B.GARCÍA
No hace demasiados años, parte del destino de los niños que nacían
estaba estrechamente ligado al calendario. Si una niña era alumbrada el
Día de la Merced la llamaría casi seguro Mercedes y, en
caso de ser bautizada –que era lo habitual–, le seguiría el nombre de
su madrina y el de la iglesia donde recibió el sacramento. Hoy en día,
cuando la religión ha dejado de ser una obligación –bajo amenaza de
terribles castigos divinos y mundanos– y muchos padres esperan a que sus hijos crezcan para decidir si quieren ser bautizados, el nombre se ha desvinculado del calendario y se ha ligado a la moda, a “lo que se lleva es llamarse Pepe Bowie” –el pasado año, por ejemplo, los nombres más populares fueron Sofía y Santiago, y este año la tendencia, según algunos medios, apunta hacia las Lucías, Marías, los Pablos y los Mateos–.
Los padres en ciernes suelen hacer listas quilométricas
con posibles nombres para su futuro hijo y, sin proponérselo, a cada
apelativo le otorgan una personalidad e incluso un rostro: Sofía es
inteligente, con determinación y un poco rebelde, o bien Mario,
que es un donjuán. Creamos una imagen de acuerdo a otras personas que
hemos conocido, o bien ciudades o conceptos que significan algo profundo
para nosotros (Libertad, Luna, etc.).
Y
muchas veces nos fijamos en aquellos personajes memorables –escritores,
pintores, científicos, etc.– que consideramos genios y, de alguna
manera, pensamos que llamando a nuestro hijo como ellos puede asumir
alguna de las cualidades de nuestros ídolos. Tal vez
esta idea te parezca una chorrada pero, ¿no ocurre lo mismo cuando un
padre le pone su mismo nombre a un hijo? ¿No se espera de ese niño que
siga los pasos de su progenitor?
Aunque esta creencia tiene más de psicológico que de puramente científico, un nuevo estudio desarrollado por MooseRoots,
una web de genealogía, concluye que hay relación entre el nombre de una
persona y su tendencia a la genialidad. Para ello, sus creadores
compilaron los nombres de 14.750 filósofos, escritores, matemáticos,
científicos, inventores, artistas, premios Nobeles y compositores de
todas las nacionalidades, y aseguran que las personas que se llaman
María y Juan tienen un coeficiente intelectual más alto, al igual que muchos grandes virtuosos.
Por
una parte, es lógico que encontremos una gran mayoría de intelectuales y
personajes históricos apodados de esta manera, ya que ambos nombres son
bastante comunes, tanto en solitario como compuestos (Eva María, María Jesús, Juan José, Juan Pedro,
etc.); harina de otro costal es asegurar que nombrando a tu retoño Juan
vaya a acabar siendo diplomático o descubriendo una vacuna contra el
cáncer.
Según expone MooseRoots, ya que todos los padres quieren
que sus bebés sean exitosos en un futuro (el primer paso para que
fracase es generar esta expectativa, el peso que la acompaña), “preparar
a tu hijo para la grandeza dándole el nombre de un varón que ha
destacado sobre los demás”. Han leído bien –“hombre”–, porque la mujer
siempre ha estado infrarrepresentada en la historia.
El top 5 de nombres de genios
Este es el número de mentes más brillantes de la historia agrupadas por coincidencia en sus nombres:
1. Juan o John (Lennon): 352 genios
Procede
del hebreo Yohanan o Yehohanan y significa literalmente "Yavé es
bueno", "Yavé es misericordioso". Es uno de los cinco nombres de varón
más populares en España –el primero es Antonio– y en países anglosajones es todavía más popular, incluso en apellidos (Johnson significa 'hijo de John').
2. Roberto (Frost): 220 genios.
De
origen germánico, significa 'el resplandor de la fama o el brillo
ilustre'. Su diminutivo inglés es Robin, del que deriva Robinson.
3. William/Guillermo (Shakespeare): 201 genios
Es
un nombre mucho más frecuente en países anglosajones –en Estados Unidos
nacieron 16.687 Williams en 2014–. Significa 'protección, voluntad,
yelmo' y su origen es también germánico.
4. Carlos o Charles (Dickens): 148 genios
Tiene
un origen germánico y significa 'hombre libre' o también 'audaz y
fuerte'. Representa a la persona dotada de inteligencia y es uno de esos
nombres que nunca pasan de moda.
5. David (Hume): 132 genios
Fue
el nombre más popular de la década de los 90 en España y será tendencia
en 2016. En hebreo significa 'amado' y se lo relaciona con el segundo
rey de Israel, que venció al gigante Goliat.
La suerte del primogénito
Si
además eres padre o madre primeriza y esperas tener descendencia, debes
saber que, según un estudio realizado por el equipo de Petter Kristensen en
la Universidad de Oslo, los niños que nacen primero tienen un
coeficiente intelectual superior a sus hermanos menores. Basándose en
registros militares de 240.000 reclutas noruegos, los investigadores
observaron que los mayores tenían una ventaja de 2,3 puntos de CI
respecto a sus hermanos más cercanos en edad y que esta diferencia
aumentaba en relación al tercer y el cuarto hijo.
Mientras, algunos investigadores argumentan que
esta mayor inteligencia ya se forja en el útero, el equipo de Kristensen
señala razones sociales, de estatus dentro de la familia y
recursos (de afecto, tiempo, conocimientos) que son focalizados
totalmente en ese primer bebé, mientras que sus siguientes hermanos
deberán compartirlos.
Si tras leer este artículo aun estás convencido de llamar a tu hijo José (Ortega y Gasset) o María (Zambrano), porque respetas y adoras al eminente personaje, o porque tu vástago fue concebido mientras leías un libro de Ramón María (Valle-Inclán), lo
que sí está garantizado es que tu futura descendencia tendrá, como
mínimo, unos padres que le inculquen la pasión por la cultura.
EL CONFIDENCIAL, Viernes 15 de enero de 2016
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