ESTEFANÍA YUGO
Menos diseño para fomentar la creatividad
¿A qué se considera juguete científico?
Los niños piden más juguetes STEM
Los juguetes STEM –aquellos relacionados con ciencias, tecnología,
ingeniería y matemáticas– copan cada vez más la oferta comercial, pero
existen pocos estudios que demuestren que realmente impulsan en niños y
niñas la atracción por estas disciplinas.
El profesor Jeffrey Trawick-Smith es
experto en el juego de los niños en el Centro de Educación Infantil de
la Eastern Connecticut State University (EEUU), sorprendido ante la
escasez de investigaciones a este respecto observó, junto a su equipo, a
preescolares utilizando juguetes específicos y midió su capacidad para
resolver problemas, su expresión creativa y la interacción social.
Tras cinco años de pruebas, el juguete de
mayor puntuación, tanto para niños como para niñas, fue un conjunto
básico de bloques de madera. Un juego que, según comentó Trawick-Smith
a The New Yorker, “fomenta la capacidad de resolver problemas y el pensamiento matemático”.
En
uno de los experimentos, un niño jugaba con una sencilla serie de
piezas planas magnéticas y necesitaba un fragmento cuadrado para
terminar la “casa para tigres” que estaba construyendo. Como no pudo
encontrar ninguna pieza con estas características, combinó dos
triangulares para crear una cuadrada, demostrando que los juguetes de
construcciones están conectados con conceptos matemáticos.
Según
el científico, lo que hace que los juguetes promuevan de forma efectiva
las habilidades científicas no es la determinación del género o los
diseños complicados, sino la simplicidad y el hecho de no ser
concluyentes. Esto permite a niños y niñas experimentar y explorar.
A
pesar de la ausencia de estudios científicos, las empresas de juguetes
han llevado a cabo sus propias investigaciones para dirigirse mejor a
sus clientes, los niños y sus padres. La conclusión a la que muchas de
ellas llegan es que un artilugio con excesivo diseño o demasiado
complicado no es necesariamente el más indicado para suscitar el interés
por la ingeniería mediante el juego.
Los
juguetes STEM, que tratan de fomentar la creatividad, la lógica y las
habilidades de los niños para resolver problemas, están de moda,pero
reciben una crítica común: dejan poco espacio para la creatividad.
“Cualquier
juego puede potenciar las destrezas científicas: un niño puede aprender
matemáticas con un juego especialmente diseñado para esto o con las
piezas LEGO. No obstante, es verdad que hay juegos que a determinadas
edades son más específicos y permiten desarrollar áreas concretas, como
podrían ser los juguetes científicos o los pequeños experimentos, por
ejemplo, de biología o de astronomía”, expone a Sinc Maite Francés,
responsable del departamento de Publicidad, Estudios y Tendencias de la
Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ).
Según un trabajo realizado
en 1997 por la AEFJ, en colaboración con Jeffrey Goldstein, doctor en
Psicología en la Universidad de Utrecht (Holanda) y el pediatra francés
Julien Cohen-Solal, es recomendable que desde muy tempranas edades los
niños utilicen juegos de construcciones y puzles, y que de los 6 a los
11 años se diviertan con cajas de experimentos, microscopios y
construcciones complejas.
“En función de sus características y las
habilidades, hay niños a los que les viene muy bien juguetes más
específicos para aprender; pero a lo mejor otro niño con un juguete de
construcción puede empezar desde la más tierna infancia –con dos o tres
años– a ensamblar piezas y desarrollar nociones de ingeniería, algo que a
lo mejor no aprendería hasta los diez años, ya con un juguete
específico”, añade la experta.
¿A qué se considera juguete científico?
Experimentos
que ayudan a los niños a entender en qué consisten las energías
renovables, robots que solo funcionan con luz solar o molinos de viento
que a través de la energía eólica consiguen cargar pilas del tipo AA,
forman parte de la amplia variedad de juguetes relacionados con la
ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.
Los
juguetes STEM se caracterizan por aplicar cada una de estas disciplinas
en el mundo real. Algunos representan ecosistemas en miniatura que
enseñan el funcionamiento del ciclo del agua. En este pequeño espacio
cerrado las semillas pueden germinar, generar vapor de agua cuando son
pequeñas plantas y, finalmente, provocar que 'llueva' dentro del
miniecosistema.
También hay relojes sin pilas que solo se ponen en
marcha en función de la cantidad de agua, zumo u otros líquidos que se
viertan en los dos tubos correspondientes, conectados a dos cables que
generarán la electricidad necesaria. Este juguete acerca conceptos como
el pH y enseña cómo producir energía de manera ecológica.
El
interés creciente por el ocio STEM ha disparado la oferta de estos
productos pero, “todo puede convertirse en juguete científico y se
cataloga en función de la jugabilidad”, señala Francés, quien subraya
que las manualidades o la construcción también pueden fomentar en los
niños el interés por la ciencia.
En la lista de los mejores
juguetes del año que AEFJ elabora anualmente, el favorito en la
categoría de Construcción 2015 ha sido el Puerto Espacial de LEGO, que
podría entrar en ese apartado específico de juguetes científicos o STEM,
porque favorece la curiosidad hacia el espacio o la ingeniería.
Asimismo,
uno de los destacados por esta asociación para los Juguetes Estrella
2015-2016 es el robot Meccanoid G15 de Bizak, que seguiría el mismo
planteamiento que el anterior: se trata de un robot interactivo que debe
ser construido y programado por los niños, algo que, según el
fabricante, puede aportar nociones de electrónica y robótica.
No obstante, expertos como Kathy Hirsh-Pasek,
profesora de Psicología en la Universidad de Temple (EE UU) y experta
en aprendizaje y desarrollo infantil, aconsejan prudencia con las
afirmaciones de algunos fabricantes sobre los beneficios de su producto,
ya que no siempre están avalados por pruebas científicas.
En la misma línea, una investigación publicada
recientemente en la revista JAMA Pediatrics afirmaba que, aun siendo
más llamativos, los juguetes electrónicos con luces y sonidos no
potencian la comunicación oral entre los más pequeños y sus familias
tanto como los clásicos. Cuando comparten el tiempo con un puzle o un
rompecabezas, padres e hijos hablan más y con un lenguaje más rico, lo
que fomenta el desarrollo cognitivo del bebé.
Para
conocer los gustos de sus clientes potenciales, la Asociación Española
de Fabricantes de Juguetes pidió a la Universidad de Valencia un estudio
sobre los valores, perfiles y preferencias de los niños españoles de entre 8 y 12 años de edad.
Los encuestados manifestaron tener mucho interés (63,3%) en los juegos
científicos o de experimentos. Las niñas de entre 8 y 10 años y de clase
alta eran el perfil preferente de estos juegos.
El elevado
interés que alcanzan en este análisis los juguetes STEM los posiciona en
quinta posición como los preferidos por los niños, detrás de los juegos
de mesa (70,1%), juegos y juguetes deportivos (69,3%), videojuegos
electrónicos y audiovisuales (67,5%) y juegos de misterio (67%).
Según
los datos manejados por Amazon, las ventas de este tipo de juegos han
crecido un 204% en su página web respecto al año pasado. También indican
que el interés por juguetes científicos empieza a penetrar con fuerza
en España después de haberse consolidado en los países anglosajones.
En
EE UU, por ejemplo, las ventas de estos productos aumentaron un 35% en
2013, un 51% en 2014 y un 63% en 2015. La web puso en marcha una tienda especial de juguetes STEM que cuenta con más de 230 artículos.
A
pesar de esta oferta, en los hogares españoles siguen triunfando las
opciones clásicas. Los juguetes científicos son algo original y curioso,
pero no común.
Para Maite Francés, es preferible no forzar a los
niños a que utilicen juguetes STEM si no quieren, ni que los padres
se obcequen en regalarles lo que ellos consideran que son instrumentos
educativos “ya que sus buenas intenciones podrían resultar
contraproducentes”, recalca.
“Si los padres quieren elegir un
juego, deben observar el perfil de su hijo y comprender qué puede ir más
con su personalidad. Hay muchos estilos de juguete, no todos tienen por
qué ser probetas”, concluye la experta. Al final el objetivo del
juguete, científico o no, es que los niños se diviertan imaginando.
EL CONFIDENCIAL, Sábado 9 de enero de 2016
https://consejociudadano-periodismo.org/mejores-canales-de-tv-para-ver-peliculas-todo-el-dia/
ResponderEliminarLos juguetes científicos son algo original y curioso, pero no común.
Para Maite Francés, es preferible no forzar a los niños a que utilicen juguetes STEM si no quieren, ni que los padres se obcequen en regalarles lo que ellos consideran que son instrumentos educativos “ya que sus buenas intenciones podrían resultar contraproducentes”