación de asfixia u opresión en el pecho, temblores, palpitaciones, alteraciones del apetito o del sueño...
A menudo los padres llevan al niño al médico pero no da con el origen
de los síntomas, porque la causa es psicológica. "El propio niño muchas
veces no lo identifica como acoso, ni tampoco los padres, porque no han
llegado a entender lo que está sucediendo".
¿Qué pasa en su teléfono móvil?
El ciberacoso es una modalidad "demoledora", tal y como la califica el psiquiatra infantil José Luis Pedreira, porque no da tregua. El acoso no termina al llegar a casa,
sino que continúa. Y permite que se multiplique el número de
espectadores y de hostigadores. Por eso es importante que los padres
tengan acceso al móvil, al correo y a los perfiles sociales (si los tuvieran) de sus hijos.
¿Y los niños pequeños?
En el caso de los niños de 5, 6 y 7 años, puede ser un indicativo el hecho de que omitan toda información del colegio,
que no cuenten nada de lo que hacen allí. "Por ejemplo, son incapaces
de pronunciar el nombre de los acosadores ('ese niño que tu sabes,
mamá') porque están en una fase muy simbólica y la pronunciación del
nombre evoca al personaje, es como si lo trajera", explica Piñuel.
¿Cuáles son los cursos más problemáticos?
La intensidad máxima del acoso escolar se produce en 5º y 6º de Primaria,
según el profesor Piñuel. Luego va descendiendo. "Sin embargo, sobre
todo en Secundaria, algunos de esos individuos quedan marginalizados,
llevan mucho tiempo sufriendo acoso y se convierten en una especie de
pararrayos de la violencia. Son menos numerosos pero el acoso es más de
todos contra uno".
¿Cómo se inicia?
Suele empezar con acciones de "baja intensidad", por ejemplo el acoso verbal (insultos, motes, humillaciones, propagación de falsos rumores, mensajes teléfonicos...), según explicaba
en EL MUNDO la psicóloga Alicia García de Pablo. Si no se frena, puede
degenerar en otros tipos de acoso, como el social (exclusión y
aislamiento de la víctima, por ejemplo, se la deja fuera de las
actividades colectivas), el psicológico (basado en amenazas) y el
físico, que contempla tanto agresiones directas como indirectas.
Por qué es importante la detección temprana
"El problema de los protocolos actuales es que trabajan a partir de la identificación de la víctima, cuando ya es tarde y el niño ya tiene secuelas y sufre estrés postraumático", explica Piñuel. De ahí la importancia de la detección temprana.
Estrés postraumático
El
cuatro de estrés postraumático infantil afecta a más de la mitad de las
víctimas de acoso escolar, según el profesor Piñuel. Incluye desde
alteraciones cognitivas (dificultad de atención, pérdida de memoria...) a
trastornos emocionales (ansiedad, depresión...) o alteraciones del
comportamiento (aislamiento, agresividad...). "Es un cuadro muy
poco diagnosticado porque se asocia a un gran trauma, pero los casos de
acoso por repetición pueden generar un trauma mediano que produce el
mismo efecto que la exposición a un gran evento" (una violación, por ejemplo).
El apoyo de los padres, clave
Los
padres siempre deben creer en el relato de su hijo y apoyarlo. No deben
quitar importancia al asunto, ni culpar a la víctima. "Todavía hoy el
principal problema de los niños acosados", explica Piñuel, "es que no
les creen, o trivializan lo que cuentan y sofocan el relato niño. Es muy
grave porque el hogar es el único lugar donde el niño puede contarlo,
pero a veces los padres sufren o les genera angustia y no quieren saber,
y lo despachan con un 'Pues pégales tú más fuerte'".
¿Y si cambia de colegio?
La
mayoría de las veces el acosado acaba cambiando de colegio. Y no es
raro que en el nuevo centro sufra también acoso. Es lo que se denomina círculo de victimización repetida.
"Ese niño destruido llega a una nueva aula, y esa vulnerabilidad es
detectada por los hostigadores, por lo que es elegido de nuevo", según
el psicólogo. No es que el niño tenga una forma de ser que favorezca el
acoso. Es que su vulnerabilidad funciona a modo de faro: atrae a los
hostigadores".
¿Es cierto que el acoso te hace más fuerte?
El acoso escolar no
hace a un niño más resistente, todo lo contrario; quedan destruidas sus
capacidades de hacer frente a situaciones. "Se convierten en víctimas
más probables de casos de acoso y en la vida adulta, de situaciones de acoso laboral, maltrato doméstico...
Porque llegan con la resiliencia y la autoestima destruidas. No es
bueno para el desarrollo de la personalidad ni prepara para la vida. Los
niños acosados se convierten en futuras víctimas más fáciles porque su
resistencia psicológica queda demolida".
FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr...
ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada. El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer....
NATALIA LÓPEZ PEVIDA El encuadre no recogía más que algunos juguetes y dos caras, las de un padre y su hijo disfrutando de un buen baño, pero las críticas no se hicieron esperar cuando el bloguero y activista LGTBI Perez Hilton subió la fotografía a Instagram (imagen del artículo). El selfie solo podía ser el fruto de un " pervertido " o un " degenerado ", según algunas de las reacciones de quienes expresaron su horror ante la posibilidad de que el niño pudiese ver el cuerpo desnudo de su padre. Días después, Hilton zanjaba el tema declarando que se había duchado con el bañador puesto. ¿Por qué tuvo que justificarse? La desnudez paterna da lecciones que no todos entienden Mostrarse desnudo ante los hijos es un asunto delicado que cada familia gestiona a su manera, pero el choque entre las distintas perspectivas revela un oscuro tabú. Hay un punto de vista que enfoca la exhibición del cuerpo humano como algo indigno , probablemente una herencia d...
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