JOSÉ ANTONIO MARINA
Esta semana he estado en la comarca del Vallés, en Barcelona, con
motivo de la inauguración del curso escolar. Me parece la fiesta de la
posibilidad y de la esperanza. Esta sección también comienza un nuevo
curso. Vuelvo a afirmar mi convicción de que podemos tener un sistema educativo excelente en
el plazo de cinco años, y también de que España, que perdió el tren de
la Ilustración y el de la Industrialización, puede perder ahora el tren de la sociedad del aprendizaje, y convertirse en el bar de copas de Europa.
Sin
duda, les habrá extrañado el título de este artículo. Hace referencia a
un libro que produjo un gran revuelo en Estados Unidos, y que Steven Pinker,
uno de los más respetados psicólogos del mundo, consideró que
“cambiaría la historia de la psicología”. Se tradujo al castellano con
el título 'El mito de la educación', y el subtítulo: "Por qué los padres
pueden influir muy poco en sus hijos". La tesis de la autora, Judith Rich Harris, es que las dos influencias determinantes en el proceso educativo de los niños son los genes y el grupo de iguales.
La devaluación de la influencia de las familias y de la escuela
produjo, como era natural, la protesta airada de muchos expertos.
El
libro me parece interesante porque llama la atención sobre la
complejidad de la actividad educadora, en la que intervienen fuerzas muy
diferentes que deberíamos saber coordinar. Hace dos siglos y medio, Montesquieu escribió en 'Del espíritu de las leyes' una frase que describe esta situación: “Recibimos tres educaciones distintas, si no contrarias: la de nuestros padres, la de nuestros maestros
y la del mundo. Lo que nos dicen en la última da al traste con todas
las ideas adquiridas anteriormente”. Hay que tener en cuenta, además,
que la educación del 'mundo' influye en los padres y en los docentes,
por lo que es extremadamente fuerte.
Muchos
padres y madres se encuentran con que sus esfuerzos educadores no
tienen el resultado deseado. Oímos con frecuencia la queja: "¿Pero qué he hecho mal?". Probablemente
nada, porque sus hijos están sometidos a otras influencias muy
poderosas. La escuela es una de ellas, pero tampoco es omnipotente. Su
impacto no es el más importante en la educación del niño. El nivel
socioeconómico y cultural de las familias, la presión de los iguales, la
cultura ambiente tienen en conjunto mayor relevancia. Cuando decimos
que “para educar a un niño hace falta la tribu entera”, nos estamos
refiriendo a estas interacciones. Problemas como el fracaso escolar, el
acoso en las aulas, el consumo de alcohol y drogas,
el uso excesivo de móviles, la responsabilidad personal y la búsqueda
de la excelencia son fenómenos definidos por múltiples factores.
Es necesaria una universidad para padres
Este es problema que queremos tratar en el próximo curso de la Universidad de Padres. Con nuestros programas, ayudamos a los padres en la educación directa de sus hijos,
pero debemos también favorecer su protagonismo en la educación
indirecta, es decir, a través de los entornos que influyen en los
comportamientos de niños y adolescentes: la escuela, los amigos, el
barrio, la comunidad. Todos esos elementos forman el 'sistema
educativo', del que el 'sistema escolar' es solo una parte. Por eso, un gran pacto educativo debe ser expansivo e ir más allá de un pacto escolar.
Así lo hemos explicado en los Papeles para un pacto'.
Estamos intentando que los padres colaboren entre ellos, cooperen mejor
con las escuelas, y presionen para que el entorno sea beneficioso para
sus hijos. Iniciativas como las comunidades de aprendizaje o las
ciudades que protegen a sus adolescentes (las 'assets building
communities') son ejemplos que nos gustaría fomentar. Necesitamos
construir una buena 'tribu educativa'. Hay unos factores de protección
que mejoran las expectativas de todos los niños y jóvenes. Unos dependen
de la familia, otros de la escuela, y otros de la sociedad. Trabajamos
para fortalecerlos, y queremos apoyarnos en las familias porque son las
más interesadas en que funcionen. Por eso, pedimos su colaboración. Pinche aquí para ir a nuestra web.
EL CONFIDENCIAL, Martes 20 de septiembre de 2016
https://yaldahpublishing.com/15-mejores-lugares-para-vivir-en-maryland/
ResponderEliminarecesitamos construir una buena 'tribu educativa'. Hay unos factores de protección que mejoran las expectativas de todos los niños y jóvenes.