Ir al contenido principal

El acoso escolar afecta a dos de cada tres jóvenes

ADRIAN PARRONDO
Para dos de cada tres jóvenes, el «bullying» ha provocado que la visita diaria a la escuela haya sido especialmente dura en algún momento de sus vidas. Así lo recoge un estudio realizado a través de la plataforma «U Report» que ha difundido UNICEF, y que arroja algunos datos sobre la opinión que mantienen los adolescentes en torno al acoso escolar.
«Actualmente hay un equilibrio de casos entre chicos y chicas, pero se da un repunte en niñas de entre 11 y 13 años. Sin embargo, el problema comienza a gestarse mucho antes». Así lo asegura Carmen Aldana, psicóloga en Depsia Sl, que recuerda que los jóvenes «suelen acudir a consulta cuando están en Secundaria y ya presentan problemas emocionales».
Por ello, es fundamental la detección precoz, algo que es responsabilidad compartida del colegio y de los padres: «la familia debe estar atenta ante posibles cambios de comportamiento del niño, como que no quiera salir de casa ni relacionarse, que no acuda a excursiones del colegio o que pierda y vea deterioradas sus pertenencias», advierte Aldana.
Por su parte, el colegio también tiene la obligación de vigilar y estar atento ante cualquier alerta. Un punto que debería mejorarse, a tenor de la opinión del alumnado: hasta un 80 % considera necesario fortalecer las habilidades de los profesores. También opina igual la experta en protección infantil de UNICEF Theresa Kilbane, que incide en la importancia de «formar a los profesores, padres y tutores con las habilidades necesarias para poder garantizar protección a las víctimas».
Este problema puede requerir terapias en las que intervenga un psicólogo con la ayuda de los padres y el colegio, y en las que no se descarte la presencia de la fiscalía de menores cuando así sea necesario. En todo caso, y en opinión de Aldana, «se deben establecer pautas que ayuden al alumno a entender, contener y expresar sus emociones».
En Madrid, el Gobierno Regional aprobó a principios de este año la creación de una Unidad de Emergencia contra el acoso escolar. Aparte de establecer protocolos para prevenir, detectar y sancionar cualquier caso de este tipo, el Ejecutivo también ha incorporado como delito el denominado «ciberbullying», realizado a través de las nuevas tecnologías. Este último es solo un tipo de acoso más, junto con el físico, verbal, psicológico o social. Todos provocan efectos a largo plazo.
«El "bullying", incluyendo el acoso escolar a través de internet, continúa siendo un riesgo incomprendido para el bienestar de los niños y jóvenes», afirma Kilbane desde UNICEF. No es para menos, puesto que sus consecuencias son especialmente dolorosas para las víctimas que lo sufren. Entre ellas, la aparición de trastornos fóbicos, trastornos emocionales, problemas de depresión y ansiedad, pensamientos suicidas o sentimientos de culpabilidad. Quizá por esto último, un tercio de los encuestados llegan a la conclusión de que ser maltratado «es algo normal», y por ello no denuncian. «Hay que poner especial atención en los casos en los que se perciba un trastorno de la personalidad, cambios bruscos de humor, depresión, ansiedad o baja autoestima», asegura Aldana. Estos síntomas por sí solos no confirman la existencia del acoso, pero hay que permanecer vigilantes: hasta un cuarto de las víctimas asegura que no saben a quién decírselo.
La educación también ejerce un papel importante. Dos tercios de los afectados aseguran haber sido discriminados por su aspecto físico, su orientación sexual o su origen étnico. Para evitar estas situaciones, la psicóloga Carmen Aldana recomienda «crear un clima de comunicación y confianza en la familia que combine sensibilidad con límites y consecuencias, con el fin de que puedan ser autosuficientes y relacionarse con los demás de forma sana, madura y atenta». Igualmente, es importante «profundizar en el aprendizaje de comportamientos como la empatía». Solo así se puede evitar un problema mayor. Muchos casos terminan con la vida de la víctima o le dejan secuelas permanentes. Para poner fin a estas situaciones, lo mejor es la detección precoz y la denuncia.
 ABC, Domingo 4 de septiembre de 2016

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer.

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de com