OK DIARIO
Ejemplo, ejemplo y ejemplo. Esto es lo que los padres deben dar a sus
hijos en todos los aspectos de la vida. Y es que esa es la manera de que
los niños puedan comportarse como es debido, ya que lo que hacen
es todo por imitación. De ahí que si ven que sus progenitores actúan de
un modo, procederán a hacer lo mismo.
Sin embargo, a pesar de que los adultos conocen
perfectamente esta máxima educativa, en más de una ocasión no la
cumplen. ¿Resultado? Que se enfadan y molestan con los menores porque no
se comportan adecuadamente cuando son los que, en primer lugar, no lo
hacen.
Por eso, para poder atajar este “problema”, lo mejor es conocer en qué aspectos concretamente no damos ejemplo a nuestros hijos y, por tanto, será difícil lograr el objetivo que esperamos.
1-No comemos verdura
La alimentación es uno de los aspectos que todos los
papás intentamos vigilar de la manera más adecuada en nuestros hijos, de
cara a que puedan crecer sanos y fuertes. Por eso, hacemos todo lo que
está en nuestras manos para que sea sana, completa y equilibrada. En
concreto, entre otras medidas establecemos que los pequeños tienen que comer mucha verdura e intentamos presentársela de distintas formas o con variados ingredientes para que la ingieran.
Sin embargo, el rechazo habitual que suelen presentar
a ese tipo de productos es debido, entre otras muchas cosas, a que
jamás nos ven a nosotros tomarla. De ahí que puedan llegar a pensar que
si sus padres no la comen, ellos tampoco.
Así que ya sabes, si ese es tu problema, debes cambiarlo. Por eso, cuando os sentéis todos a la mesa, nadie debe “librarse” de comer verdura. Tienes que dar ejemplo.
2-Interrumpimos cuando otra persona está hablando
¿Cuántas veces hemos reñido a nuestros hijos porque
está un adulto hablando y le han cortado para contar algo o pedir que
juegue? Cuando se comportan así nos molesta y les recriminamos su
actitud, exponiendo que lo educado es permitir que la persona termine
sus palabras y luego ya decir lo que se considere oportuno.
Sin embargo, no menos cierto que, en muchas
ocasiones, esa acción que acometen es culpa nuestra, porque no les damos
ejemplo. Y es que posiblemente nos hayan visto en casa, con nuestra
pareja o familiares y amigos, conversando y cortándoles para introducir
nuestro discurso.
Por ese motivo, tenemos que comenzar a cambiar en ese sentido, si queremos que los pequeños de la casa también lo hagan.
3-No desayunamos correctamente
Otro de los fallos garrafales que cometemos en materia de alimentación tiene que ver con el desayuno. Y es que les pedimos a los niños que antes de irse al colegio o a la guardería deben comer adecuadamente para así cargarse de energías con
las que hacerle frente a toda la jornada, es decir, les obligamos a que
tomen su leche, su ración de cereales y también su fruta.
En muchos hogares lo que sucede en ese sentido es que
los menores se niegan, dicen que no tienen hambre, montan un
pataleta…¿Resultado? Que se van a clase con el estómago prácticamente
vacío.
Esa situación puede tener muchas causas, pero una de las más habituales es que no les damos ejemplo, ya que posiblemente nos vean que nos vamos a trabajar sin sentarnos a desayunar en la mesa con toda la familia o que sólo nos tomamos un café.
No se les puede pedir que comiencen el día comiendo
todo lo recomendable si nosotros no lo hacemos. Así, nos va a costar
mucho alcanzar el propósito citado.
4-Decimos tacos
Sin lugar a dudas, en uno de los aspectos donde casi
ninguno, por no decir ninguno, de los padres damos ejemplo es en no
decir palabrotas. Y es que a todos se nos escapa un taco, cuando nos
damos un golpe, cuando se nos cae algo al suelo o cuando, por ejemplo,
no encontramos lo que buscamos.
Por más que lo intentamos evitar, en el momento más
inesperado pronunciamos una de esas palabras y ¡qué casualidad! el niño
está delante. Vamos, que se acaba enterando y otra cosa no pero en esto
sí que nos imita rápidamente.
De ahí que debamos estar muy alerta para evitar
soltar tacos y cuando nos suceda algo que nos va a llevar a decirlos,
contar hasta diez, especialmente si estamos en casa y nuestro hijo o
hijos se encuentran alrededor.
5-Nos enfadamos y chillamos
Siempre les pedimos a los pequeños que no chillen
cuando se enfadan, pero ¿qué hacemos nosotros? ¿Acaso no levantamos la
voz, nos enojamos e incluso soltamos algún taco que otro? Posiblemente
lo hagamos y por eso los menores también lo hagan. Así que si queremos
que se comporten de otra manera, somos los primeros que tenemos que
comenzar a dar ejemplo.
OK DIARIO, Martes 22 de marzo de 2016
Comentarios
Publicar un comentario