CELIA MAZA / LONDRES
Hubo un tiempo en que los colegios más exclusivos ofrecían ese valor
añadido a través de sus instalaciones deportivas, idiomas o cursos de
intercambio. Sin embargo, ahora lo que se busca es “enseñar humildad”. Claro que para eso hay un precio, 40.000 euros al año concretamente. Las familias más pudientes del Reino Unido ya hacen cola para poder pagarlos porque Avenues: The World School llega a Londres.
El
primer campus fue inaugurado en septiembre de 2012 en Nueva York, en el
selecto barrio de Chelsea. No podía ser de otra forma. El objetivo
siempre fue abrir también sedes en Sao Paulo, Pekín y Londres, y aunque el proyecto se ha pospuesto en varias ocasiones, finalmente este año pretende empezar a construir sus instalaciones en la capital británica, sacudiendo así el sistema de educación privada.
Todo
apunta a que estará finalmente en Battersea. La vieja planta eléctrica
de este barrio situado en la prolongación de Chelsea al sur del Támesis
se convertirá en 2018 en un exclusivo paraíso residencial con, entre
otros, 254 viviendas de lujo, tres pisos de galerías comerciales y un auditorio. El precio de un ático ronda los 30 millones de euros.
Magnates de Singapur, Hong Kong, China, Malasia y Rusia suelen ser vecinos. En definitiva, en Londres el dinero nunca ha sido problema.
Y los ricos pagan lo que sea necesario para garantizar a sus hijos la
mejor educación -y sobre todo contactos- desde pequeños. En el
prestigioso Eton -donde han estudiado los varones de la familia real-,
la matricula ronda los 48.000 euros. Pero esto de la humildad se
presenta como algo completamente novedoso.
La pregunta es: ¿se puede enseñar humildad a unos alumnos cuyos padres pagan estas cifras?
Los fundadores de Avenue aún no han respondido claramente. Pero cada
año hay lista de espera para poder acceder a una de las 740 plazas que
el centro ofrece, entre preescolar y secundaria.
Con inteligencia emocional, pero sin humildad
Sus creadores son Alan Greenberg, exeditor de la revista 'Esquire', Benno Schmidt, expresidente de la Universidad de Yale, y Chris Whittle,
un empresario especializado en medios de comunicación y educación que
lideró la campaña para crear en Nueva York escuelas independientes,
similares a las que ya existen en el Reino Unido.
Según 'The New York Times', Manhattan se ha transformado en un mercado para la creación de futuros líderes globales.
Los jóvenes son emocionalmente inteligentes, pero poco humildes. Cuando
Grace Church School realizó un informe para abrir su propio instituto,
preguntó a las universidades más reputadas cuál era la carencia que encontraban en los solicitantes de la Gran Manzana. Todas las respuestas coincidieron en torno a la idea de los valores, el compromiso cívico, la inclusión y la diversidad. En una palabra, la humildad. Y fue entonces cuando los fundadores de Avenues vieron la oportunidad de negocio.
Ahora bien, nada demuestra que el método cumpla con su propósito. Es más, los reportajes que ha protagonizado el centro en los rotativos más reputados se han focalizado en otros aspectos, como el del comedor, uno de los asuntos que levantan más polémica.
Poco después de su apertura, un grupo de padres envió un 'email' de siete páginas detallando sus preocupaciones: no había suficientes aperitivos mundanos, como algas o pan de calabacín con harina de quinua y quesadillas.
Inmediatamente se convocó una reunión donde se presentó un PowerPoint
de 25 páginas y se trajo a un médico del Hospital Mount Sinai para
resolver cualquier tipo de dudas sobre nutrición y alergias. Las
preguntas fueron de todo tipo. “¿Por qué tanto pan?”. “¿Cuál es la
política en materia de organismos modificados genéticamente?”. “¿Por qué
no sushi?”.
Los detalles, al fin y al cabo, son los que marcan la
diferencia. Y están presentes desde el primer momento. En preescolar,
los niños se sientan en sillas giratorias, tienen cada uno un iPad y reciben las clases en inglés, español y mandarín.
El objetivo es que puedan estudiar cada semestre en China u Oriente
Medio. La idea es fomentar la "ciudadanía global"… y, por supuesto, la
humildad.
EL CONFIDENCIAL, Jueves 21 de enero de 2016
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