ANA R. CARRASCO
Cepillarse los dientes es la forma de mantener las caries a raya, las
encías sanas y de disfrutar de un aliento fresco. Una rutina aparentemente sencilla, integrada en el día a día de la mayoría, que también tiene su técnica y que no siempre se hace bien.
"Lo más importante es seguir siempre el mismo esquema. Tener una rutina
en la que se cepillen absolutamente todos los dientes, así como los
tejidos blandos, incluida la lengua, y el espacio interdental", afirma
María José Muñoz, vicedecana de Odontología de la Universidad Europea de
Madrid.
Existen varias técnicas a la hora de cepillarse los
dientes, la más recomendada es la llamada Técnica de Bass Modificada.
"El cepillo debe colocarse en un ángulo de 45º en la unión del diente y
la encía. El objetivo es que los filamentos limpien el surco gingival
-el espacio de unión entre el diente y la encía- que es donde más se
acumula la placa bacteriana", explica Patricia Zubeldia, odontóloga
responsable de la Dirección Médico-Asistencial de Sanitas Dental. Con el cepillo bien situado se realizan movimientos rotatorios de adelante hacia atrás en todos los dientes. Un
ritual que debe durar, de acuerdo con las recomendaciones de la
Organización Mundial de Salud, al menos dos minutos -Muñoz recomienda
entre tres y cinco-.
¿El cepillado más importante? Sin duda el último del día. "Por
la noche apenas hay producción de saliva, el ph de nuestra boca baja y
se incrementa notablemente el riesgo de padecer caries", asegura
Zubeldia. La costumbre de tomar un pequeño tentempié justo antes de
dormir, muy extendida según Gema Pelillo, odontóloga de la clínica Hit
Dental, es muy perjudicial para el esmalte. "Hay quien se toma un zumo o
una onza de chocolate antes de dormir y eso es malísimo, dejas el
esmalte expuesto durante varias horas".
Siempre se ha dicho que los dientes deben cepillarse después de cada comida. Esto no es del todo exacto. "El momento ideal es 20 minutos después de haber comido", asegura Muñoz. "Es entonces cuando se descomponen los alimentos y aumenta la acidez de la boca".
Cosa de niños
Crear
un buen hábito de higiene dental en los más pequeños es imprescindible.
"Se debe empezar desde el primer diente para que se acostumbren a esa
rutina y se les debe supervisar hasta los ocho años", recomienda
Pelillo. "Cuando son bebés se les cepillará sin dentífrico hasta que se
genere el reflejo de escupir, después debe utilizarse una pasta
apropiada para ellos con la proporción de fluor adecuada", apunta la
vicedecana.
Si en algún momento no es posible cepillarse los dientes, ¡que no cunda el pánico! Las odontólogas aconsejan masticar chicles sin azúcar así
como tomar abundante agua porque ayuda a arrastrar los restos de
comida. No sustituye al cepillado pero es un buen truco en caso de
emergencia.
EL MUNDO, Jueves 29 de septiembre de 2016
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