OLGA R. SANMARTÍN
Se quejan los niños, lo denuncian los padres, lo confirma la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y, ahora también, habla de ello la Organización Mundial de la Salud (OMS): España tiene un problema con los deberes escolares.
Una encuesta sobre la salud de los niños en edad escolar
que la OMS ha hecho pública este martes menciona a España como uno de
los países en donde hay un mayor porcentaje de niños y niñas que se sienten "presionados" por las tareas para casa.
Nuestro país va subiendo en el ránking conforme la edad aumenta, pero ya desde los 11 años hay un elevado porcentaje de niños (34%) y de niñas (25%) agobiados por el exceso de ejercicios para casa. Somos el noveno país de una lista de 42 territorios de la UE y de Norteamérica y superamos holgadamente la media, que se fija en un 24% para los chicos y un 22% para las chicas.
La OMS, que para este trabajo realizó miles de entrevistas entre 2013 y 2014, detecta que a los 13 años,
coincidiendo con la pubertad, la situación cambia y son las chicas, en
vez de los chicos, las que muestran más preocupación: así lo afirma el 55% de las alumnas y el 53% de los alumnos, casi 20 puntos porcentuales por encima de la media. España se convierte en el cuarto país del ránking, sólo superado por Malta, Macedonia y Eslovenia.
A los 15 años, la presión es aún mayor: el 70% de las adolescentes y el 60% de los adolescentes dicen sentirse presionados por los deberes, cuando la media es de un 51% en las chicas y un 39% en los chicos. Sólo en Malta, Escocia e Islandia hay una mayor preocupación.
¿Cómo afecta a la salud?
La
OMS advierte: "El estrés relacionado con el colegio tiende a ser
padecido por jóvenes con elevados niveles de presión escolar y se
caracteriza por un incremento de comportamientos que ponen en riesgo la
salud, más frecuentes problemas de salud (dolor de cabeza, dolor abdominal, dolor de espalda y mareos) y síntomas psicológicos, como sentirse triste, tenso o nervioso". Los elevados niveles de presión escolar están también asociados con una autopercepción de la salud más baja y peor satisfacción con la vida.
La
encuesta, que preguntaba a los chicos y las chicas cómo de presionados
se sentían con los deberes que tenían que realizar cada día, complementa lo que ya ha dicho la OCDE, que advierte que España es uno de los países con más tareas: los alumnos hacen 6,5 horas de ejercicios a la semana, frente a 4,9 de media en los demás países.
La
OCDE aprovecha para advertir que los deberes "son una carga para los
alumnos con desventajas socioeconómicas", algo que también señala un informe publicado recientemente por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). Francisco Pérez,
coordinador de este trabajo, afirma que "uno de los aspectos en los que
el entorno familiar condiciona los resultados del aprendizaje es la
realización de tareas fuera del centro educativo".
"El
apoyo que se puede recibir de los padres para hacer los deberes no es
igual en un hogar con ingresos elevados o con adultos universitarios que
en otro con ingresos bajos, en el que los padres -o
los abuelos, cuando éstos son los cuidadores al salir de la escuela-
sólo tienen estudios básicos. No es una cuestión de voluntad, sino de
preparación para responder dudas, orientar la búsqueda de información
o acompañar a los niños y adolescentes en el proceso de aprendizaje",
explica el también catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de
la Universidad de Valencia.
Y añade: "En ocasiones, los jóvenes que crecen en entornos socioeconómicos menos favorables tienen que moverse mucho más solos en la parte de las tareas escolares que se desarrollan en casa y, con más frecuencia, superan peor los obstáculos que
en ellas se presentan. La igualdad de oportunidades educativas efectiva
requiere tener en cuenta estas circunstancias y no sólo garantizar el
acceso a un centro escolar."
"Y no nos olvidemos de las familias, que también están agobiadas", apunta la psicóloga Margarita Montes. "La evidencia nos dice
que poner más deberes en Primaria no necesariamente produce una mejora
académica y, a cambio, se crea una tensión familiar y una sensación de ansiedad e irritabilidad que lleva al final a un desapego hacia todo lo escolar".
Lo sabe muy bien Eva Bailén,
la madre que más duramente ha peleado para racionalizar los tiempos de
las tareas escolares y que reconoce haber vivido "presión, frustración y
ansiedad" en la persona de su hijo: "Diego, con 10 años, estaba tres horas haciendo los deberes después de pasar otras siete horas en el colegio. Fui al pediatra alarmada por las cosas que me decía y me recomendó que le llevara al psicólogo, al que estuvo yendo varios meses. Tenía síntomas de ansiedad y estaba casi depresivo. Le dio herramientas para mejorar el estrés".
"Me parece muy fuerte que un niño, con su edad, tenga que hacer técnicas de respiración y ejercicios para mejorar el estrés", recalca.
EL MUNDO, Martes 15 de marzo de 2016
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