MÓNICA SETIÉN
ABC, 19/09/2016
Como cada comienzo de curso, en muchos colegios
se suscita el debate de si es conveniente implantar la jornada escolar
continua. Las voces que se levantan no se acaban de poner de acuerdo,
y tanto la corriente del sí como la del no esgrimen el bien de los alumnos.
Hemos preguntado a la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres
del Alumnado (CEAPA) y al sindicato de profesores ANPE para que nos den sus
opiniones, a favor o en contra, de este tipo de horario.
A favor
-Desde ANPE hemos defendido un proceso
voluntario, participativo y democrático para la implantación de la jornada
única; de manera que, con el acuerdo mayoritario del Consejo Escolar,
se permita implantar en aquellos centros que lo deseen.
-Los horarios de funcionamiento de los centros
debe ser tratados dentro de un contexto global de jornada escolar,
diferenciando el del centro, el del profesorado y el del alumnado, de
manera que las actividades lectivas se desarrollen en jornada continua de
mañana y en el resto del horario se lleve a cabo una programación
extraescolar acorde con las características propias de cada centro, siempre que
haya una planificación adecuada y se garantice todos los servicios escolares,
incluido el comedor escolar.
-La experiencia nos permite afirmar que los
centros que han implantado este modelo tienen un alto grado de satisfacción de
toda la comunidad educativa, porque no se trata de una reducción de la jornada
escolar lectiva del alumno, ni, por supuesto, de la del profesorado, sino de la
posibilidad de aprovechar mejor el reparto del tiempo para realizar por la
tarde otras actividades educativas dirigidas por monitores cualificados,
utilizando las instalaciones y dependencias de los centros.
-Las ventajas son evidentes, porque permiten un
horario más racional a los alumnos y para planificar el tiempo de
estudio más amplio de posibilidades a las familias, y garantiza la
participación en actividades extraescolares para todos los alumnos. Y en última
instancia, contribuye a favorecer la convivencia familiar y la conciliación de
la vida laboral y familiar de los padres.
-La función docente se ejerce de forma más
racional, al equilibrar los horarios, permitiendo un espacio flexible por la
tarde para reuniones de coordinación, programación y puesta en común. Esta
jornada supone una mayor racionalización de los recursos existentes en el mundo
educativo.
En contra
Jesús María Sánchez Herrero, ex presidente de la
CEAPA explica porqué no están de acuerdo con la implantación de la jornada
continua
-Reconocemos la legítima aspiración de los
profesionales de la Educación a una jornada laboral más reducida. No
nos oponemos a que el profesorado, en el marco de su negociación colectiva,
logre una jornada escolar sólo de mañana.
-El problema se suscita cuando un sector del
profesorado cree que el camino más corto para alcanzar sus objetivos es
modificar también la jornada del alumnado, para que éste tenga sólo
clase por la mañana, sin pensar en las consecuencias formativas que esta medida
tendrá para los menores.
-Salvo en casos en los que estaría justificado
por encontrarse en zonas rurales de difícil acceso u otras características
socioeconómicas particulares, nos oponemos a la jornada escolar
continua.
-En las comunidades autónomas donde está
implantada la jornada continua está decisión ha sido irreversible, en
ningún caso ha mejorado el rendimiento escolar del alumnado, no se han
cumplido los compromisos que se adquirieron para su establecimiento (van
desapareciendo comedores, el transporte se reduce limitando la participación en
actividades extraescolares, se cierran los centros por las tardes...), y la
situación de los niños y niñas con más necesidades educativas y sociales
empeora.
-La jornada continua tiene más inconvenientes:
las clases son más cortas, por lo que el profesorado dispone de menos tiempo
para impartir su materia; la falta de tiempo obliga a éste a encargar
más deberes al alumnado, y hay muchos padres que no pueden ayudar a
sus hijos con los estudios, porque no tienen la formación adecuada; muchas
familias se ven impulsadas a acudir a clases particulares, mientras que otras
no pueden afrontar económicamente estos apoyos externos. Este tipo de jornada
agranda las desigualdades sociales.
-Por todo ello, consideramos que la
jornada continua no contribuye en absoluto a combatir el fracaso escolar,
supone un recorte en el derecho a la educación de los niños y niñas, y un
retroceso para la educación pública. Este tipo de jornada es un obstáculo para
eliminar las desigualdades sociales.
Y tú, ¿qué opinas?
ABC, 19/09/2016
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