MARÍA SÁNCHEZ SÁNCHEZ
Una pregunta se repite una y otra vez cuando comentas que te han
invitado a visitar la sede central de Playmobil: “Por qué los clicks no
tienen rodillas ni codos. Que te expliquen eso, por qué no tienen
articulaciones”. Y la respuesta es tan sencilla como la apariencia de
estas figuritas de apenas siete centímetros de altura: “Cuando juegas
con varias figuras a la vez no puedes sujetarlas con tus manos todo el
tiempo, así que es muy importante que se mantengan en pie. Si incluimos
articulaciones se caerían y estaríamos interrumpiendo algo que para
nosotros es básico: la creatividad de los niños. Si estás jugando en un
castillo necesitas que los nueve o diez caballeros en escena estén
colocados en distintos lugares y se mantengan en posición”, explica a
Verne Uwe Reuter, el responsable del equipo de diseño en el que trabajan
77 personas.
El legado de Hans Beck
Uwe, diseñador industrial de profesión, comenzó a trabajar en la compañía en 1992 de la mano de Hans Beck, el inventor de las famosas figuritas,
fallecido en 2009. "Creo que como Hans, que crió a sus hermanos
pequeños, ambos teníamos un conocimiento muy extenso de la forma en que
juegan los niños, de cómo van evolucionando, de lo que despierta su
interés… Mi primera hija nació cuando estaba estudiando y eso me ayudó
mucho. Estuve un año y medio en casa cuidándola y viéndola crecer y
después continué mis estudios".
Una visión que apenas ha cambiado en estos 41 años de existencia de las figuras y que ha hecho que los clicks
sean conocidos en todo el mundo. Los Playmobil se venden hoy en 100
países. De los 596 millones de euros de beneficio anual del grupo
Brandstätter - nombre real de la compañía - 535 millones provienen de
Playmobil. La compañía ha abierto en noviembre su primera tienda oficial
en España, en el Centro Comercial Plaza Norte 2 de San Sebastian de los
Reyes.
"No disponemos de un código escrito para diseñar Playmobil. La forma
de aprender es haciéndolo y, sobre todo, hablando mucho entre nosotros”,
señala Uwe. Y lo cierto es que en las oficinas centrales de la compañía
en Zirndorf, muy cerca de la ciudad alemana de Nuremberg, se aprecia
fácilmente esa voluntad de diálogo.
El vestíbulo del edificio es un espacio abierto en el que se
distribuyen una decena de mesas de trabajo. Las reuniones entre los
distintos departamentos tienen lugar allí, no a puerta cerrada. El
ambiente es bastante familiar - todos comparten comedor -y lo normal es
que la gente crezca profesionalmente en la compañía. “Antes de llegar a
ser directora Judith Wingart y yo trabajábamos juntas en el departamento
de relaciones públicas”, nos cuenta su actual responsable, Anna Ermann,
“nos conocemos desde hace años, así que nuestra relación apenas ha
cambiado aunque nuestros cargos sí lo hayan hecho.”
La producción de las figuras está centrada sobre todo en Malta, pero Zirndorf - donde se hacen los sets - es su mayor centro de producción. Aquí no están solo su cuartel general o uno de sus Funpark
- un parque de atracciones con recreaciones de míticos escenarios de
juego de Playmobil, hotel incluido - también muy cerca se encuentra la fábrica de Dietenhofen de donde sale, por ejemplo, el barco pirata: durante años uno de sus juguetes más emblemáticos.
La importancia del concepto
A las oficinas centrales de Playmobil en Alemania llegan cada mes
cientos de cartas de niños solicitando mejoras o ampliaciones en el
catálogo. Todas son contestadas. “Las opiniones de los niños son
fundamentales para nosotros”, señala la actual directora Judith
Weingart, “haciéndonos eco de las reiteradas peticiones de las niñas
para poder vestir a las figuras hemos introducido, por ejemplo, vestidos
intercambiables y una de las novedades de este año - a España llegará
el próximo - es un centro comercial en el que pueden adquirir más
modelos”.
La inclusión de armas - algo a lo que su creador Hans Beck siempre
había sido reacio - también obedeció a la voluntad de los niños
expresada en las cartas. Sin embargo, también hay muchas ideas
imposibles de llevar a cabo: “Cuando salió la película de Titanic”
recuerda Uwe, “muchos niños nos escribieron pidiendo que sacaremos el
barco, pero por sus dimensiones y el coste final que tendría en tienda,
resultaba imposible de abordar”.
Hasta que el artículo llega a la tienda pasan dos años. El primer año
se trata de definir el concepto y planificar las nuevas líneas de
trabajo. El segundo año se dedica a la producción, venta y postventa.
Las novedades se trabajan con dos años de antelación y la decisión final
es fruto de conversaciones y negociaciones entre todos los
departamentos.
Como en muchos otros sectores la tecnología ha facilitado mucho el
proceso. “Cuando yo empecé a trabajar aquí todo se hacía a mano. Tenías
que construir los moldes - primero en madera y después en espuma- con
una precisión exacta”, explica Uwe, “y si había un error volver hacerlo
de nuevo. Desde hace unos quince años utilizamos el escaneo y la
impresión 3D, lo que hace que trabajemos mucho más rápido: se pueden
hacer muchas copias, compararlas, ver cual funciona mejor, rediseñarla,
etc.”
En 2014 los productos más populares en España fueron los que tenían
que ver con la policía y con el viejo Oeste. A nivel global, los piratas
y los caballeros siguen arrasando. “Con los años puede cambiar el
estilo de la ropa o de los escenarios”, apunta Judith, “pero la esencia
sigue estando ahí. No es algo tangible, pero puedes reconocerlo. Y es
algo que pervive generación tras generación. Es muy bonito que los
padres puedan entender el modo en que sus hijos se están divirtiendo
porque ellos lo han experimentado antes”.
Fabricando juguetes
Los Playmobil están hechos de Acrilonitrilo Butadieno Estireno
(ABS en sus siglas en inglés) un material plástico fundible y maleable.
En el exterior de la fábrica de Dietenhofen pueden apreciarse unos
depósitos metálicos inmensos con capacidad para albergar 75 toneladas de
ABS de distintos colores. A través de un sistema subterráneo de
tuberías este material granulado llega a unas máquinas de moldeo por inyección donde se mezclan los colores al gusto y se les da la forma deseada.
Para ello son necesarios los moldes, unas piezas de acero pesadísimas
que se apilan en los pasillos de la factoría - muy alejadas
estéticamente del refinado aspecto final de los clicks. Para cada pieza
es necesario crear un modelo diferente, así que la mayor inversión anual
de la compañía va destinada a la creación de nuevos modelos.
Con una plantilla de 1.200 personas la producción no para nunca. Cada
día, se producen millones de piezas: manos, pies, flores, sombreros,
complementos varios… Todas las piezas defectuosas o sobrantes se
reutilizan: se funden de nuevo y se crean con ellas otras figuras. El
empaquetado también tiene lugar aquí. Una sola línea de sets puede
generar al día 65.000 paquetes listos para enviar a las tiendas. En un
año Playmobil produce unos 60 millones de cajas.
La primera serie de televisión inspirada en Playmobil
Ruby la pirata, Alex el caballero, Twinkle el hada y Gene el agente son los protagonistas de Super 4
la serie de animación producida por los estudios Morgen (Berlín) y
Method Animation (Paris) que toma como referencia el mundo Playmobil.
“Cuando la productora nos planteó el proyecto - ni la idea ni la
realización corren por cuenta de la compañía - tuvimos muchas dudas. No
estábamos seguros de querer hacerlo”, explica Judith Wingart, "pero
ahora estamos muy contentos con el resultado. Nuestro principal reto es
cubrir las expectativas de los niños y somos conscientes que ahora para
llegar a ellos, para inspirarlos, necesitamos recurrir a otros canales:
lo digital, las películas, etc.”
En países como el Reino Unido, donde los clicks no son un juguete muy
popular la serie ha tenido un éxito notable. “Lo que queda por ver es
si ese interés se traduce en un interés por el juguete o se queda solo
en la serie”, reflexiona la directora. En España se puede ver en el
canal Neox Kidz y en TV3.
Desde el pasado mes de septiembre ya están disponibles, además, las figuras de los cuatro ‘superhéroes’ versión Playmobil
y sus respectivos mundos. Una tarea que no resultó fácil para el equipo
de diseño: para adaptarse mejor a lo que los niños veían en pantalla
tuvieron que crear nuevos moldes para las figuras más espigados y
redondeados que las originales. Algo que se resolvió introduciendo una
pieza extra en el engranaje de la cadera.
La línea Super 4 presenta otras particularidades: el pelo no se puede
retirar, las caras están impresas para respetar la expresividad de la
animación y las dos primeras figuras de Playmobil sin pelo han sido
creadas para esta producción: un caballero medieval anciano y una
especie de ‘profesor chiflado’.
EL PAÍS, Domingo 3 de enero de 2016
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