BEATRIZ G.PORTALATÍN
España es uno de los países que más se aleja de la comida rápida. Sin
embargo, su consumo está aumentando en los últimos tiempos y, según
previsiones, lo seguirá haciendo. ¿Es la comida rápida sinónimo de
comida basura? ¿De quién es la responsabilidad del aumento de peso de
los españoles?
El aumento del dinero que empleamos los españoles en este tipo de alimentos lo constata el reciente estudio El gasto de comida rápida en España, elaborado por EAE Business School: "El consumo de este tipo de comida crecerá en España un 50% en los próximos cinco años".
Casi siempre solemos relacionar comida rápida con comida basura, sin embargo conviene matizar ciertas cosas. "No toda la comida rápida es comida basura ni
toda la comida basura se factura en formato comida rápida", afirma a EL
MUNDO el profesor José Luis Pérez Huertas, director del SRC de EAE
Business School quien aclara que el citado estudio hace referencia
únicamente, a los establecimientos de comida rápida.
"Las
palabras son importantes. Por ejemplo, hablamos de alimentos
precocinados y no tiene por qué ser necesariamente malos, pues dependerá
del tipo de preparados y de compuestos que lleven y de cómo estén
elaborados", asegura a este medio la doctora Irene Bretón, del área de
nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Retos pendientes
Por
nuestro estilo de vida, cada vez hay más gente que come fuera de casa y
que, por ejemplo, por cercanía al trabajo, elige un local de comida
rápida. Por eso, según explica la doctora Bretón, es importante que
estos establecimientos se adapten también a los tiempos y ofrezcan en
sus menús, aunque ya lo están haciendo, comida más variada y saludable.
Es verdad, que estas cadenas de comida rápida están haciendo cambios en
sus cartas, "pero aún no son suficientes ya que siguen ofreciendo algunos platos con una composición muy alta en calorías y con un tamaño muy grande en las porciones. Dos cosas que hay que vigilar", expone la doctora.
La
responsabilidad es de todos. Es decir, la responsabilidad de lo que
elegimos cuando vamos a un restaurante o cuando vamos a comprar el
supermercado es solamente nuestra. Pero también, "los establecimientos
de comida rápida tienen que darse cuenta de que tienen también que
ofrecer en sus menús una comida más sana y variada", insiste Bretón.
Los
expertos en alimentación saben del aumento de estos locales, por ello
es importante seguir las recomendaciones alimentarias de los expertos.
Según el estudio de EAE, en 2014, España facturó 3.226 millones de euros, un 6% más frente a 2013,
debido a la recuperación del consumo privado y, sobre todo, al mayor
gasto en turismo y ocio. Es precisamente en las comunidades más
dedicadas al turismo donde hay un mayor consumo. Desglosando por
comunidades autónomas, las que más gastan en comida rápida son Cataluña, Andalucía y Madrid y las que menos son La Rioja, Navarra y Extremadura.
Por su parte, los españoles que gastaron más en comida rápida en 2014
fueron baleares, canarios y madrileños y los que menos, extremeños,
riojanos y valencianos.
En cuanto a los establecimientos físicos, las cadenas de comida rápida y a domicilio alcanzaron en 2014, los 4.420 locales
(225 más que en 2013) siendo el 77,8% de los 4.420 gestionados bajo
régimen de franquicia, y el 22,2% como centros propios. Como se
esperaba, y según señala este estudio, el ranking del sector de comida
rápida en España, lo lidera McDonald's con un 40% de la cuota de
mercado, siendo además la principal empresa franquiciada con 474 locales
por toda la geografía. Le siguen Burger King, con una cuota de mercado
de 22,5%; Pans & Co (4,4%); Rodilla (3,6%) y KFC, con un 3,1%.
"Este
tipo de comida es un producto maduro en otros países mientras que en
nuestro país en un fenómeno relativamente reciente", aclara el profesor
Pérez Huertas. A nivel mundial, los países donde más se gasta en comida rápida son Estados Unidos, China, Japón, Brasil y la India.
La clave, educar en alimentación
Una
de las consecuencias de una mala alimentación es el sobrepeso y la
obesidad, uno de los factores de riesgo más importante en muchas
enfermedades. Sin embargo, parece que los españoles infravaloramos la
realidad.
Tal es así, que los datos de un reciente estudio La Percepción vs la Realidad: Cosas importantes en las que estamos equivocados, elaborado por IPSOS, afirma nuestra creencia sobre algunas cosas no se ajusta a la realidad. Según expone este estudio, "los
españoles creemos que el porcentaje de personas con sobrepeso u
obesidad en nuestro país es del 38%, cuando los datos reales son más
alarmantes, ya que afecta al 58% de la población".
"A
pesar de los grandes esfuerzos que se están haciendo para concienciar a
la sociedad sobre la importancia del control de la obesidad, y los
resultados positivos que están obteniendo, las perspectivas de aumento
de obesidad son muy preocupantes. Se debería otorgar máxima prioridad a
la continuación y el refuerzo en la información, concienciación y
difusión de estilos de vida saludable", afirma Jesús Caldeiro, director
de Ipsos Loyalty España.
Pese a todo, hay que resaltar que la
conciencia de la sociedad en cuanto a la alimentación está cambiando:
cada vez tenemos más conocimiento de la relación que existe entre
alimentación y salud, pero aún no le damos la importancia que merece.
Según palabras de la doctora Bretón, "la población sabe que existe esta
relación pero no sabe que es tan importante". Por ello, es fundamental
educar en alimentación, empezando sobre todo por los más jóvenes.
Tal
y como explica esta facultativa, para los adolescentes es difícil
pensar en el futuro porque ellos buscan la inmediatez, pero es
importante que vean que las enfermedades que puedan tener en el futuro
van a estar muy condicionadas por su alimentación. De hecho, es totalmente recomendable que aprendan a cocinar, pues así se tiene un mayor conocimiento de los alimentos. Y, sobre todo, que aprendan a elegir bien los alimentos.
De este modo, si van a locales de comida rápida (donde también ofrecen
ensaladas), uno puede ir allí y un día elegir algo de la carta que tenga
más aporte calórico y más graso, y otro, algo más ligero y saludable.
"La
responsabilidad es de ellos, no se trata tanto de decir 'no vaya usted a
estos sitios' sino de aprender a elegir. Sin olvidar, por supuesto, que
este tipo de cadenas tienen que darse cuenta de que tienen también que
ofrecer comida saludable y cosas relacionadas con la dieta mediterránea,
no solo ensaladas, sino, por qué no, unas lentejas", concluye Bretón.
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