A.CARRA
ABC, 03/03/2016
No todos los niños son iguales, por eso desde
edades muy tempranas algunos alumnos despuntan en materias como deporte o
matemáticas, mientras que otros desarrollan actividades artísticas en su lugar.
Esta diferencia entre los niños es habitual y está relacionada directamente con
las inteligencias múltiples, teoría desarrollada por el psicólogo Howard
Gardner, profesor de la Universidad de Harvard y Premio
Príncipe de Asturias. Según Gardner no existe una única inteligencia,
sino ocho: la lingüística, la lógico-matemática, la visual-espacial, la
musical, la corporal, la intrapersonal, la interpersonal y la naturalista.
Durante el desarrollo cognitivo de los niños, es
normal que su dominio de una inteligencia se acentúe sobre otras. Sin embargo,
lo realmente importante es la potenciación de todas las inteligencias para
impedir una primacía aplastante de una inteligencia sobre las otras. Como el
propio Garner reconocía a ABC después de recibir el Premio Príncipe de Asturias
2011, «todo el mundo tiene todas las inteligencias, pero la vida no es justa...
Hay gente que brilla en todos los tipos, como Leonardo Da Vinci, y otros...
bueno, no las desarrollan igual».
La estimulación temprana es,
pues, crucial. Pamela Ozbuko, profesora de Orgaz Nursery School de los
Colegios Brains, señala que «de cero a seis años, es el momento idóneo para
recibir, asimilar y acomodar la mayor cantidad de estímulos informativos
posibles. Para ello trabajamos, junto al currículum británico, las
inteligencias múltiples y la estimulación temprana en todas nuestras aulas».
¿Cómo trabajar entonces las ocho inteligencias múltiples?
Inteligencia lingüística-verbal
Aunque a todos los niños se le enseña a hablar, a leer y a escribir, hay
algunos que gozan de una sensibilidad y una facilidad especial por el lenguaje,
la lectura y la redacción. Incentivar la creatividad y las habilidades del
futuro Nobel de Literatura comienza a través del juego, con lecturas
interactivas y, a poder ser, siempre mejor en compañía.
Inteligencia lógica-matemática
Esta inteligencia trasciende del mero pensamiento matemático hacia el
razonamiento inductivo y deductivo. Aparcar el álgebra y la trigonometría por
unos momentos para dar paso a juegos de cartas y resolución de
acertijos es unabuena manera de mejorar las habilidades de nuestro
futuro ingeniero.
Inteligencia espacial
Muy propia de los arquitectos, que visualizan fácilmente imágenes y espacios
y suelen tener una gran capacidad para orientarse incluso en sitios
desconocidos. El montaje de puzles y maquetas, los juegos de ajedrez
o de orientación en plena naturaleza ayudan a potenciar este
tipo de inteligencia.
Inteligencia musical
Las personas que tienen muy desarrollada esta inteligencia gozan de una
sensibilidad especial hacia el ritmo, los sonidos y las cadencias. Su pasión
por la música casi roza la melomanía y son el alma de cualquier fiesta. Tocar
un instrumento, cantar e incorporar la música al ocio
cotidiano son el mejor modo de fomentar esta habilidad artística.
Inteligencia corporal-cinestésica
Los grandes deportistas, actores o bailarines tienen esta faceta muy
desarrollada, la cual permite tener un amplio control del cuerpo que se traduce
normalmente en un equilibrio perfecto y gran elasticidad. Se recomienda
potenciar esta inteligencia múltiple mediante la práctica de actividades
deportivas, el teatro o la danza.
Inteligencia naturalista
En ocasiones desconocemos por qué a algunos niños les gusta más o menos el
contacto con la naturaleza, pues está íntimamente relacionado con el grado de
desarrollo de esta inteligencia. Por regla general, son personas a las que les
gustan las actividades al aire libre, que tienen grandes habilidades a la hora
de distinguir animales y plantas y que, además, tiene facilidad para aplicar
teorías científicas a escenarios reales. Ir al zoo, al jardín botánico,
realizar excursiones a la sierra o actividades de jardinería
mejora en gran medida esta capacidad.
Inteligencias intrapersonal e interpersonal
Implican el conocimiento de uno mismo (intrapersonal) y de los otros
(interpersonal). Estas se desarrollan a nivel social, empático e individual.
Aprender a relacionarse con los demás, ponerse en el lugar del
otro (empatizar) y discurrir por uno mismo son algunas de las
bases para fortalecer estas aptitudes en los niños.
ABC, 03/03/2016
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