LAURA PERAITA
Eva Bailén, ingeniera de Telecomunicaciones y
madre de tres hijos, emprendió en marzo de 2015 una intensa campaña de recogida
de firmas por la racionalización de los deberes escolares en nuestro país. Un
año más tarde, su iniciativa logró contar con 200.000 adhesiones, al tiempo que
avivó un debate de un asunto que afecta a muchas familias. Para ahondar en el
tema, esta semana ha sacado a la luz su primer libro «Cómo sobrevivir a los
deberes de tu hijo».
La autora asegura que no está en contra de los
deberes, «sí de aquellas tareas que mandan en la escuela para casa que son
abusivas y repetitivas, que estresan a los niños y les desmotivan. A
determinadas edades los menores deben tener tiempo para jugar y ser creativos,
en vez de estar copiando enunciados de un libro. Además, los padres nos vemos
sometidos a una gran presión, primero por conseguir que se sienten a hacerlos
y, en segundo lugar, porque no nos da tiempo a hacer otras cosas al tener que
ayudarles, lo que genera tensiones familiares que acaban en discusiones».
–¿Qué
recomendaciones ofrece a los padres que se van a enfrentar por primera vez a
los deberes de sus hijos?
–Lo primero, que rompan la barrera del tabú de
los deberes cuando se reúnan con los profesores nuevos y se atrevan a
preguntarles abiertamente si los mandan o no, si siguen la política del centro
o cada docente es libre de decider las tareas a realizar.
–¿Por qué algo
tan cotidiano se considera tabú?
–Porque la libertad de cátedra del profesor
incluye disponer del tiempo de los niños fuera del aula. Si manda tareas para
casa está invadiendo la intimidad de las familias de dedicar su tiempo libre a
lo que quieran. Sin embargo, los profesores apuntan que ellos saben lo que
tienen que hacer.
–¿Considera
acertado que manden los mismos deberes a los todos los alumnos de la clase?
–No tiene sentido que se manden los mismos
deberes a toda la clase. No todos los estudiantes necesitan el mismo refuerzo
en cada asignatura. Algunos van muy bien en matemáticas y resulta desmotivador
que tengan que hacer un montón de cuentas que ya saben. Les aburren y
desmotivan.
–¿Cuál es la
forma más efectiva de hacer estas tareas en casa?
–Lo mejor es empezar siempre por los deberes más
difíciles o que requieran mayor concentración por parte del niño y dejar los
más monótonos o que consistan en copiar enunciados para el final. También es
recomendable que los realicen en el mismo sitio para evitar que se
desconcentren.
–¿Qué opina
cuando los profesores apuntan que los deberes son labor de los niños y no de
los padres, que deben hacerlos solos?
–Pues que no todos los niños son iguales y a
veces no son lo suficientemente maduros como para no tener ayuda. En el colegio
están unas siete horas y siempre en compañía del profesor. Si les dejamos solos
en su cuarto haciendo las tareas, muchos niños lo toman como un castigo.
También suelen demandar compañía por el mero hecho de estar con sus padres a
los que ven muy poco tiempo cada día. La situación se complica cuando los
padres tienen varios hijos y tienen que repartirse para estar con todos ellos.
–Y si el niño no
quiere hacer deberes, ¿cómo se debe afrontar esta situación?
–Lo mejor es empatizar con el niño, dejarle un
tiempo de juego al llegar a casa y explicarle que después hay que hacer deberes
para que pueda seguir jugando. Lo mejor es negociar, nunca echar una bronca,
porque entonces lo único que conseguirá es que se obceque más en su postura y
tenga mayor sensación de que estudiar es algo desagradable, un castigo.
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