REDACCIÓN LA VANGUARDIA
Ser abuelo y desvivirse por los nietos se lleva (literalmente) en los genes.
Un estudio elaborado por un grupo de investigadores de la Universidad
de California señala que, a diferencia de los animales, la información
genética de los humanos ha evolucionado para que su esperanza de vida se
alargue décadas después de la edad reproductiva. De esta manera, los
abuelos pueden participar activamente en el cuidado de sus nietos y
transmitirles su sabiduría.
El estudio, publicado en la revista PNAS , ha descubierto que algunos genes han evolucionado específicamente para proteger a los humanos de enfermedades neurodegenerativas. Este es el caso del gen que codifica la proteína CD33, esencial para el funcionamiento del sistema inmunitario, que en el caso de los humanos es cuatro veces más alto al que poseen los chimpancés. Además también se han descubierto niveles superiores en otros genes que contribuyen a prevenir el deterioro y a eliminar la acumulación del péptido beta amiloide del cerebro, nocivo para las neuronas y asociado con el alzhéimer.
La investigación concluye que es probable que estos genes hayan evolucionado para alargar la vida de los ancianos y evitar convertirlos en personas dependientes mientras hay que criar a los parientes más jóvenes de la familia. Al fin y al cabo, el cuidado intergeneracional es un factor importante para la supervivencia del grupo.
El estudio, publicado en la revista PNAS , ha descubierto que algunos genes han evolucionado específicamente para proteger a los humanos de enfermedades neurodegenerativas. Este es el caso del gen que codifica la proteína CD33, esencial para el funcionamiento del sistema inmunitario, que en el caso de los humanos es cuatro veces más alto al que poseen los chimpancés. Además también se han descubierto niveles superiores en otros genes que contribuyen a prevenir el deterioro y a eliminar la acumulación del péptido beta amiloide del cerebro, nocivo para las neuronas y asociado con el alzhéimer.
La investigación concluye que es probable que estos genes hayan evolucionado para alargar la vida de los ancianos y evitar convertirlos en personas dependientes mientras hay que criar a los parientes más jóvenes de la familia. Al fin y al cabo, el cuidado intergeneracional es un factor importante para la supervivencia del grupo.
LA VANGUARDIA, 03/01/2016
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