YOLANDA DOMÍNGUEZ
Artista visual y activista
El regalo comodín por
excelencia es el bote de colonia. ¿Que no tenemos tiempo de recorrer las
seis plantas del centro comercial? Tiramos del frasco de esencias en
la caja de cartón. A simple vista parece muy sencillo, sólo hay que
elegir entre hombre o mujer y dejarse seducir por un nombre evocador...
pero en ese simple gesto podemos cometer una gran temeridad: aplicar
todos los estereotipos de género juntos y además pagar dinero por ello.
Y
es que no nos damos cuenta pero los nombres de los perfumes son una
síntesis bochornosamente clara de los clichés que separan nuestro mundo
en masculino y femenino. Abrir uno de esos inocentes paquetitos puede
ser lo más parecido a abrir la caja de Pandora de la desigualdad porque
en ellos se concentra lo más rancio de los roles que desde hace años se
intentan cambiar. Ayer fue el día del padre y seguro que muchos
recibisteis (y regalasteis) estos típicos presentes y con ellos los
siguiente mensajes que apelan a vuestra masculinidad:
Fierce (Abercrombie & Fitch), Energise (Hugo Boss), Deep energy (Adidas), Force
(Biotherm), o como diría Obi-Wan Kenobi: "Que la fuerza te acompañe".
Está claro que se espera mucho del hombre al que se regala esta colonia.
Ni un minuto de flaqueza. 24 horas al pie del cañón. Incasable llueva o
nieve. Estos nombres también servirían para marcas de pilas o baterías,
ahí lo dejamos para que le vayan dando una vuelta los de Duracell.
Fuel for life (Diesel), In motion (Hugo Boss), Play (Givenchy), Rush (Gucci), Jump
(Jopp!)... Que el ritmo no pare no pare no. Además de fuerza del hombre
se espera movilidad, acción. Nada de quedarse quieto mirando las nubes
pasar y por supuesto nada de pensar: actuar. Como si le quemasen los
pies en el asfalto o en la arena de la playa. Chiquito lo hacía bien el
problema es que no avanzaba.
Number One (Hugo Boss), I am king (Sean John), Champion (Davidoff), Homme exceptionnel (Mont Blanc), VIP (Play Boy), Higher (Dior), Extraordinary
(Roccobarocco). Según demuestra un estudio reciente los hombres que
usan estas colonias no tienen abuela. En realidad son fragancias
terapéuticas encubiertas, como las flores de Bach. Atenúan la necesidad
de ser reforzados constantemente en su autoestima. De hecho la seguridad
social se está planteando financiarlas con receta, aunque ya se han
detectado algunos casos graves de sobredosis por exceso en su
aplicación. Conviene controlar sus efectos secundarios.
Only the Brave (Diesel), Le male gladiator (Jean Paul Gaultier), Invictus (Paco Rabanne), Invasion barbare
(MDCI Parfums). El mito Ben-Hur o el guerrero épico-dramático que lucha
contra fieras y tempestades y siempre, siempre sobrevive. Para meterse
en el papel se aconseja visionar la última peli de Leonardo Di Caprio The Revenant
y acompañar sus notas de limón de Amalfi y mandarina con gruñidos
guturales arrastrándose por el suelo. Los puñetazos en el pecho también
están permitidos (tómese como guía el frasco en forma de puño de Only
the Brave).
Spicebomb (Viktor & Rolf), Swiss Army (Victorinox), Bang bang (Marc Jacobs), Nitro
(Cyzon). Uhhh la cosa se pone seria, ya no es sólo una cuestión de
cuerpo a cuerpo sino que también intervienen armas. Sospechosamente la
pólvora es uno de los ingredientes estrella de las fragancias masculinas
(junto con el coñac, el ron y el bourbon... una mezcla explosiva).
Mención especial para el frasco con forma de granada de Victor &
Rolf ¿Tendrán también la versión bazooka o ametralladora?
Egoïste (Chanel), Le male terrible (Jean Paul Gaultier), Animale animale (Animale), Ice men (Thierry Mugler), Sauvage (Dior), Vendetta
(Valentino). ¿Egoísta?, ¿frío?, ¿animal?, ¿salvaje?, ¿vengativo? Chicas
la cosa no pinta bien, mira que nos lo avisan los botes de colonia y
nosotras ni caso. Luego nos quejamos pero con estas aptitudes nada bueno
podemos esperar por muy bien que huelan. A partir de ahora
imprescindible conocer el nombre de su perfume antes de dar el número de
teléfono.
Todas estas perlitas y muchas más habitan en nuestros
tocadores a diario. Están ahí, recordándonos lo que se espera de
nosotros cuando nos miramos al espejo. Hay que reconocer que el elenco
de opciones masculinas no es muy apetecible. Podríamos de vez en cuando
intercambiar perfumes entre mujeres y hombres a ver si esto sirve para
equilibrar la balanza. A vosotros un poquito de tranquilidad y a
nosotras algo de actividad. Yo estoy dispuesta a que me salga pelo en el
pecho y que me crezcan las uñas (¿o esto era lo del hombre lobo?)...
Prometo hacer análisis de fragancias femeninas en próximas entregas, que
también tienen tela marinera.
Seguir a Yolanda Domínguez en Twitter:
www.twitter.com/yodominguez
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