M.MERINO
Como a cualquier padre o madre, seguro que una de las cosas que más te preocupa respecto a tu hijo es que crezca sano y fuerte.
De ahí que hagas todo lo que esté en tu mano para conseguirlo, pero ¿es
suficiente?, ¿tomas las medidas adecuadas?, ¿estás haciendo todo lo
posible para que no se vea afectado por la obesidad?…
En el caso de que tengas ciertas dudas al respecto,
lo mejor que puedes hacer es seguir leyendo este artículo. Y es que en
el mismo vas a encontrar una serie de consejos que te ayudarán a estar
totalmente seguro de que haces lo correcto en pro de la salud y el
crecimiento de tu pequeño:
1-Alimentación sana, equilibrada y completa
Indiscutiblemente una de las acciones más importantes
que puedes llevar a cabo para conseguir el propósito citado es que
vigiles mucho su alimentación y que logres que esta no sólo sea sana
sino también completa y equilibrada. Para eso, nada mejor que cumplas a
rajatabla con una serie de recomendaciones que se establecen en la
conocida Estrategia NAOS (Estrategia para la Nutrición, Actividad
Física y Prevención de la Obesidad), establecida por el Ministerio de
Sanidad a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y
Nutrición:
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Hay que realizar cinco comidas al día.
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Tu hijo debe comenzar el día realizando un desayuno completo, donde estén presentes los lácteos, las frutas y los cereales. Jamás debe saltárselo ya que eso lo único que haría sería aumentar los riesgos de que sufra obesidad.
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Como mínimo, debe tomar legumbres dos veces a la semana.
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Los platos de “cuchara” es esencial que estén presentes en su dieta porque le aportan los hidratos de carbono que su organismo necesita.
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Debe ingerir al menos cinco raciones de fruta o verdura al día. Las vitaminas, fibras y minerales que poseen esos tipos de alimentos le ayudarán a reducir sus posibilidades de sufrir hipertensión, obesidad, colesterol e incluso estreñimiento.
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Su dieta debe incorporar entre dos y cuatro raciones de pescado a la semana, alternando el azul (sardinas, salmón, boquerón…) con el blanco (merluza, lenguado…).
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Los nutricionistas recomiendan que al día es importante que coma 25 gramos de fibra, pues previene la diabetes, el citado colesterol e incluso sirve para poder reducir los riesgos de padecer enfermedades tales como el cáncer. Ese elemento lo puede encontrar en alimentos tales como los frutos secos, las frutas, las verduras y las hortalizas.
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Es vital reducir la cantidad de grasas que toma, especialmente de las saturadas.
2-Ejercicio
Otro de los consejos vitales que debes tener en
cuenta a la hora de conseguir que tu hijo crezca sano y fuerte es que,
en todo momento, es necesario que realice ejercicio. De esta manera, hará frente al sedentarismo, que es el principal elemento desencadenante de la obesidad entre la población infantil.
No obstante, no hay que olvidar que el deporte además es muy beneficioso en otros muchos aspectos:
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Consigue divertir.
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Cuando se trata de disciplinas en grupo, contribuye a aumentar la capacidad de trabajar en equipo del menor y también su nivel de socialización. Asimismo le sirve para establecer nuevas amistades.
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Se mejora el estado de salud del corazón y de los pulmones.
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Se fortalecen los huesos y los músculos.
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Permite que se aprendan valores tales como el esfuerzo, la constancia y la perseverancia.
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Es una herramienta estupenda para adquirir disciplina y aumentar la capacidad de concentración.
Por todo ese conjunto de beneficios, se recomienda
que tu hijo practique al menos al día entre treinta y sesenta minutos de
ejercicio. Luego a la semana puede acudir a clases de algún deporte
concreto, que le guste y que se adapte a sus características.
3-Ingesta de agua
Otras de las recomendaciones básicas que se
establecen en la citada Estrategia NAOS es que los niños, entre los que
se encuentra el tuyo, beban suficiente agua al día, de cara a que su
organismo pueda funcionar, porque esté perfectamente hidratado, y a que
puedan mantener a raya el hambre. En concreto, lo aconsejable es que
cualquier menor ingiera diariamente entre 1 y 1,2 litros.
Del mismo respecto a esta bebida matiza una serie de cuestiones:
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En la comidas lo que se debe tomar es agua y también entre esas, porque ayuda a facilitar la digestión.
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Cuando tu pequeño tenga sed, esta bebida saludable es la que le debes dar, en lugar de refrescos o zumos azucarados.
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Debes prestarle especial atención a la ingesta que realiza tanto cuando está realizando deporte como cuando está jugando en los meses de verano. Y es que si no bebe la suficiente cantidad de agua se puede deshidratar, porque en esos instantes está perdiendo grandes cantidades de líquido.
4-Reducción de sal
Asimismo, no te olvides de reducir de manera
considerable la cantidad de sal que le echas a las comidas que toma tu
hijo. Y es que un exceso de la misma puede traer consigo desde problemas
de hipertensión hasta diversas enfermedades de tipo cardiovascular.
OK DIARIO, 13/01/2016
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