JAIME PRATS
La Organización malos hábitos de las sociedades modernas.
Un elemento determinante del estilo de vida no saludable, convertido ya
en un problema mundial, es la alimentación inadecuada. Y, de forma
destacada, el abuso en la ingesta de azúcar.
Mundial de la Salud (OMS) ha puesto en el punto de mira los
Después de un largo periodo de consulta pública, la OMS ha lanzado este miércoles sus recomendaciones respecto al consumo de azúcar:
no debe aportar más del 10% de las calorías diarias tanto en niños como
en adultos. Para una dieta de 2.000 calorías, son unos 50 gramos de
azúcar, el equivalente a unas 12 cucharillas de café. La media en Europa
occidental ronda los 100 gramos, por lo que la reducción debería de ser
de la mitad del consumo medio.
Idealmente, para “proporcionar beneficios adicionales para la salud”,
la cantidad debería quedar por debajo del 5% del aporte calórico (seis
cucharadas, 25 gramos)”. En el caso de los niños, el consejo es no
sobrepasar los 37 gramos (para una dieta de 1.750 calorías).
El azúcar incrementa el aporte calórico, quita el hambre y reduce
ingesta de alimentos más más ricos en nutrientes, lo que favorece una
dieta poco saludable. “Tenemos sólidas evidencias de que si mantenemos
unos niveles de azúcares libres por debajo del 10% del total de calorías
diarias se reduce el riesgo tanto de sobrepeso, como obesidad y
caries”, ha señalado Francesco Branca, el director del departamento de
nutrición para la salud y el desarrollo de la OMS en la presentación del
documento.
La epidemia del sobrepeso y la obesidad afecta a unos 2.100 millones
de personas en el planeta, casi un tercio de la población mundial.
Recientemente, la revista The Lancet dedicó seis artículos a describir el fracaso en la lucha contra esta pandemia, que avanza a un ritmo “inaceptablemente lento”.
Al hablar de azúcares libres, la organización internacional no solo
se refiere a los refinados como el que se añade al café (sucrosa);
también alude a la glucosa o la fructosa. Ya sea tanto si se trata de
añadidos artificiales en bebidas refrescantes y todo tipo de alimentos
procesados como si están de forma natural en zumos de fruta o siropes.
Por ello, no es fácil controlar su consumo. Incluso se puede encontrar
escondido en alimentos en los que, aparentemente, no debería estar. La
OMS pone el ejemplo del kétchup: una cuchara sopera tiene unos 4 gramos
de azúcares. Una lata de refresco azucarado tiene hasta 40 gramos,
prácticamente la cantidad recomendada.
La guía no pone límites a los azúcares que se encuentran en las
frutas y las verduras frescas o los de la leche “porque no existen
pruebas de efectos adversos debidos a consumir estas sustancias”.
El documento repasa las diferencias en el consumo de azúcar por
países, una comparación en la que España no sale demasiado bien parada.
En Europa, las cifras más moderadas entre la población adulta las tienen
países como Hungría o Noruega, con porcentajes que oscilan entre un 7% y
un 8% de la aportación total de calorías. España o el Reino Unido
alcanzan tasas de entre el 16% y el 17%.
En los menores las cifras son sensiblemente más elevadas. En el rango
bajo está Dinamarca, Eslovenia o Suecia (12% de las calorías diarias);
en el alto se encuentra Portugal (25%).
EL PAÍS, 04/03/2015
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