ÁLVARO GARCÍA RUIZ
Decir que existe una gran diferencia entre la cultura de muchos
países asiáticos y la española, europea u occidental no es, desde luego,
descubrir las américas. Cada sociedad tiene sus propias tradiciones
y peculiaridades, pero, posiblemente, una de las sociedades que más
atención nos genera sea la asiática, por el misterio que la rodea y el
poco conocimiento que tenemos de esta.
Un aspecto esencial para
comprender el funcionamiento general de una sociedad es la educación que
recibe cada uno de sus individuos durante su infancia. Y la verdad es
que existe una enorme diferencia entre la educación que recibimos en occidente de la que puede mamarse en cualquier seno familiar asiático.
En Asia, comportamientos como la abnegación y
el esfuerzo son primordiales en el campo didáctico. Quizá pueda parecer
que es una sociedad, aparentemente, mucho más fría que la nuestra y es
posible que lo sea, pero un calificativo más exacto y propicio sería
jerarquizada. El respeto es un aspecto básico en las sociedades
asiáticas. Es por este motivo por el que son tan verticales y rígidas las relaciones entre hijo y padre o alumno y profesor, tal y como indican, tanto en la infancia como en la edad adulta, en Asian Week.
La madre tigre
Tampoco son nada habituales los gestos de cariño. Quizá la imagen más clara de todas estas ideas es la de Amy Chua, más conocida como la 'madre tigre'. Esta china (y estadounidense) se ha hecho realmente famosa por la dura educación que ha inducido a sus hijas (según Time es una de las 100 personas más influyentes del mundo). Dura e inflexible, Chua tiene terminantemente prohibida la entrada de amigos en casa, dormir fuera o la protesta.
La 'madre tigre' tiene muy claro que en occidente somos demasiado permisivos
con los niños y que es necesario dar un punto más asiático a la
educación. Su visión de la maternidad es, cuando menos, exigente, tanto
que puede llegar a resultar excesiva. Sin embargo, es tremendamente
explicativa y simbólica sobre cómo es la educación asiática.
Con un toque irónico e, incluso, paródico y satírico, Sam Louie, psicólogo estadounidense de origen asiático, reflexiona en Psychology Today sobre algunas de las diferencias entre la educación asiática y occidental.
1. Educación muy rígida
En
nuestra cultura es muy habitual que a los niños se les premie por el
trabajo bien hecho... O simplemente hecho. Con esta actitud generosa se
ayuda a que el niño gane en autoconfianza. Sin embargo,
esta opinión es muy diferente para gran parte de las familias
asiáticas, que tratan a los pequeños con mucho menos espacio a la
concesión y recompensa.
2. Menos ociosidad
Aquí
consideramos el tiempo libre y la diversión como un aspecto básico en
cualquier periodo de la infancia. En cambio, en Asia el trabajo forma
parte de la columna vertebral de cualquier familia. De
esta forma, el tiempo de ocio o juego puede llegar entenderse como un
exceso que suele estar muy mal visto.
3. Menor contacto físico
Los abrazos, besos o cualquier otro tipo de carantoña entre padres e hijos son aspectos que se ven como algo normal y positivo,
pues de una relación paternal se trata. Esto, en cambio, no es nada
habitual entre asiáticos. Según Louie, las muestras de afecto físico no
forman parte del día a día en su cultura. Incluso llega a señalar que él
nunca ha llegado a ver a sus padres besándose en público y raramente se
daban la mano. El contacto físico y las muestras de afecto son temas
tabú.
4. Con lo justo es suficiente
¿Hay
mayor acto de amor que disponer de un buen hogar en el que puedan crecer
los hijos, alimentarles correctamente o poder vestirles con la ropa que
necesitan? Para los asiáticos, no. Poder disponer de
todo esto es más que suficiente a la hora de educar a los más pequeños,
por lo que el calor y la atención emocional pasan a un segundo plano.
5. ¿Y los regalos?
Es
cierto que la existencia de los obsequios tiene una amplia trayectoria
en nuestra sociedad, pero también hay que reconocer que nuestra mentalidad consumista ha
agudizado este tipo de actos, aumentando el número de fechas señaladas y
la cantidad económica dedicada a estos mismos eventos. Cumpleaños,
santos, comuniones, Papá Noel, Reyes Magos, Ratoncito Pérez... Estas
actitudes desmesuradas son totalmente censurables entre los asiáticos.
Es cierto que también se dan regalos, pero sin caer en el abuso, opinan que debería ser más que suficiente si se tiene dinero para poder comprarte cosas o para recibir una correcta educación.
EL CONFIDENCIAL, 15/05/2015
Comentarios
Publicar un comentario